Se despertó al escuchar que su bebé estaba balbuceando, y se colocó la camisa de Nathan, saliendo del sofá.
—Ya voy mi amor —bostezó, desperezándose.
Al ir llegando a la habitación de la niña, miró con temor que la puerta estaba abierta, y ella recordaba claramente que la había cerrado, colocándole el sistema de seguridad.
Se apresuró a llegar para tomar a su hija. Pero al momento de entrar, se encontró con Noah, cargando a la bebé mientras le hablaba en un tono suave.
—¿Qué haces tú aquí? ¿No te había dicho ya que no entraras más a mi casa sin permiso? —le inquirió molesta, acercándose para tomar a la niña.
—Lo siento, sólo quería ver a Ani... Y hablar contigo.
—¿De qué quieres hablar?
—Esto es muy difícil esto para mí, Ale —le dijo afligido—. Y yo en serio no quiero perderte.
—¿De qué hablas? —preguntó confundida.
—Cuando tú me conociste, yo estaba en la etapa más difícil de mi vida, conociste la peor forma de mí. Mi mente y mis sentimientos eran de una sola mujer. Y durante mucho tiempo, creí que jamás podría olvidarla, que jamás volvería a sentir lo mismo.
—Noah, si me estás diciendo todo esto ahora, porque ayer conociste a Nathan, estás perdiendo el tiempo.
—¿Lo quieres?
—Sí, lo quiero muchísimo, él es un hombre de verdad, bueno, compañero, divertido. Y quiere a Ani, y ella a él.
—¿Y él te quiere?
—Por supuesto que sí.
—¿Estás segura de eso?
—Sí —respondió en un tono molesto, ya hartándose.
—Él es la mejor parte de mi, que tú no pudiste conocer en ese momento, porque estaba perdido en mi culpa —le dijo cambiando de imagen, frente a ella.
Alenka abrió los ojos aturdida, y estos rápidamente se cubrieron de lágrimas.
—Quise conocerte, que me dieras una oportunidad para que me conocerías realmente. Pero sabía que tú no querrías hacerlo luego de lo que había pasado. Es por eso que-
—¡Eres un hijo de puta! —le gritó rompiendo a llorar—. Todo este tiempo me engañaste, te burlaste de mi ¡Eres una basura, Noah! ¡No puedo creer que cayeras tan bajo!
—Me enamoré de ti, es por eso que no quiero seguir fingiendo, quiero que estemos juntos. Tú misma lo dijiste, quieres a Nathan, y yo soy él. Él sólo es-
—Quiero que te vayas de mi casa, no quiero volver a verte en mi vida. Vete ¡Largo!
—Ale-
—¡Qué te vayas! —le gritó quitándole a Anika de los brazos, quién comenzó a llorar, asustada.
—Por favor cálmate —le pidió afligido—. E intente entenderme.
Lo empujó con una de sus manos fuera de la habitación, mientras con la otra sostenía a su hija, que no dejaba de llorar, llamando a Noah.
—Vete Noah ¡Ya lárgate!
—De acuerdo, me iré, pero déjame calmar a Ani, la estás asustando.
—No, no volverás a acercarte a mi hija ¡Vete! ¡No quiero verte! —lloró desesperada, sintiéndose tan humillada—. ¡Desaparece de mi vida! Sólo... Largo —pronunció lo último quebrada—. Y-Ya vete, no vuelvas más.
Sus ojos también se cristalizaron, y sin importarle como ella pudiera reaccionar, la abrazó, a ambas.
—Perdóname por favor, no quería herirte una vez más, lo juro. Jamás quise jugar contigo, ni mentirte, sólo quería que me conocieras, y conocerte también.
Alenka no le dijo nada, sólo continuó llorando, abrazando a su hija que también estaba aferrada a su pecho. Sabía que había actuado mal frente a la niña, que la había asustado... Pero ver aquello, enterarse de la verdad, la había superado.
—Sólo te pido que me des una oportunidad, podemos ser felices, podemos estar juntos. Por favor.
***
Tomó su valija al escuchar que ya estaban llamando a los pasajeros para abordar, y se acercó con su hija en brazos hacia la fila. La niña estaba durmiendo, chupándose uno de sus deditos.
Ella tenía puesto unos anteojos negros, para intentar ocultar sus ojos hinchados de tanto llorar. Ya no volvería a burlarse de ella una vez más.
Besó suavemente la frente de la bebé, y esperó a que ella le tocara. Sólo tenía tres personas frente a ella, por lo que no demoraría mucho en irse.
Lo único que deseaba realmente, era marcharse de allí y no volver jamás.
***
Abrió sus ojos con cansancio, al sentir que alguien le tocaba los párpados, y se encontró con la sonrisa más hermosa que podría ver en su vida.
—Mamá —le dijo Anika, tomándola del rostro.
Los ojos de Alenka se cubrieron de lágrimas, y la abrazó a ella, intentando no llorar nuevamente. Pero era imposible verla y no pensar en él, si se parecía tanto.
—¿No podías dormir bebé? ¿O tienes hambre? —le preguntó en un tono suave, acariciándole la espalda.
La acomodó sobre su regazo y tomó una de sus manitos, acariciándola suavemente, mientras le daba el pecho. Anika la miraba, esperando a que su madre le hablara, como siempre lo hacía cuando la alimentaba.
Pero la mente de la castaña estaba en otro lado, mirando hacia la nada. Un par de horas más, y dejaría todo atrás.
***
—Mamá no está muy segura, pero parece que es por aquí —habló no muy convencida, guiándose por las instrucciones del GPS.
No conocía el lugar, ni el país, era la primera vez que pisaba aquellas tierras, pero esperaba que con aquel cambio, su vida retomara el rumbo.
Observó el nombre de las calles, y luego la captura de pantalla que tenía guardada, de la casa que había alquilado por un mes. Debía esperar un tiempo para mudarse a la casa que había comprado el día anterior, antes de hacer aquel viaje.
—Ani, creo que hemos llegado —sonrió al ver su hogar temporario.
La bebé iba en su coche, mordiendo un peluche en forma de perro.
—¿Qué te parece? Está linda ¿verdad? Pero nuestra verdadera casa, está mucho mejor.
Empujó el coche por el camino que las llevaba hasta la casa, y luego buscó las llaves en su cartera.
—Parece que otra vez sólo seremos tú y yo, hijita... Tendrás que soportar que mamá te hablé todo el día —sonrió con desdén—. Ya no puedo confiar en nadie.
...
Lamento actualizar tan tarde, y los errores que pueda tener. Pero es que hoy trabajé todo el día.
Mañana habrán más capítulos y responderé a todos sus mensajes, que obviamente ya estuve leyendo 😘❤️💞
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Leader
Science FictionLuego de un siglo de su creación, nacimiento, la vida del líder de la nación artificial y sintética, se ha tornado muy solitaria y monótona. Después de tantos años de soledad, Noah comienza a comprender que ningún hombre está diseñado para no tener...