CAPITULO 32

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Cuando llegaron a casa Hermione dormía plácidamente en los brazos de Draco. Harry no podía evitar mirar a la pareja con asombro. Su amiga, aun dormida, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Y la expresión de Malfoy... Tuvo que parpadear varias veces para asegurarse que estaba viendo bien.
-Otro parpadeo más Potter y se te caen las pestañas -Draco sonrió con malicia. Se había dado cuenta de cómo los miraba Harry y decidió divertirse un ratito a su costa.- ¿Algo que haya sorprendido al Niño que Vivió?
-Como te gusta tocarme las narices, Malfoy. Es que se te ve... extrañamente sonriente, como si estuvieses...
-¿Feliz? Sí, Potter. Aunque suene raro estoy feliz.
-¿Y eso se debe...?
-A Gryffindor debian llamarla la casa de los cotillas. Joder lo que os gusta marujear.
-No es cotillear. A eso se lo llama estar informado.
-Disfrazalo de lo que quieras, pero no deja de ser marujeo puro y duro. Y para que no te cuezas en tu jugo por la curiosidad, te diré que estoy así porque la sabelotodo y yo ya hemos aclarado las cosas.
Draco amplió su sonrisa de maniático al ver la cara de "no me entero de nada" que puso Harry.
-No sonrias así, que me das miedo, Malfoy.
-Me lo pones a huevo. Seré bueno y te lo explicaré todo al detalle. Pero primero llevare a Hermione a la cama. Es menudita pero pesa lo suyo.
Draco enfiló escaleras arriba mientras Harry entraba en la cocina. Era un buen momento para un té nocturno. Estaba sentado esperando a que el agua hirviera cuando el ex mortífago entró.
-Siento haber tardado. Pero no quería soltarme. Y créeme. Dormida tiene mucha fuerza.
-Lo sé. Más de una vez me tocó subirla a nuestra torre porque se quedó frita estudiando.
Harry sirvió el té y permanecieron varios minutos en un cómodo silencio. Ambos estaban cansados después de la batalla. Pero tenían demasiada adrenalina en el cuerpo como para dormirse.
-Hermione y yo somos pareja.
-No me cuentas nada nuevo, Malfoy.
-No, Potter. Lo que quiero decir es que hemos decidido intentarlo en serio. Nada de hacernos pasar por novios para joder a Ronald. Queremos ver a donde nos lleva esto. Quizás a algo mucho más serio, quizás solo se quede en amistad... No lo sabemos pero queremos arriesgarnos.
Harry procesó las palabras de Draco y luego sonrió sinceramente.
-Me alegro. Me alegro muchísimo. Por Herms porque por fin ha encontrado a alguien que puede seguirle el ritmo intelectualmente y por ti porque ya es hora de que tengas algo bueno en tu vida. Y Herms es lo mejor para ti.
-Aunque aún me cueste admitirlo, tienes razón. Nunca lo habría imaginado, pero ella parece hecha para mi. Tiene cerebro, sentido del humor, un genio de los mil demonios y no se deja pisotear por nadie. Con ella la vida es mucho más entretenida.
-Y no se te olvide la pasión que pone en todo lo que es importante para ella
-Eso que se lo digan a los pobres elfos domésticos.
Ambos chicos rieron con ganas al recordar los largos mítines que daba la chica por los pasillos de su antiguo colegio y que hacía que todo elfo doméstico en un radio de cien metros a la redonda saliera corriendo en dirección contraria. Continuaron la charla sin percatarse del paso del tiempo, como dos viejos y buenos amigos.

