—Muy bien princesa hermosa, hoy cumples quince años, y sé que ya es una tradición arcaica el realizarle algo especial a la chicas de tu edad. Pero, sabes que el tío Josh es muy viejo —sonrió divertido, observando a su sobrina de corazón, y ahijada—. Dime Ani ¿Qué te gustaría tener? Lo conseguiré para ti.
La jovencita, de cabello castaño oscuro y ojos azules, lo observó curiosa, y lo meditó por unos segundos.
—¿A qué tipo de regalo te refieres?
—¿Qué te gustaría? ¿Hacer un viaje por el mundo? ¿Un auto? Mm no, creo que eso tu mamá no estaría muy convencida de dejarte manejar —rio bajo—. Pero podría regalártelo de todos modos, y luego lo usas cuando tengas un par de años más.
—No, no necesito nada de todo eso, tío. Sólo... Sólo hay una cosa que tú podrías darme, y sería más especial que cualquier otro regalo.
—¿Cuál, cariño? Tú sólo dime.
La jovencita miró hacia abajo, y jugó con sus dedos, antes de respirar profundo, y preguntarle aquello.
—Tío, tú... ¿Tú podrías tomar la imagen de mi papá? —pronunció en un tono bajo, con vergüenza, sin poder mirarlo a los ojos—. Sólo por un momento, para poder abrazarlo... Son muchos años sin él, y no puedo recordarlo.
El castaño la observó con pesar, e intentó sonreír, porque debía ser fuerte por ella.
—Tu padre estaría muy orgulloso de ti, Anika. Te has convertido en una niña con buenos valores, bondad y amor. Y sobre todo, si él pudiera estar aquí —le dijo en un tono suave, cambiando de imagen—. Te diría cuando te ama.
Anika levantó la cabeza, al escuchar aquella voz que creyó que no podría recordar, pero que ahí seguía guardada en su memoria. Y observó a su padre.
Sus ojos azules se cristalizaron, y se abrazó con fuerza a su pecho, intentando no llorar. Sabía que era Josh, sabía que era un deseo absurdo, pero en el fondo era una niña, que lo único que anhelaba más que nada en la vida, era volver a ver su papá.
Quería olvidarse de todo, no culpaba a Noah por lo que había hecho, pero lo necesitaba demasiada en su vida. Por un momento, se permitiría olvidar que aquel hombre que estaba abrazando era Josh, y sólo pensaría en su papá.
—Ani, cierra tus ojos y recuerda todo lo que viviste con él. Sé que eras muy pequeña, pero puedes sentirlo. Cuando te leía, sé que te gustaba mucho eso, yo mismo lo veía —sonrió acariciándole la espalda—. Tú lo escuchabas atenta, te perdías en su voz, y le sonreías cuando él dejaba la lectura para verte. En serio, fuiste lo que más amó en ésta vida, y quiero que jamás lo olvides. Estoy seguro que para Noah, fuiste su último pensamiento, su último recuerdo.
—Y yo siempre lo amaré —pronunció en un tono quebrado.
—Sé que sí, hermosa.
Anika lo siguió abrazando por varios minutos más, y cuando se sintió más calmada, se separó de él, sonriendo.
—Tío ¿Vamos por un helado?
La miró sorprendido, y luego sonrió, volviendo a su imagen.
—Por supuesto.
Era innegable que esa muchachita, llevaba en sus venas una historia enorme. Era ver sus ojos y recordar a Noah, y a su vez a Aiden, el mismo color azul intenso.
Pero a su vez, era la bondad y la ingenuidad de Ann, con esa sonrisa pura y genuina, que tanto la había caracterizado. Anika era el final y el comienzo de una generación.
Anika había sido el renacer y la esperanza de un hombre devastado.
—¿Ya has pensando en el sabor del helado qué quieres? —le preguntó caminando ambos hacia la salida.
—¿Sabes qué? mejor quiero pollo —sonrió divertida, haciéndolo reír.
Sí, una generación entera en una sola persona.
.
.
.~FIN~
Muchas gracias amores míos por haberme acompañado una vez más. Y con ésta historia, cerramos un ciclo en la serie.
No sé si habrán más libros de amor artificial, por el momento, éste es el último.
¡Gracias bellezas por ser parte de ésta serie que lleva casi tres años! ❤️💕
Pd de la fecha 15/03/22: Recuerden que luego de este libro, sigue Mío por derecho. Espero pronto poder re subirlo, como con este ❤️❤️✨
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Leader
Science FictionLuego de un siglo de su creación, nacimiento, la vida del líder de la nación artificial y sintética, se ha tornado muy solitaria y monótona. Después de tantos años de soledad, Noah comienza a comprender que ningún hombre está diseñado para no tener...