- Ya llegamos - anuncia Sergio saliendo del vehículo y yo bajo torpemente.
- Sergio... yo - voy hacia él y le tomo de una punta de su saco.
- No digas nada, solo olvida lo que acaba de pasar... - dice pasando su mano por sus cabellos y me da la espalda - ve a bañarte antes que cojas un resfriado, yo meteré nuestras cosas al auto.
- ¿Por qué?
- Volveremos hoy mismo a casa, ya no soporto estar más tiempo aquí - se explica, y entra a la casa.
- ¡¿Pero y Clara?! - pregunto siguiéndole el paso.
- Ella puede volverse sola, mis padres la cuidarán de su borrachera, después de su imprudencia de hoy estoy bastante molesto.
- Pero... ahora todos tus conocidos lo saben ¡Tus padres no merecen pasar por toda esa vergüenza! Volveré ahora mismo y les diré que todo es mentira, que no hay nada entre nosotros - me doy la vuelta pero él me detiene bruscamente.
- ¡¿Acaso importa lo que un puñado de gente piense?! Tú sabes bien que no será la primera vez que la gente hable
- ¡¡¡Yo no quiero que las cosas sean así!!! - grito y le empujo.
Mi pecho me pesa, respirar es tan doloroso... pero más doloroso era tener que soportar esta situación.
"Todo era mi culpa"
Hago puño en las manos ante la rabia, Sergio me toma de los hombros, baja la cabeza y suspira.
- Yo tampoco quiero que las cosas sean así, pero el mundo no es perfecto... por favor no me dejes solo, yo te necesito - dice Sergio con amargura, su mirada se había puesto afligida, para él no era nada fácil... pero aquellas palabras me hacen reaccionar.
"Yo también le necesitaba"
- Creo que me precipité un poco exaltándome así... Perdóname Sergio - suspiro - Escuchar que hablen cosas malas para ti me molesta y que incluyan a tus padres en esto también me lastima ya que tu madre terminó apoyándonos.... yo estoy tan agradecido con ella por no rechazarnos.
- Descuida, mis padres no son la clase de gente que se deja intimidar por los demás, ellos estarán bien así que no te preocupes.
- hummm - asiento. Sergio me abraza con fuerza.
- Que no te importe lo que los demás digan, yo siempre te seguiré queriendo.
Miro a Sergio todavía triste pero tras una sonrisa suya vuelvo a sentir confianza en que ambos podremos salir para adelante y respiro aliviado.
Sergio finalmente me suelta y se dirige hacia nuestra habitación, le sigo viendo como saca de su equipaje un par de ropas secas - Deberías cambiarte también de ropa Kibari, no quisiera que vuelvas a enfermarte. Yo iré al baño, tú puedes cambiarte aquí si quieres.
- Está bien - acepto y él sale de la habitación.
Una vez cambiados de ropa, limpiamos la habitación que ocupamos antes de irnos de la casa de Clara, guardamos la ropa empapada en una bolsa y Sergio metió el resto de nuestras cosas en el maletero de su auto. Sergio condujo el resto de la tarde en el auto hasta Milán, todavía podía sentir la tensión en él pero luego de las primera hora parecía más calmado y con su mirada seria concentrado en la carretera recordé la escena en la que me había sacado de la fuente.
"Verlo tan serio y molesto no era tan común, pero en esa ocasión se vio tan genial... lo amo", pienso muy feliz sonrojándome.
- Hasta ahora me sigue sorprendiendo que seas capaz de cargarme - comento mirando mis manos y jugando tímidamente con ellas. Sergio suelta una pequeña risa, posa una de sus manos sobre mi cabeza dándome pequeñas palmaditas.
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Hasta que me Empalague de Ti [BL]
RomanceKibari es un japonés adulto de 28 años que tiene fobia a las mujeres debido a una mala experiencia y a causa de eso se sumergió en su trabajo como secretario de la familia Suzuki. Pero repentinamente tiene que viajar a Italia por unos cursos de post...