Hasta que me Empalague de Ti [BL]

Capítulo 7

Dos días después....

"¿Quién es Asumiko?"

"¿Tu novia?"

"Dijiste su nombre un par de veces"

Esas.... Fueron las inocentes preguntas de Milandri-san, el pastelero que me había rescatado tras encontrarme frente a su pastelería y que muy amablemente me había abierto las puertas a su mundo con su típica e irritante sonrisa.....

"No debí actuar tan a la defensiva la última vez", me repliqué estos dos días... después de todo Milandri-san había sido el único amigo que había podido hacer desde que arrivé a Italia.... Pero me frustraba el solo hecho de que seguía actuando tan toscamente cada vez que alguien me hacía recuerdo a Asumiko.

Me levanté de mi asiento con la mirada clavada en la nada recogiendo mis cosas lentamente después de que el docente se retirase del aula tras concluir la clase, mis compañeros de tragos se despidieron de mí y les correspondí vagamente hasta que les perdí de vista, y finalmente me dispuse a abandonar el lugar arrastrando los pies.

"Me siento mal por haber tratado mal a Milandri-san"

"El no tuvo la culpa de nada"

"¡Yo soy el del problema.... El único que no es capaz de olvidar un viejo desamor!"

"Pero si voy a la pastelería ahora puede que solo sea un estorbo"

Estuve tan absorto en mis pensamientos y luchando con mis pies que por alguna ridícula razón terminé yendo nuevamente a la pastelería.... Pero ahora no podía animarme a darle la vuelta a la manija y entrar

"Soy tan tonto",

"solo quiero disculparme por mi cruda despedida de ayer......pero ¿Por qué?"

"¿Al fin tengo una conciencia que me atormenta por cada estupidez que hago?",

"¿O será que como no conozco a nadie más en Italia mi subconsciente está pensando aprovecharse de la amabilidad de Milandri-san?, ¿Soy tan malvado?"

De repente una voz a mis espaldas interrumpe mis pensamientos...

— ¿Kibari vas a entrar? —era Milandri-san, sostenía en una mano una bolsa de papel como si hubiese salido de compras a la apresurada. Confusamente mi corazón da un fuerte brinco y retrocedo unos pasos hasta quedar acorralado contra la puerta, sin comprender si aquel palpitar era por la sorpresa de verlo precisamente a él tan repentinamente, o por susto, o por otra razón.

— ¡Yo solo vine a disculparme por haberme ido tan malhumorado ayer, lo siento! —me disculpo respirando hondo. El pastelero me mira anonadado, pero pronto sus mejillas se tiñen de rojo y me sonríe tontamente.

— Eres tan Tierno, como un niño ¿Puedo ponerte como decoración en uno de mis pasteles?

"Al parecer no está nada enojado", pienso irritado apartándome de la puerta.

— Bueno solo quería decirte eso...así que me voy, ¡ciao!

— No puedes irte así, ven entra y toma un té al menos.

— No hace falta

— Insisto —dice Milandri-san firmemente.

— Está bien, pero esta vez no dejaré que me invites ni que me trates como un conejillo de indias. Yo pago con mi dinero.

— Con tal que te quedes por mí no hay problema —dice ampliando su sonrisa, mientras abre la puerta para invitarme a entrar —mmmmm ¿está bien si al menos la taza de té va por cuenta de la casa?

— ........ —le miro intentando hallar en sus ojos el porqué de sus atenciones hacia mí, no parecían ser las de un cliente-servidor, ni las atenciones que esperas de un buen amigo.... Estaba en su suave mirada y en su contagiante sonrisa la brisa de un empalagante sentimiento....

Y no sé porque en ese momento pensé.... "¿Estaría bien venir a esta pastelería a tomar el té después de clases todos los días?"

"¿Sería porque ese lugar tenía algo?..... O porque simplemente quería saber quién era Sergio Milandri"

Agosto pasó....

Septiembre también....

Octubre..... Noviembre....

Ir a la pastelería a tomar el té se volvió una costumbre......los meses pasaron tranquilamente rápido mientras me adentraba al mundo de Milandri-san... hasta que Diciembre llegó.... y las cosas comenzaron a cambiar en mí.