*****************

Hermione se despertó sobresaltada. No recordaba bien su sueño, pero no debía ser muy bueno si se habia despertado sudada y con restos de miedo en el cuerpo. Deshizo el nudo de sábanas que enredaban sus piernas y se levantó. Tenía una sed horrible. Miro de reojo el despertador. Marcaba las cuatro y media de la mañana. Bostezó con pereza y salió al pasillo, levemente iluminado por la luz de la luna. Bajó las escaleras intentado no hacer ruido. Estaba a punto de entrar en la cocina cuando escuchó las voces de los chicos. No pudo evitar sonreír. Resultaba irónico que Harry pudiese hablar con el que fue su peor enemigo y pesadilla del colegio cómo si tuviesen una amistad de años y que apenas pudiese entablar una conversación medianamente decente con el que se suponía su mejor amigo. Se sentó en el penúltimo escalón y escuchó atentamente.
-¿Cómo llevas lo de la boda, Potter?
-Agobiado. Molly ha puesto la directa y me tiene acribillado con la decoración, las flores, la música... He intentado decirle que todo eso es cosa de Ginny, pero como quien oye llover. -Di que sí a todas sus sugerencias. Eso hacia mi padre cuando había una recepción en la mansión y mi madre se volvía y nos volvía locos con los preparativos.
Hermione cerró con fuerza los ojos. A pesar de la ligereza con la que hizo el comentario, había un deje de tristeza muy palpable en aquella voz profunda y algo ronca.
-Seguro que es algo con lo que vienen de serie las mujeres.
-Que Hermione no te oiga decir eso o ten por seguro que te tiene el resto del curso repartiendo panfletos de la P.E.E.D.O.
Tuvo que morderse el dorso de la mano para no soltar la carcajada. Draco la conocía mucho mejor que cualquiera de sus amigos. Sabía interpretar cada gesto y movimiento suyo casi a la perfección. La voz de Harry llamo su atención. Había recuperado el tono serio que siempre tenía cuando quería abordar un tema importante.
-Mañana tenemos que ir al despacho de Kingsley. No pienso perderme ni un solo pergamino sobre la investigación.
-Los aurores han hecho un trabajo impecable esta noche al recoger muestras, fotos y cualquier indicio en el lugar de la escaramuza. ¿De donde has sacado la idea?
-De las series policiales. Sabes lo que es la tele, ¿Verdad?
-Si, esa caja embrujada que mantiene en su interior las almas de muggles incautos -el sarcasmo de Draco en acción. Hermione lloraba de la risa mientras ahogaba los resoplidos con ambas manos- Potter, que me haya tirado toda la vida renegando de todo lo muggle no me convierte en un lerdo. ¿Nunca has oído eso de conoce bien a tus amigos pero mucho más a tus enemigos?
Harry se limitó a bufar. Hermione compartió el Bufido con su amigo. De vez en cuando Draco sacaba a pasear su vena sangre limpia snob y no había quien lo aguantara.
-Bueno, siguiendo la conversación quiero ver las fotos que hicieron a los heridos y muertos. Si alguno de los que mordi tiene las mismas heridas que Ron tendremos una buena base para acusarlo y detenerlo.
-Aunque puedas demostrar que él estaba del lado de los alborotadores, no deja de ser un héroe de guerra. Cuenta con las simpatías de muchos, y no sólo de sus coleguillas de razzias. Te estoy hablando de todos esos magos y brujas que, siendo demasiado cobardes para expresarse en voz alta, están de acuerdo con las matanzas. Tendría que cagarla a fondo y ser pillado in fraganti cometiendo tortura o asesinato para que le pudiesen juzgar sin que sus aliados y fans se opusieran. Porque a pesar de todo, seguimos moviéndonos en una sociedad en la que el qué dirán pesa más que las vidas de la gente o la justicia.
Hermione estaba completamente de acuerdo con Draco. Tendrían que andar con mil ojos y tener un plan de emergencia si querían pillar a Ron bien pillado. Cansada de estar sentada en los frios escalones se levantó para entrar en la cocina. Pero la voz de Draco la detuvo a medio camino.
-Quiero pedirte un favor, Harry.
Los dos Gryffindor se quedaron estáticos. Era la primera vez que Draco utilizaba el nombre de Harry y no su apellido. Aquello solo podía significar que la petición era de suma importancia.
-Dime -la voz de Harry tembló al pronunciar aquella simple palabra.
-Quiero que me jures que cuidareis de Hermione. Llevo varios días con la sensación de que algo grande y no precisamente bueno esta por ocurrir. Y con la suerte que tengo, no creo que salga muy bien parado de esta.
- No seas memo Draco -Harry sonrió al ex mortífago cuando utilizó su nombre de pila.- Toda esta locura terminará pronto, Blaise y Theo van a conseguir que el Ministerio deje de putearte y Hermione y tú os vais a dedicar a disfrutar de la vida y a tener niños insoportablemente inteligentes y demasiado guapos.
-Me gustaría compartir tu optimismo algodón de azúcar. Pero no es mi estilo.
-Tu estilo es verlo todo bajo un nubarrón, dentro de tu tenebroso castillo lleno de murciélagos y telarañas, Draco Malfoy.
Ambos chicos se sobresaltaron ante la abrupta interrupción de la chica en la cocina. Harry se despidió de ambos con un murmullo inaudible y salió escopetado del lugar. Si iban a volar hechizos (que era lo más probable) él estaría en la seguridad de su habitación.
Draco observó la cobarde huida del Niño-que-vivio y luego se giró para contemplar a su encrespada novia.
-Por cómo has entrado, asumo que has escuchado nuestra conversación.
Hermione asintio. Se sentía tan frustrada ante la situación en la que estaba su novio que no encontraba la manera de expresarse. Con un movimiento casi felino, Draco se situó junto a ella y la abrazó con fuerza.
-Relájate. Cuando pones esa cara nada bueno se fragua en esa cabecita.
-¿Que cara?
-La cara. Esa que pones cuando te vas a meter de cabeza en una cruzada de esas tuyas y que nos va a meter a todos en un lio de los gordos.
-A veces no se si matarte o besarte, Malfoy.
-¿Vamos a jugar a que estamos en el colegio, Granger?
Hermione sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Escalofrío que se intensificó cuando Draco decidió que su cuello era mucho más interesante que una pelea.
-Veo que esto le gusta, señorita Granger.
-Aha.
Se sentía incapaz de articular palabra, demasiado ocupada en disfrutar de las atenciones de cierto slytherin juguetón que mordisqueaba su lóbulo derecho.
-¿Ya no estas molesta?
-Depende de como continúes lo que has empezado.
Pudo sentir la risa de Draco en su cuello. El chico se puso cara a cara con ella y besó la punta de la nariz de Hermione. Ésta no pudo evitar hacer un puchero. La sonrisa de Draco se hizo más amplia.
-¿Sabes que estás adorable cuando haces eso? Resulta de lo más tierno.
-Ja, ja, ja. Muy gracioso.
-Oye, si quieres que lo deje lo hago.
-Como se te ocurra parar, me hago un bolso con tu pellejo, serpiente del demonio.
Las carcajadas de Draco resonaron por toda la casa mientras subían las escaleras hast el cuarto de ella.

