CAP. 11

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Aparecieron en la entrada de la casa. Hermione fue la primera en entrar. Aún iba rumiando lo que había sucedido en la Academia. La siguió Harry, que arrastraba literalmente a Draco del brazo. El otro chico no ofrecía resistencia, pero se veía a las claras que estaba muy, muy enfadado. Una vez que estuvieron los tres dentro, Harry les indicó con un gesto de la cabeza que fuesen a la cocina. Allí, se sentaron y permanecieron en silencio unos minutos. Hasta que estalló la tormenta.

-¿SE PUEDE SABER QUE COJONES TE HA PASADO ALLÍ, MALFOY? TÚ ERES TONTO Y NADIE SE HABÍA DADO CUENTA HASTA AHORA. PORQUE LO TUYO YA ES DE MANUAL. ¿CÓMO NARICES SE TE METE EN ESA CABEZOTA PELITEÑIDA EL ATACAR A UN COMPAÑERO AÚN EN EL EDIFICIO? SI TE LLEGA A PILLAR EL DIRECTOR, AHORA MISMO ESTARÍAMOS ESCOLTÁNDOTE A AZKABAN. ERES EL TÍO MÁS GILIPOLLAS, INSENSATO Y DESCEREBRADO QUE ME HE ECHADO EN CARA EN MI CORTA VIDA

La explosión de Harry les pilló completamente desprevenidos. Hermione nunca había visto a su amigo así. Y Draco… le importaba más bien poco la opinión que en esos momentos pudiera tener el Niño-que-volvió-a-vivir. Se limitó a mirarlo como si de una maceta poco interesante se tratara.

-¿ES QUE NO PIENSAS SIQUIERA EN TOMARTE LA MOLESTIA DE CONTESTARME?

-No tengo nada que decirte.

-Malfoy, por favor… -Hermione llevaba un buen rato intentando averiguar el por qué del comportamiento del rubio. Éste la miró con verdadero odio.

-Tú cierra la maldita boca. Eres una estúpida sangre sucia que no aprende, ¿verdad? Eso, o tienes la peor memoria de la historia.

-¡A HERMS NO LE HABLAS ASÍ, HURÓN!

-La hablo como me da la santísima gana, Potter –Draco arrastraba las palabras más de lo acostumbrado. Eso denotaba lo mucho que se había cabreado.

-No te entiendo, Malfoy  -Hermione le miraba, suplicante. Que él la tratara así de nuevo dolía. Y mucho. Aunque no entendía el por qué.

-¿No? Tendremos que hacer memoria. No sé, quizá se te ha olvidado una conversación escuchada a escondidas, en la que averiguaste verdaderas atrocidades. Quizá tu frágil cerebro sangre sucia no da para discernir entre un psicópata manipulador y una buena persona. Quizá seas tan estúpida que te has dejado engañar. Pero sabes, ese no es mi problema. Creí que se podía confiar en las personas, pero me habéis demostrado que no. Como siempre.

Harry estaba completamente perdido. No sabía a qué conversación se refería Malfoy. Pero debía tratarse de algo muy grave para estar como estaba. Miró a su amiga, en busca de ayuda, pero la chica permanecía con los ojos fijos en el otro chico. Y estaba a punto de llorar. Draco soltó un bufido.

-No me vengas ahora con lagrimitas que no cuela, sangre sucia. Tendrían que cambiar el lema de la casa de los leones. Tendríais que ser la casa de los idiotas, ingenuos y desleales. Y luego os atrevéis a insultarnos a nosotros, a los slytherin.

-Te estás pasando mucho, Malfoy –Harry avanzó unos pasos hacia él, varita en mano.

-Venga, atácame. Que se os da muy bien eso. Ahora que estoy desarmado. Aunque, qué más da eso, si no puedo hacer magia sin vuestro puto permiso. –Draco se había puesto de pie, erizado por la furia.- El lema de Slytherin es “En Slytherin encontrareis el camino a la grandeza”. Pero nosotros tenemos otro lema. “En Slytherin hallarás la verdadera amistad”. Porque seremos rastreros y antisociales con las otras casas, pero entre nosotros somos leales. Si un slytherin te ofrece su amistad sincera, tienes un amigo hasta la muerte. No como vosotros… que a la primera de cambio dais la puñalada por la espalda.

-¿Se puede saber a qué narices viene todo esto? Porque no tengo ni la más remota idea de qué coño estás hablando, Malfoy.

-Estoy hablando de la traición de tu queridísima amiguita, la sangre sucia. Después de ver de lo que es capaz vuestra adorada comadreja, hace la vista gorda, como si no hubiese pasado nada. Un lo siento y aquí paz y después gloria, ¿verdad? Pero yo no perdono tan fácilmente. No con esto. Y si quieres saber más, que te cuente esa desgraciada. Yo tengo que subir a por mi primo para que mi tía pueda salir.

BAJO LA SOMBRA DEL MORSMORDREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora