XXIII

2.3K 409 41
                                    

-Esa panza hermosa es mía -le dijo en un tono juguetón, antes de besarla y hacerle cosquillas, escuchándola reír-. Toda ésta bebita es de mamá.

Cuando logró zafarse de los besos de su madre, se colgó de su cuello, comenzando a buscar su pecho. Alenka río divertida, parecía un cachorrito.

-¿Qué estás buscando, dos dientes? A mamá ya le da miedo darte el pecho.

La escuchó quejarse, frustrándose porque su madre no le daba de mamar. Sonrió resignada, y se desabotonó los primeros ojales de su camisa, para amamantarla.

-Ya estás cerca de tu primer año, mi amor -sonrió acariciándole el cabello-. No puedes seguir tomando la teta.

Anika la miraba fijamente a los ojos, sonriéndole cuando ella le sonreía, sujetándola con fuerza de su dedo índice con su manito.

-Creo que es momento de tomar sólo el biberón.

Estaba cerrando los ojos, a punto de quedarse dormida con su hija, cuando un golpe llamó su atención. Creyó que había sido su imaginación, pero entonces escuchó nuevamente que estaban tocando la puerta.

El temor se apoderó rápidamente de ella, ya que no había forma de que nadie cruzara el portón principal. Tomó a su hija en brazos, y marcó el número de emergencia.

"-Servicio de emergencia ¿En qué puedo ayudarle?"

-Alguien quiere entrar a mi casa, estoy sola con mi hija. Necesito que envíen un móvil.

-Alenka, abre por favor.

"-¿Podría decirnos-?"

Cortó la llamada al escuchar la voz de Noah sonar en la casa. Fue hacia la sala, y vio una sombra del otro lado de la puerta.

-Ale, abre por favor.

-¿Cómo pasaste?

-Sabes que soy parte cyborg también.

-¿Y como voy a estar segura que eres realmente tú?

-¿Qué debo hacer o decirte para qué me creas?

-No lo sé ¿Por qué vendrías a las diez de la noche a mi casa?

-Porque necesito hablar contigo. Y... Algo que nosotros dos sólo sepamos, sería la primera que estuvimos juntos -habló bajo-. Ambos habíamos bebido de más, y casi lo hicimos en el coche. Entonces me dijiste que-

-Ya, okay, eres tú -le dijo apenada, abriendo la puerta-. ¿Qué quieres, Noah?

-Necesito hablar contigo, ya no quiero abogados de por medio, ya no quiero llevarme mal contigo, quiero que estemos bien.

Lo observó extrañada.

-¿Algo más?

-Nos debemos una conversación, después de aquella noche, no volvimos a vernos, yo me distancié, y luego tú renunciaste. Jamás aclaramos nuestras dudas.

-Por favor Noah -le dijo rodando los ojos-. Pasaron casi dos años desde entonces.

-Y es por eso que necesitamos hablarlo, para que dejes de guardarme tanto resentimiento. Y lo acepto, Alenka, me equivoqué y te herí al decirte Nina, lo siento, yo no estaba pensando con claridad. Fui una basura al intentar utilizarte para olvidarla.

Ella lo observó impasible, realmente ya no le interesaban sus disculpas.

-Cuando tú te empezaste a interesar en mi, yo estaba sumido en una gran depresión, me sentía muerto, lo único que quería, era dejar mi pasado atrás.

LeaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora