Harry miraba a su novia con verdadero pavor. Llevaban encerrados en su cuarto más de media hora y aún no había sido capaz de contarle nada a Ginny. La pelirroja esperaba en silencio. Conocía demasiado bien a Harry como para intentar forzarlo. Cuando se sintiese preparado, hablaría. Mientras, intentó crear una conversación banal.
-¿Qué tal se está portando el hurón?
-Mucho mejor de lo que nos esperábamos –Harry suspiró internamente, agradeciendo aquel respiro- Creo que todo lo que le está tocando vivir le ha suavizado bastante el carácter.
-Bueno. Lo que hicieron con sus padres no estuvo nada bien –susurró la chica- Dicen que lo presenció todo.
-Sí. Él y Theo. Nott logró avisarles escapando de la matanza en su casa. Pero cuando llegó a la Mansión Malfoy era tarde. La turba estaba prácticamente allí. Malfoy y él se salvaron por la llegada de Kingsley.
-Es horrible. ¿Por qué no se hace nada para detener esas barbaridades? –el rostro de Ginny comenzó a ponerse rojo. Harry no pudo evitar contener el aliento. Aquella era una señal inequívoca de un arranque de furia.
-Se necesita que alguien que tenga grado de familiar con las víctimas presente la queja formal y de manera legal.
-Entiendo. Los sangre pura son todos familias de tres, cuatro miembros como mucho. Y todos están muertos. Menos Malfoy y Nott.
-Nott se marchó a Estados Unidos. Y Malfoy…. Ya sabes en qué situación estaba su familia. Siendo él mortífago y su padre también, no puede hacer nada. A efectos legales, en el tema de sus padres, no tiene ningún derecho.
-¡PERO LE DECLARARON INOCENTE!
-Lo sé, Ginny. Pero ya sabes como van las cosas realmente. Esperan que meta la pata para poder quedarse con todo su oro. –Harry suspiró. Había llegado la hora de contarle lo que realmente importaba- Pero ahora, tras la muerte de Astoria, sí puede hacerlo. Porque ella era su prometida, todos los papeles estaban en regla y, técnicamente, ella era ya de la familia, así como él de la de los Greengrasss.
-¿Lo hará?
-Ya lo ha hecho. Tu padre me contó que tardarán unas dos semanas en movilizar a los aurores para que comiencen la investigación. Va para largo, porque ha pedido que se estudien todos los casos relacionados con las familias de sus amigos.
-Me alegro. Por fin se empieza a hacer algo para frenar toda esta locura.
-A eso quería yo llegar. –Harry se encomendó a todos los poderes supremos- Ron está metido de lleno en las razzias.
Ginny se le quedó mirando fijamente, alucinada. Al principió sonrió, pensando que era una broma (de mal gusto, pero una broma al fin y al cabo). Pero al ver a su novio más serio que de costumbre, con sus preciosos ojos verdes oscurecidos por la preocupación y la decepción, comprendió que estaba hablando totalmente en serio.
-No bromeas.
-No. Y, antes de seguir contándote, prométeme que no vas a juzgarme. Ni me vas a gritar. Ni te vas a cabrear conmigo ni con Herms. –Ginny asintió.- Lo sabemos porque él mismo lo confesó en el desayuno. Lo sabíamos de antes porque Herms escuchó cómo le contaba a Malfoy parte de las torturas a sus padres.
-Eso fue cuando…
-Sí. Lo de las manos. Desde ese día, Hermione estuvo atenta a todo lo que hacía tu hermano. Y a todo lo que decía. Luego me lo contó. Al principio quise negarme a creer sus palabras. Pero luego, viendo el comportamiento de Ron y la manera de actuar de Malfoy, comprendí que Herms decía la verdad. Y esta mañana, en el desayuno, le pusimos…