Le despertó un molesto zumbido. Abrió con pesadez los ojos y miró a su alrededor. La habitación estaba en penumbra. Se levantó muy despacio y registró el cuarto minuciosamente. No había nada. Pero el zumbido persistía. Salió al pasillo, que permanecía a oscuras. No había nada fuera de lo normal. Pero el puto zumbido seguía ahí. Maldiciendo en voz baja, caminó hasta la habitación de Potter. Abrió la puerta de golpe, haciendo que el otro chico se despertara bruscamente.
-¿Se puede saber que cojones haces, maldito hurón? –Harry cogió sus gafas de la mesita de noche y miró al rubio, que permanecía en la puerta, mirándolo fijamente.
Draco le vio mover los labios, pero no pudo oír ni una sola palabra. El zumbido tapaba cualquier otro sonido. Exasperado, habló casi a gritos:
-NO OIGO NADA MÁS QUE UN ZUMBIDO. –Harry le miró, molesto. Cogió un trozo de pergamino y escribió algo apresuradamente. Draco lo leyó. "No grites. Aquí el sordo eres tú"- MUY GRACIOSO, POTTER. AHORA QUIERO SABER QUÉ NARICES ME HABÉIS HECHO.
Harry puso los ojos en blanco ante la frustración. Agarró a Malfoy por la manga del pijama y lo arrastró hasta el cuarto de Hermione. Llamó a la puerta con suavidad. La chica no abrió. Draco, ya muy cabreado, abrió la puerta sin ningún miramiento.
-GRANGER, LEVANTA TU CULO GORDO DE LA CAMA Y MIRA A VER SI PUEDES ARREGLAR LO QUE SEA QUE ME HABEIS HECHO.
Hermione se cayó de la cama del susto. Cuando pudo ubicarse, lanzó una mirada asesina al hurón. Miró a Harry, que se apoyaba en el marco de la puerta mientras luchaba por no quedarse sopa.
-¿Se puede saber que le pasa a este demente?
-No puede oír nada más que un zumbido. Me ha despertado de cualquier manera –ambos le miraron con claras intenciones homicidas. Draco se hizo el sueco y se sentó en la cama de ella.
-Levanta tu pálido culo de mi cama, Malfoy –Draco, como era de esperar, ni se enteró- Joder. ¿Y qué quiere que hagamos?
-Cree que hemos sido nosotros –Harry le lanzó una zapatilla a Draco para llamar su atención. El rubio se la devolvió con mucha puntería y mucha más mala uva.- Bien, dame un trozo de pergamino, Herms.
Cogió el trozo de papel, escribió unas líneas y se lo lanzó a Draco, que lo leyó en un segundo. Luego levantó muy lentamente la cabeza y alzó una ceja.
-¿ESTÁS DE COÑA? CLARO QUE TENEIS ALGO QUE VER. ESTO ES CULPA DE VUESTRO AMIGUITO EL POBRETÓN. ID A BUSCARLO Y QUE OS DIGA CÓMO DESHACER ESTA MIERDA.
-Joder con vocear –Harry se frotó las sienes. Se acercó a Draco y le quitó el trozo de pergamino de la mano. Escribió unas palabras y lo sacudió ante sus ojos. "No grites. Te oímos perfectamente. Y te recuerdo que no podemos hablar con Ron. No como antes"
-BIEN. PUES TRAEDLO AQUÍ QUE ME ENCARGO YO. UN IMPERIUS Y LISTO.
-¡Harry! –Hermione miró a su amigo, escandalizada.
-A mi no me mires. Ahora son legales. Pero lo haré yo. Malfoy se está jugando algo más que su fortuna con todo esto. No quiero que lo condenen al Beso por una estupidez que haya hecho Ron.
Hermione iba a contestarle cuando Draco se levantó de golpe, varita en mano, pálido como un cadáver. Les apuntaba alternativamente a los dos. Había dejado de oír el molesto zumbido, pero ahora, ante él, ya no estaban sus dos ex enemigos y compañeros de casa. Se habían transformado en dos ex mortífagos, amigos de su padre y de los más crueles servidores de Voldemort.
-¡No deis un paso más! ¿Qué habéis hecho con Granger y Potter? –los aludidos le miraban alucinados. Harry dio un paso hacia él, pero Draco fue más rápido y le lanzó un expelliarmus- No te muevas. Quiero saber qué habéis hecho con ellos. Y cómo habéis conseguido la poción multijugos.