21 de Septiembre de 2022
(narrador en tercera persona)En el momento en el que la tuvo en brazos, le invadió una felicidad que nunca antes había sentido.
Era algo diferente a cualquier cosa que hubiese vivido nunca. Había oído muchas veces cómo sería el momento, pero la realidad superó mil veces sus espectativas.
La miró con cautela, como si en cualquier momento pudiera desaparecer.
Tan sólo tenía una hora de vida, pero Carlos pensó que era el bebé más bonito que había visto en su vida.
Era simplemente preciosa, sin hacer mucho esfuerzo, Carlos podía verse a sí mismo y a Julia cuando la miraba, y es que era una mezcla uniforme de ambos. Era perfecta.
Entonces, la pequeña abrió sus ojitos lentamente, encontrándose con su padre, que la miraba maravillado.
-Hola peque.- dijo Carlos emocionado mientras acariciaba su cabecita.
La niña se quedó mirándolo fijamente a los ojos, y Carlos sintió entonces aquel vínculo que les unía y que podía notar con una mirada. Un vínculo diferente, algo que no había sentido antes, pero que sin duda le parecía maravilloso.
En ese momento, Julia despertó.
Se había dormido a penas un rato después de dar a luz, de puro agotamiento.
Se frotó los ojos, acostumbrándose a la luz, y en cuanto fijó la vista en Carlos y su pequeña, sonrió enternecida.
Al verla, la bebé empezó a llorar, pues quería ir con su madre.
Carlos la puso en sus brazos, y Julia descubrió en aquel momento lo fácil que era cogerla, días atrás, pensó que le temblaría el pulso, pero en cambio, era como si llevase toda la vida con su bebé. También descubrió lo fácil que era entenderse con ella. Tenía el instinto maternal disparado.
La niña se relajó en los brazos de su madre, que a su vez disfrutaba del tacto de su bebé y las caricias que su futuro marido le hacía en el pelo.
En ese momento llegaron algunos de sus compañeros, encontrándose una de las escenas más tiernas que habían visto nunca.
-Ay, qué ricurita.- dijo Marilia, acercándose a ver a la bebé, ésta había cerrado los ojos, pero al notar movimiento a su alrededor, los abrió, encontrándose a una Marilia sonriente.
La niña no lo supo en ese momento, pero estaba en frente de la que acabaría siendo su tía favorita
A su lado, Alba la miraba también con ojos brillantes, seguida de Natalia.
Miki estaba detrás, algo escondido.
-Miki, ¿qué te pasa?- preguntó Carlos.
-Es que ha visto el bebé y se ha puesto a llorar como una magdalena, y le da vergüenza.- dijo Marilia.
-Es que me he emocionado.- dijo el chico apartándose las lágrimas con la mano.
-¿Dónde está mi ahijada?- preguntó Dave, entrando de golpe en la habitación.
La pequeña sollozó en los brazos de su madre, pues le habían vuelto a despertar.
-Oi, no llores, ven aquí, yo a tí te tengo que explicar muchas cosas de tus papis, pero mejor espero a que seas un poco más mayor.- dijo Dave, cogiendo a la niña en brazos. Para sorpresa de todos, no se quejó porque la separarsen de su madre, sino que se la veía muy cómoda con su padrino.
Carlos se fijó en aquel momento en lo que Natalia llevaba en sus manos.
-¿Es para ella?- preguntó, señalando a la bebé.
-No, si te parece es para Damion.- respondió la de Pamplona, en tono sarcástico.- esto es algo que me hace ilusión que tenga, era mío de cuando era pequeña.- dijo mirando el pequeño osito de peluche con una sonrisa nostálgica.
-Natalia, no hacía falta, pero gracias.- dijo Julia abriendo sus brazos para que su amiga le abrazase.
-Bueno... ¿Cómo se llama esta preciosidad?- preguntó Marilia.
Julia y Carlos se miraron, cómplices.
-Bueno pues... Lo pensamos mucho, y al final hemos decidido que se llama Elisabet, la forma catalana de Isabel.- respondió Carlos, sonriendo.
A todos les gustó, y después de estar un rato más, sus compañeros se fueron, pero llegaron los otros.
África no paraba de repetir que se moría de amor con el bebé, Noelia saltaba por toda la habitación, y en general todos estaban muy contentos.
María fue la última en quedarse, hacía muchas preguntas sobre el parto.
-A ver, tampoco me apetece contártelo todo, ¿pero y éste interés repentino?- le decía Julia.
-Es que, bueno... Pablo y yo vamos a darle un primito a tu niña.- dijo nerviosa.
-¿En serio? ¿Pero ya es oficial?- preguntó la gaditana, emocionada, pues sabía que su amiga llevaba ya bastante tiempo intentando tener un bebé.
-Sí, pero no creo que nos salga tan ideal como vuestra pequeña, es que mirad qué mona...- dijo cogiéndola.
Carlos sonrió orgulloso.
Poco después María se fue, dejándolos a los dos solos con su bebé, que dormía plácidamente en su pequeña cuna de hospital.
Dos días después, se fueron a casa.
Y ese momento fue el principio de unos años de felicidad absoluta.
*Hola, espero que os haya gustado, la verdad es que ya quedan pocos, tenía la idea de hacer 5, pero quizá sean 6, depende, porque quiero narrar muchas cosas de diferentes años y a lo mejor se queda muy largo y acabo haciendo uno más, pero ya veré.
Gracias por leer, y feliz día 💜
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Pídeme Más -julright-
FanfictionY es que una vez cruzas los límites, ya no hay vuelta atrás... Desde el primer momento, Carlos y Julia se hicieron inseparables, tanto que sentían ese magnetismo que los unía, a pesar de todas las circunstancias, que los separaban. (Esta historia ti...