XXVII

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—Papá, papá —balbuceó con una hermosa sonrisa, intentando dar sus primeros pasos para llegar a Nathan.

La pequeña Anika estaba siendo sostenida por su mamá, y la niña quería correr hasta el muchacho. Aunque sus piernas aún no iban tan rápido como ella deseaba.

—Eso es bebé, ven aquí —sonrió suavemente el muchacho, observando la emoción de la bebé al estar más cerca.

La tomó en brazos y la hizo saltar, haciéndola reír.

—Ella en serio te adora —sonrió Alenka.

—Somos un equipo ¿Verdad? —le dijo chocando suavemente su puño con la manito de Anika.

—¿Equipo?

—Un equipo secreto —sonrió divertido—. Entonces ¿Te irás en un mes como dijiste?

—Aún no termino de decidirlo, y necesito que el papá me firme un permiso también —suspiró.

—¿Y crees que él no te deje?

—No lo sé, él no quería que me fuera.

—Quizás si se sientan a hablarlo, encuentren una solución ambos.

—Su solución sería venir con nosotras, y yo no lo quiero cerca mío —pronunció en un tono molesto.

Nathan sonrió, haciendo saltar a Anika.

—¿No sería algo bueno para la bebé?

—Él lo usaría a su favor para estar cerca mío.

—Bueno, en el caso que te vayas, creo que deberíamos tener nuestra cena.

—Debo hablarlo primero con su papá, necesito que él la cuide esa noche.

—O trae a Ani con nosotros —sonrió con simpleza—. Sería sólo una cena... A menos que tú quieras más —sonrió travieso.

***

¿Qué tan grande debería ser la fiesta de primer año? Él recordaba que cuando su hijo había cumplido un año, había sido algo íntimo.

Quizás con Anika debería ser igual, invitar sólo a sus amigos más cercanos, la única niña que estaría presente sería la de Adam. Las parejas amigas no tenían hijos pequeños.

Una pantalla se desplegó en la sala, y pronto se proyectó un buscador. Necesitaba buscar temáticas de cumpleaños para niñas. Sólo faltaba un mes para el cumpleaños de su hija.

Observó que habían decenas de disfraces, y no pudo evitar sonreír al imaginar cómo se vería su bebé en cada uno de ellos.

***

Estaba bañando a su hija, sumida en sus pensamientos, mientras la niña chapoteaba en el agua. ¿Qué haría? Porque la invitación de Nathan era clara.

Si ella iba con Anika, sería una cena "familiar". Pero si iba sola, ella le estaría confirmando que buscaba algo más íntimo. ¿Y es que realmente quería que pasara aquello?

Había pasado mucho tiempo desde que había estado con un hombre, y lo mejor, es que en éste caso él lo sabía. Nathan era ese amigo que había estado necesitando.

Alguien con quien hablar, con quién sacar tanta frustración y tristeza, sin miedo a que pudiese juzgarla.

Y era un muchacho guapo, eso era innegable. Era alguien atractivo y amable, y sobre todo y más importante, a Anika le encantaba. La pequeña disfrutaba estar con él, que la hiciera jugar.

Miró a su hija, que estaba tomando las gotitas de agua que le escurrían por la boca, y sonrió divertida, tomando la toalla para sacarla del agua.

—Vamos a cambiarte, tu papá vendrá a buscarte, hermosa.

—Papá.

—Ajá, tu papá vendrá a buscarte, y mamá debe hablar con él —pronunció bajo.

***

—La nueva droga en la que hemos estado trabajando por años, finalmente está lista para salir al mercado.

—¿Cuál de todas? —preguntó curioso.

—Para tratar el VHT, lo hemos probado en un paciente que lo presentaba, y luego del tratamiento de dos semanas, se encuentra en perfecto estado de salud. Hemos notado que si se trata la enfermedad en su primera etapa, con solo tres dosis, en un intervalo de una dosis por día, el paciente puede volver a su vida normal al cuarto.

—¿Y cómo sería la prevención para las personas sanas?

—Debe colocarse en embarazadas, en niños a partir de su primer año de edad, con la colación de una segunda dosis a los seis meses, y luego a los doce meses. En adultos sanos es igual. Desde su primera colocación, la segunda a los seis meses posteriores, y la tercera después de doce meses.

Noah asintió con la cabeza, y tomó su celular, ya que le había llegado un mensaje.

—Preparen las dosis necesarias para tratar las zonas más vulnerables y de infectados.

—Pero-

—Saldrá al mercado para prevenir, mi principal prioridad es acabar con la enfermedad.

Salió del laboratorio, y leyó de quién se trataba, marcando su número de celular.

—Ale ¿Qué ocurre?

"—¿Te pasó algo? Llevas retrasado diez minutos."

—Lo siento, iba de camino a tu casa cuando me llamaron por algo urgente. Ya estoy yendo para allá.

"—De acuerdo, adiós."

Muy pocos conocían de la empresa farmacéutica de Noah, o del trabajo que allí se realizaba para ayudar a las personas enfermas.

Aquella nueva vacuna, salvaría miles de vidas.

***

Río bajo al observar a su hija saltar en una especie de hamaca para bebé, que la mantenía en pie. Anika ya quería comenzar a caminar.

—¿Qué estás haciendo salvaje? —le dijo en un tono juguetón, acercándose a ella—. Creo que me voy a comer a una bebita a besos —pronunció besándole la panza, escuchándola reír.

Se sentó frente a ella y la tomó de las manitos, mientras la niña seguía saltando, balbuceando.

—Hm, se me hace que serás muy charlatana. En eso sí saliste a mamá —sonrió suavemente.

Tomó a la niña al escuchar que tocaban el timbre, y le fue a abrir a Noah. Era la primera vez que tenía un retraso a la hora de ir a visitarla.

—¡Papá! —exclamó al verlo, siendo recibida por los cálidos brazos de su progenitor.

—Tú siempre tan feliz de verme, hermosa —le dijo en un tono suave, sonriendo mientras la abrazaba—. Lamento la demora, Ale, pero en serio tuve que desviarme de camino cuando venía para acá. Una de las investigaciones que están a mi cargo, han brindado resultados muy favorecedores para los humanos.

—Creí que sólo te ocupabas de androides, cyborg y humanos artificiales.

—Y de los humanos normales también —sonrió—. Mi pueblo tiene muchas ventajas al ser producto de modificaciones, casi no padecen de enfermedades.

—Es bueno saber entonces que alguien se preocupa.

—Por cierto ¿De qué querías hablar?

—Ah... ¿Podrás cuidar a Ani el viernes por la noche?

...

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