XXIV

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Estaba plácidamente durmiendo con su bebé, cuando escuchó unos pasos en su habitación. Abrió los ojos rápidamente, y se encontró con un alto hombre de cabello oscuro y ojos azules.

Se acomodó la ropa, ya que su hija se dormía con el pecho en la boca, y lo observó desconcertada.

—Noah ¿Me puedes explicar qué haces en mi casa? ¿Con qué derecho entras sin siquiera avisarme?

—¿Recuerdas que te dije que vendría a hablar? —le dijo acercándose a ella para tomar a Anika.

—¿Y qué con eso? No puedes entrar a mi casa sin avisarme.

—Preparé el desayuno para los tres.

—Por Dios, me harás cabrear. Espero ésta sea la última vez que entres a mi casa sin permiso. Nosotros no somos nada.

—Lo siento, sólo quería tener un buen gesto contigo.

—No hubieras venido entonces —le dijo saliendo de la cama.

Noah suspiró, y salió de la habitación junto a Anika, quién seguía durmiendo.

—Lo arruiné todo, hija.

***

Estaban ambos sentados en la mesa, con Anika en medio de los dos, quién estaba sorprendida, pero feliz, de tener a ambos padres juntos.

Pero Alenka no compartía la felicidad con su pequeña, ella no quería a Noah en su casa.

—¿Has pensado en algo para el cumpleaños de Ani?

—Sí, luego de que tú festejes con ella, me la llevaré unos días al mar —le dijo sin mirarlo, dándole el biberón a su hija.

—Quisiera que tú también estés ahí, que ella al menos pueda ver en un futuro, que intentamos llevarnos bien.

—Noah, yo ni siquiera quiero verte. ¿Qué es lo que quieres? ¿Una foto? Nos tomamos la foto y ya, no hace falta que yo esté ahí.

—Sólo quiero que me perdones.

—¿Por qué no estás con Malena? ¿Te cansaste de ella y volviste con tu segunda opción?

—Ya no estamos juntos.

—Que buena percepción tengo, ya se me hacía extraño que tú vinieras tan atento a hablar conmigo. Del mismo lugar donde sacaste a esa chica, puedes encontrar otro revolcón seguro.

—Ale, no quiero discutir.

—Entonces vete —le dijo con simpleza.

—Faltan dos meses para el cumpleaños ¿Dónde sería más cómodo para ti festejarlo?

¿Era estúpido? ¿La ignoraba a propósito? ¿O como diablos tenía que decirle que no iba a pasar el cumpleaños de su hija con él?

***

Estaba en su despacho, con la puerta abierta, cuando escuchó el murmullo de sus compañeros, a los cuales ignoró porque debía terminar de revisar unas propuestas.

—¿Alenka Strauss?

—Sí ¿Qué de...sea? —murmuró al ver el enorme ramo de rosas blancas y rojas que un muchacho cargaba.

—Esto es para usted ¿Podría fírmalo?

—¿Para mí? —le preguntó confundida.

—Sí, lo enviaron para usted. Firme aquí.por favor —le pidió acercando a ella una tablet.

La joven castaña lo hizo, y el muchacho se despidió de ella, dejándole aquel enorme ramo. Buscó una tarjeta, algo que le dijera de quién era.

"Tal vez esto tendría que haberte enviado luego de nuestra primera "cita" en el club."

Lo pensó por un momento, y luego supo quién era el responsable.

—Estúpido —gruñó tomándolas y saliendo con ella de su oficina.

Se acercó hasta un cesto de basura que había en el pasillo, y allí las tiró.

—¡No! Ale ¿Por qué haces eso? Estaban muy bonitas —le recriminó una compañera.

—Pues quédatelas entonces —le dijo volviendo a su oficina.

***

—Tu mamá debe estar un poco molesta —sonrió con la niña en brazos—. Elige uno para ella —le dijo enseñándole varios collares y aretes.

Los ojitos de Anika estaban en todas esas piedritas brillantes y coloridas. Sus pequeñas manos querían tomarlas a todas y llevárselas a la boca.

—Me gusta ese collar de allí —le dijo señalándole uno de oro blanco con diamantes—. Es para un regalo especial ¿Podrían enviarlo?

***

—¿Alenka Strauss?

Miró de mala forma al tercer muchacho que se le aparecía en la mañana con un pedido.

—Si tienes algo que provenga del señor Noah Cocks, tendré que pedirte que lo devuelvas. No aceptaré nada que venga de él.

—Pero señorita, yo sólo-

—No lo aceptaré, lo siento. Que tengas buen día.

Las flores, las malditas cajas de bombones ¿Qué carajos buscaba ese idiota? Una persona más que viniera a traerle una estupidez, y lo denunciaría por acoso. Ella no tenía tiempo para juegos.

***

Estaba llegando a la casa del maldito imbécil de líder que tenían los androides, cuando se topó con un grupo de músicos. No, cuando creía que no podía ser más patético, le salía con eso.

Tocó timbre, ignorando a los tipos detrás de ella cantando, y miró furiosa la cámara.

—Si no quieres acciones legales, abre ya ésta maldita puerta.

La puerta se abrió y ella entró furiosa, dirigiéndose directo hacia la casa, dónde el moreno la estaba esperando con su hija en brazos.

—¿Por qué demonios te empecinas en joderme el día? No soy como esas mujeres con las que sales ¡No quiero tu maldito dinero! —bramó furiosa tomando a Anika en brazos—. Ya déjame vivir en paz.

—Sólo quiero tú perdón.

—Lo único que conseguirás será una orden de restricción por acoso. Entiéndelo de una maldita vez, no quiero nada que venga de ti.

La vio marcharse con su hija, y suspiró. Sí, tal vez tenía razón, de ese modo no llegaría a ella.

***

Eran cerca de las ocho de la noche, y la joven madre se encontraba en una cafetería con su hija. No le gustaba ir a su casa de mal humor, prefería volver cuando ya estuviera más calmada, con buenas "vibras".

—Disculpa ¿Conoces está dirección? —le inquirió un muchacho acercándose a ella, ya que Alenka estaba sentada en una de las mesas de afuera.

—Sí, es a tres cuadras de aquí, doblando a la derecha ¿Te has mudado?

—Sí, llegué hace un rato, mi avión se había demorado —sonrió—. Muchas gracias.

—No hay de qué —le dijo con una suave sonrisa.

Conocía la dirección, porque era cerca de su casa. De hecho, era la misma calle.

—¿Qué tal si nosotras también volvemos, guapa? Ya está oscuro —le dijo a su pequeña.

...

Habrá un capítulo más el día de hoy ❤️

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