***********
-Esos malditos mortífagos tienen demasiada suerte.
-Cada intento que hemos hecho para acabar con ellos ha terminado mal para nosotros.
Las voces airadas de los asistentes a aquella reunión clandestina se mezclaron con el siniestro graznido de los cuervos que plagaban un árbol cercano. El líder se mantuvo en silencio. Quería que sus seguidores descargaran la ira acumulada tras el fallido ataque. Cuando estuviesen más tranquilos, hablaría.
La cosa tardó en calmarse. Pico a poco, fueron guardando silencio. Cuando éste fue absoluto, se situó en una de las raíces más altas y habló.
-Esta noche hemos sufrido un duro revés. Muchos compañeros han caído luchando y otros han sido apresados. Pero también hemos hecho mucho daño. El cuerpo de aurores ha perdido a muchos agentes veteranos y sus filas han sido considerablemente mermadas. Por lo que tendrán que utilizar a los estudiantes para cubrir esas vacantes.
-Pero entre esos novatos están Potter y Granger. Por no hablar del mortífago. Y esos tres son muy peligrosos.
Un destello verde iluminó fugazmente el lugar. Todos retrocedieron dos pasos.
-No quiero oir el nombre de esos traidores o el de la alimaña mortifaga.
Cogió aire y se serenó. No era el monento ni el lugar para perder los papeles.
-De momento cesarán los ataques y cualquier muestra violenta. Quiero que os dediquéis en cuerpo y alma a buscar nuevos apoyos y aliados. Creedme cuando os digo que son muchos los que están de acuerdo con nosotros. Pero sed cautos. El Ministerio tiene ojos y oídos por todas partes. Ahora marcharos. Tengo que pensar bien nuestro siguiente movimiento.
Uno a uno fueron desapareciendo hasta que sólo quedo él en el lugar. Observó el lento vaivén de las ramas del árbol.
-Muy pronto acabaré contigo, Malfoy. Y recuperaré lo que me pertenece. Muy pronto.

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⏰ Última actualización: Jun 30, 2015 ⏰

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