Capítulo 3

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NAT's POV

Hoy empiezan realmente las clases. Tengo un montón de ellas, pero ninguna es peor que la última, doble de Pociones por la tarde. No es que no me gusten las pociones, al contrario, me parecen muy interesantes, pero si las clases se imparten en las mazmorras con el profesor más amargado del colegio (y con los de Slytherin), la cosa cambia. Aunque por lo que dicen todos, esa no va a ser el peor momento del día.

Defensa Contra las Artes Oscuras es otra de las clases que desgraciadamente compartimos con los serpientes. La profesora tarda unos minutos en llegar, entra por la puerta haciendo chocar sus pequeños tacones contra el suelo. La clase es la más aburrida de DCLAO que he tenido en mi vida. Umbridge (al igual que todo el Ministerio) se ha obsesionado con no enseñar nada de estas artes que no sea la teoría. Lo único que hacemos es leer la página que toca en silencio. Y eso por no hablar de lo injusta que es con la casa Gryffindor (en especial con Harry). El pobre ya se ha ganado un castigo en su despacho por haberla contestado.

- ¡No puede ser! Justo el día de las pruebas para el puesto de guardián - oigo que se queja a Ron.

Casi todos los alumnos maldicen a la horrible profesora de camino a la siguiente clase, menos los de Slytherin. Al parecer ellos están encantados con la forma que tiene la anciana de tratar a Potter.

En la comida, el comportamiento de la subsecretaria del Ministro es un tema comentado. Los gemelos no paran de ponerla verde ante todos.

- Es igual que un sapo - ríen.

Mientras tanto los leones de 5° tenemos otra razón para deprimirnos: la doble clase de Pociones.

- Si queréis os damos unas cuantas pastillas salta-clases - nos ofrece Fred.

- ¿Pastillas salta-clases? - pregunto. 

- Otro invento de "Sortilegios Weasley" ¿No? - dice Ginny rodando los ojos.

- ¿De qué hablan?

- Fred y George llevan todo el verano experimentando. Quieren abrir una tienda con un montón de artilugios ingeniosos - comienza a explicarme Ron - Mamá les ha prohibido usarlos en casa, pero aquí no puede decirles nada.

- Se lo deberías de decir tú, Ronald Weasley. Al fin y al cabo eres prefecto - Ron pone cara de asustado ante la reprimenda de Hermione.

- Mirad. Primero os coméis la parte naranja para poneros enfermos. Una vez que el profesor os haya dado permiso para marcharos, os tomáis la parte morada y estaréis sanos otra vez - George está entusiasmado.

- ¿Habéis probado eso antes? - pregunta Ginny.

- Pues... la verdad es que no. Por eso os las ofrecemos a vosotros. Os pagaremos bien.

- ¡Ni hablar! - dice Hermione - No vais a probar eso ni con nosotros ni con nadie. Si no, me temo que os tendré que abrir un expediente.

Los gemelos no se van a dar por vencidos tan fácilmente, pero esta vez deciden dejar de intentarlo con Hermione delante. Todos juntos nos dirigimos al aula de Pociones, situada en la parte baja del castillo, cerca de la sala común de Slytherin. La puerta ya está abierta cuando llegamos a pesar de que hemos ido con cinco minutos de antelación. La temperatura del aula está realmente baja y huele a humedad. Los cuatro nos dirigimos a las mesas que quedan libres bajo la escrutadora mirada del profesor, pero antes de que lleguemos a sentarnos él comienza a hablar.

- He decidido que a partir de hoy la clase será en parejas - nadie se asombra, ya que siempre nos sentamos de dos en dos - pero mezclando las dos casas.

La clase entera lanza un largo suspiro y empieza a maldecir por lo bajo mostrando su disconformidad. El profesor hace oídos sordos y empieza a juntar alumnos.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora