Lloró como jamás creyó que lo haría en presencia de otra persona, pero era algo maravilloso por lo que estaba pasando. Al fin podía ver el rostro del amor de su vida.
—E-Eres preciosa —lloró con la bebé, que la apoyaron contra su pecho—. Eres hermosa mi amor, perfecta —sollozó acariciando su cabecita—. Te amo, te amo mucho.
Vio como la alejaban una vez más, para poder limpiarla, pesarla y medirla, y ya comenzaba a extraerla. Nueve meses juntas, y ahora se sentía vacía por no tenerla unos minutos a su lado.
***
—D-Duele mucho —lloró mientras la niña se prendía a su pecho.
Había leído que dolía, pero no había imaginado que tanto. Miró hacia abajo, a su hija, y ya no sabía si lloraba de felicidad o dolor. Era tan bonita, que se sentía enamorada de esa pequeña muñeca.
—Te amo mucho —susurró besando su cabecita, apenas cubierta de fino cabello oscuro.
Le intrigaba conocer el color de ojos de su pequeña. Ya tenía cuatro horas de nacida, y aún no había podido verlos.
Secó las lágrimas de sus ojos y mejillas, y tomó su celular que estaba sobre una cómoda, para responder a la llamada entrante.
—¿Hola?
"—Hija, hasta que respondes. Llevó horas llamándote ¿Estás bien?"
—Jamás estuve tan bien, tan feliz.
"—¿Estás llorando?"
—Sí —rio.
Vaya que las hormonas aún hacían estrago en ella.
"—Alenka ¿Por qué lloras? ¿Te ocurrió algo? Te dije que no debías irte a ese lugar tan lejos de nosotros ¡Tomaremos el primer vuelo hacia allí!"
—De acuerdo, te amo mamá, avísame cuando viajen —le dijo antes de cortarle.
Sonrió observando a su bebita, que tenía las manitos en forma de puño, y la besó una vez más. Ya no importaba si ellos se enteraban, su hija había nacido.
***
—¿Fiesta de fin de año?
—Sí, creo que sería una buena iniciativa. Es decir, siempre para éstas fechas todos están muy amigables por Navidad —le dijo desinteresado Adam—. Algún regalo, y ya, todos los empleados felices.
—¿Regalo cómo que?
—Un viaje, el sorteo de un auto, no lo sé, algo que los motive para comenzar bien el próximo año.
—Sí, suena bien —le dijo Noah, pensándolo—. Creo que sería un buen premio motivacional.
—Ajá ¿Y cómo estás tú? ¿Ya se te bajó la euforia por revivir muertos?
Sabía que Adam no era un tipo con tacto para decir las cosas. Pero a veces terminaba siendo demasiado grosero al expresarse.
—Traerla a la vida fue lo que necesitaba para comprender que ella sólo es parte de mi pasado. La he perdido, y debo aceptarlo.
—Así es, y hay miles de millones de mujeres hermosas, que si tan sólo tú las notaras, podrías rehacer tu vida.
—Lo sé, quizás me permita conocer a alguien.
—Pues adelante —sonrió divertido—. Pero no te unas muy rápido a una, disfruta de tu soltería.
***
—No, no llores mi amor —le dijo con lágrimas en los ojos, al ver que la bebé no quería tomar su biberón—. Por favor, sólo un poquito hija.
La pequeña estaba roja ya, apretando con fuerza sus puñitos, y llorando a todo pulmón, rompiendo el corazón de su joven madre.
No quería hacerla llorar de ese modo, pero la niña le había lastimado los pezones, y para ella era una tortura darle de mamar en ese momento.
—Sólo un poco hijita, toma.
Pero la niña se negaba a tomar otra cosa que no fuera el pecho.
—Ya, ya hija, te dolerá la cabeza, ya no llores —le pidió acomodándola en su regazo—. Tranquila.
Respiró profundo, y se levantó la camiseta, dándole de mamar. Tomó una playera que estaba sobre la cama, y la mordió de dolor. No sabía cuándo más podría soportar aquello, si Anika no tomaba del biberón.
Varios minutos después, la pequeña se quedó dormida, y con cuidado la acostó en la cama, buscando la crema que la médica le había dado para tratar sus heridas.
¿Quién había dicho que alimentar a un bebé era fácil?
Se sentía terrible con ella misma, por no poder soportar el dolor, por negarle la única fuente de alimento que su hija quería recibir.
—L-Lo siento bebita, todo era más fácil cuando estabas en mi panza —sollozó acariciando su cabecita.
***
—Cuéntame un poco de ti —le dijo mientras le servía una copa de vino.
—Bueno, tengo veintitrés años, soy modelo —sonrió la morena, corriendo su cabello hacia atrás—. Y sueño con tener mi propia marca de ropa.
—Que bueno.
—En serio, es un sueño poder cenar contigo —sonrió la joven—. Te sigo desde niña, siempre me pareciste un hombre muy interesante. Es decir ¿Quién no querría salir con Noah Cocks?
—Gracias, creo que la gente me tiene en un pedestal muy alto —le dijo en un tono incómodo—. Y yo sólo soy un hombre más.
—¿Hombre más? Nada de eso. Un hombre más sería mi vecino por ejemplo. Tú en cambio, eres un empresario multimillonario, líder de la nación de androides y humanos artificiales, que encima, puede controlar al mundo.
—Viéndolo de ese modo, tal vez si las personas me ven como algo inalcanzable.
—Es por eso que me sorprendió que te contactaras conmigo.
—Estaba buscando una modelo para una nueva marca de vinos, y tu perfil fue el que más me llamó la atención —sonrió.
—Entonces puedo sentirme halagada de ser elegida por unos de los hombres más importantes del momento —sonrió coqueta.
***
—Mañana llegarán tus abuelos, y vaya que se llevarán una gran sorpresa —sonrió cambiando de ropa a su pequeña—. Creo que tendré la cámara preparada para captar su reacción.
La escuchó quejarse, unos de los sonidos más hermosos que había escuchado en su vida, y se inclinó hacia abajo para besar su frente, su nariz, sus mejillas. Oler su aroma de bebé, tan dulce, que llevaría el resto de su vida marcado en el alma.
—Como te amo, preciosa —sonrió con ternura, viendo los hermosos ojitos azules de su hija, que la observaban—. ¿Quién hubiese imaginado que iba a tener una niña tan bonita?
La tomó en brazos, y la acomodó contra su pecho, besando su cabecita mientras la mecía.
—Duerme mi bella Anika.
...
En serio bellezas, la lactancia no es fácil ❤️😓 admiro a todas las mamás que han alimentado a sus bebés de este modo ❤️❤️
(Creo que es algo que yo no podría hacer jajajaja 😅😅)
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Leader
Science FictionLuego de un siglo de su creación, nacimiento, la vida del líder de la nación artificial y sintética, se ha tornado muy solitaria y monótona. Después de tantos años de soledad, Noah comienza a comprender que ningún hombre está diseñado para no tener...