Nos quedamos largo rato contemplando la vista desde la tumba de Cecilia... sentí como Sergio tocaba lentamente mi mano con sus dedos y los entrelazaba con los míos.... mis mejillas se sonrojaron y apreté su mano con más fuerza.
Al regresar al hotel no dijimos nada, pero todavía podía sentir mis mejillas arder.
Y al estar frente a la puerta de nuestra habitación comencé a sentir las fuertes palpitaciones de mi corazón....
Sergio abre la puerta y me jala hacia dentro, cerrándola finalmente.
— Kibari....emmm me siento raro — dice Sergio ridículamente rompiendo aquel silencio y causando que mis mejillas se ruboricen aún más...... — debe ser porque estoy nervioso — explica con una leve risa y puedo notar cómo sus mejillas también comenzaban a ponerse rojas.
— ¡¿Cómo puedes ponerte así después de regresar de un cementerio?! — me quejo.
— jejeje no pienses mal de mí, quizá solo quiero seguir siendo consolado por ti — sonríe. La expresión en su rostro me parece tan patética pero difícil de ignorar que hasta me siento un montón de mariposas en mi estómago.
— Arde.... — digo sin poder aguantarlo más...
— eh?, ¿Qué cosa Kibari?
— Arde... mi estómago me arde — digo al fin ocultando mi cara con las manos ante la vergüenza. Sergio se acerca y me rodea con sus brazos.
— ¿Será.... Diarrea? — dice riéndose y me enojo apartándolo furioso con los brazos.
— Si serás idiota, ¡¿cómo podría...?!
— Sisisisi lo sé jejeje.... a mi igual me arde... creo que es porque me amas — susurra mientras se acerca a mi oído y siento como sus manos se abren camino sobre mi cuello hasta encontrarse con mis mejillas.
Dentro de la oscuridad que nos envolvía, sus labios encuentran los míos, sus manos se internan por debajo de mi camiseta y provocan que mi cuerpo sienta una fuerte corriente recorrer a lo largo de mi columna hasta hallar mi cuello y me estremezco por mi timidez.
— Si tienes miedo...por favor aférrate a mí — vuelve a susurrar esta vez mordiéndome el lóbulo de la oreja haciendo que de un ligero brinco.
— Sergio.... — digo tratando de ocultar la vergüenza mientras me acurruco en su pecho.
Sergio me alza a la cama más próxima y comienza a avanzar...hasta que de repente...
GOLPE!
— Auch! — Le escucho quejarse....
— eeeee... estas bien Sergio? — pregunto.
— ahá perdón.... creo que rompí nuestro momento de romanticismo ejeje me golpeé la rodilla — dijo el levantándose de encima mío.
— Ya veo... — digo algo incómodo y me siento rápidamente.
El posa una mano en una de mis mejillas y dice... — Te quiero Kibari — toca mis labios con su pulgar y mi palpitar se acelera.
"¡¿Cuánto tiempo seguirá atormentando a mi corazón?!"
— Quiero que seas mío Kibari
— eh?
— Te amo
"!!!!!!!!!!!!!"
— eh? >//////<
— ¿No te gusto?
— eeeee no no no es eso — aquella repentina declaración me pone muy nervioso y mi cara enrojece aún más.
— descuida.... Sé que eres tímido... no te obligaría a tener sexo con migo hasta que estés realmente listo....
— ¿pero, qué?
— Robaré tu corazón!!! Haré que te enamores... Hasta que te empalagues de mí.
— ¿A qué viene toda esa palabrería tan genial? — digo nervioso.
— Es solo un anuncio.... Para que alistes más parches para tu barrera (corazón), y no creas que estaré contento por no violarte hoy.... Te abrazaré durante toooda la noche — dice astutamente y se abalanza sobre mi envolviéndome afectivamente entre sus brazos.
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Hasta que me Empalague de Ti [BL]
RomanceKibari es un japonés adulto de 28 años que tiene fobia a las mujeres debido a una mala experiencia y a causa de eso se sumergió en su trabajo como secretario de la familia Suzuki. Pero repentinamente tiene que viajar a Italia por unos cursos de post...