Llevaba una semana viviendo en la casa de Noah, y finalmente podía sentirse en paz. No más visitas de amigos, ni de la fastidiosa novia de él.
Es más, hasta Noah no estaba en la casa, por tener que asistir a un evento. Podía sentirse cómoda y tranquila con su bebé. Incluso la pequeña se veía más calmada.
Se puso un camisón largo y holgado, y con eso anduvo por la casa, limpiando la habitación que obligadamente debía compartir con Noah.
Sacó las mantas de las camas, y las sábanas, para cambiar todo por unas limpias. Mientras su hija estaba en una butaca para bebés, mirando curiosa un peluche.
¿Cómo podía ser tan tierna? Todo le llamaba la atención, todo quería conocer con sus hermosos ojitos, y llevárselo a la boca.
Abrió las ventanas, permitiéndose ventilar el ambiente, y luego observó a su bebé. Ya estaba cansada de estar encerrada en esa casa, iría a pasear con la niña.
Tomó la mochila y luego a su hija, sonriendo al ver como le sonreía ella también.
—Eras una niña muy preciosa —le dijo dulcemente, besando su frente—. Y mamá te ama demasiado.
***
—Hmm, me gusta éste —pronunció tomando un vestido para su hija.
Desde que había quedado embarazada, sólo compraba ropa para la niña. Era imposible no hacerlo siempre que pasaba por una tienda, y veía cosas tan tierna.
—Ow mira ésta, te quedará preciosa —sonrió tomando una diadema con una flor en el centro.
Llevaba a la niña en una mochila para bebés, y Anika sólo podía mirar a su mamá, moviendo sus piernitas ansiosa cuando le hablaba.
—Llevaré éste vestido, la diadema, esos zapatitos de ahí, mmm —pronunció pensativa, observando los estantes con ropa y accesorios para bebés—. Me gusta esa camisita rosa de ahí, también la llevaré —sonrió.
Tomó su tarjeta de crédito, y cuando estaba por pagar, su celular comenzó a sonar. Le dio la tarjeta, y atendió la llamada, mientras la chica de la tienda le cobraba.
—Hola.
"—Ale ¿Dónde estás?"
—Comprando —pronunció firmando.
"—Te dije que no salieras sola de la casa ¿Por qué no compraste online?"
—Muchas gracias —le dijo sonriéndole a la chica, tomando las bolas y saliendo de la tienda—. ¿Y tú qué crees Noah? ¿Qué me quedaré encerada en la casa hasta que tú regreses? Estás muy equivocado.
"—Podría ser peligroso que salgas sola con Anika."
—No, no lo es, he salido decenas de veces sola con ella. Ya deja de ser tan obsesivo. Así como tú tienes derecho a salir sólo, o con tu novia, yo también. Adiós —pronunció molesta, cortando la llamada.
Miró a su hija y le dio un beso en la frente.
—Ojalá ese tipo pronto tenga un hijo y se olvide de nosotras...
***
—¿Qué te ocurre amor? Estás muy serio —le dijo en un tono aniñado, mientras se subía sobre sus muslos, sonriendo.
—Nada, sólo estoy cansado.
—¿Seguro? —le inquirió pasando sus brazos por detrás de su cuello.
—Sí —sonrió levemente, pasando sus manos de arriba abajo por su cintura.
—Hmm, creo que tengo la forma de hacerte sentir mejor —murmuró en un tono sensual, antes de besarlo lentamente.
El moreno correspondió a su beso, apretándola contra su entrepierna. La joven bajó con suaves caricias por su pecho y se fue directo a su pantalón, desprendiéndolo.
—Quiero ser tuya —jadeó contra su boca, metiendo una de sus manos dentro del pantalón, masajeando su miembro—. Quiero ser tuya toda la noche, Noah.
***
—Beso, beso, beso en ésta pancita hermosa —pronunció en un tono juguetón, antes de darle varios besos en la panza a la bebé, escuchándola reír.
La tomó con cuidado, y la abrazó a ella, aspirando su dulce aroma a bebé, escuchándola balbucear.
—Mamá también te ama —le dijo besando su hombro.
La volvió a acostar en la cama, y terminó de vestirla, ya que ambas habían tomado un baño.
—Perfectamente hermosa —sonrió al verla en su pijama de conejito—. Ahora a comer y dormir.
Se recostó en la cama, poniendo dos almohadones detrás de su espalda, y le dio el pecho a la niña, tomando su celular. Finalmente podía relajarse un poco.
La tomó de una de sus manitos, y la acarició suavemente.
—Duerme pequeña —le dijo en un tono dulce, besando su frente.
"Qué tan vulgar se puede ser? Para que tanta exposición?" Expresaba un comentario al pie de una foto que había sido compartida recientemente.
Alenka observó con molestia la foto, en donde estaba Noah con su novia en la cama. Él obviamente no debía estar enterado de la foto, ya que estaba durmiendo, pero no por eso dejaba de ser menos desagradable.
La modelo se notaba que estaba desnuda, ya que las sábanas le tapaban levemente los pechos, y estaba acostada al lado de Noah, sonriendo.
Miró a Anika, que ya se había dormido, y negó con la cabeza. Ella no quería que su hija se criara en un ambiente así, y mucho menos, con una mujer como esa en su vida.
***
Bajaba las escaleras para irse a la casa de sus padres, y llevarles a la niña para que la vieran, cuando vio a Noah entrar con su novia a la casa, besándose.
Se aclaró la garganta y cuando él la vio, apretó sus puños con rabia.
—Me iré a pasar el día a la casa de mis padres, y cuando regrese, tú y yo debemos hablar.
—¿Por qué quieres estar a solas con mi novio? —le inquirió celosamente Malena, abrazándose a Noah.
—Te aseguro que para sacarme fotos desnuda no.
El muchacho miró confundido a Alenka, y ella sólo pasó por su lado, saliendo con la bebé.
—Ale, espera —le dijo alcanzándola en el portón.
Malena se había quedado dentro de la casa, observándolos por la ventana.
—¿Qué pasa? ¿Por qué estás molesta?
—¿Y encima tienes el descaro de preguntármelo? ¡No respetas un carajo, Noah! ¡¿Quién demonios te crees que eres para obligarme a tener que verte a ti y a tu novia haciendo escenas por toda la casa? Me cansaste, no voy a permitir que mi hija se crie en un ambiente tóxico como éste. Me importa una mierda si te gusta o no, o quién diablos seas. O te vas de la casa y me dejas vivir en paz, o juro que la que se va soy yo y no vuelves a ver a Anika. No me conoces, Noah, y no tienes idea de lo que puedo llegar a ser capaz por mi hija.
...
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Leader
Science FictionLuego de un siglo de su creación, nacimiento, la vida del líder de la nación artificial y sintética, se ha tornado muy solitaria y monótona. Después de tantos años de soledad, Noah comienza a comprender que ningún hombre está diseñado para no tener...