Capítulo 16

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- ¿Cómo fue cuando te llegó tu carta de Hogwarts?

Draco deja de remover la poción y me mira directamente, conectando nuestras miradas como tantas otras veces. Su expresión se me antoja como de curiosidad, lo que me deja aun más tocada.

- ¿Qué? - me limito a preguntar, repasando mentalmente sus palabras.

- ¿Cómo fue el momento en el que te llegó tu carta de Hogwarts?

Con una sensación de desconcierto rebusco en mi memoria el momento en el que mis padres me dieron la noticia. Era un día cualquiera para mí. Yo había estado en el piso de arriba, probablemente leyendo algún cuento infantil cuando oí la voz de mi madre pidiéndome que bajase.

- Bueno..., mis padres ya sabían lo que era por entonces. Como sabrás, todos los padres de magos reciben una visita de Dumbledore antes de que llegue la carta.

- Pues no, no lo sabía.

- Ah, claro - me doy cuenta - Todos tus amigos son sangre pura.

Él se detiene a pensar un momento haciendo caso omiso de mis palabras para luego volverme a preguntar.

- ¿Y qué pasó después?

- Pues, mis padres estaban sentados en el sofá del salón cuando yo entré por la puerta. Se les notaba muy contentos, me dijeron que me sentara a su lado, me enseñaron la carta y me explicaron todo lo que el director les había dicho anteriormente.

- ¿Les creíste a la primera? - Draco sigue batiendo el espeso brebaje en el que se ha convertido la poción, pero sin dejar de establecer contacto visual conmigo.

- Umm... Al principio me parecía un poco inverosímil y repentino, pero tenía once años, al igual que cuando me hablaron sobre los Reyes Magos, no me costó creérmelo.

- ¿Los Reyes Magos?

Me hace gracia su pregunta. A veces se me olvida lo diferente qie es la gente aquí.

- Se supone que tres reyes vienen a nuestras casas cada seis de enero a dejarnos regalos. Leendas muggles.

- ¿Qué gilipollez es esa? - se burla - ¿Quién se cree una cosa así?

- Los niños. Tú probablemente, si te lo hubieran contado de pequeño.

- No creo que fuese tan gilipollas.

Ruedo los ojos y me limito a mirar el libro de pociones leyendo los pasos de preparación. Malfoy ríe por detrás y sigue batiendo la poción con la misma energía.

- ¿Ya te has acabado el libro? - esta vez soy yo la que inicia de nuevo la conversación. El último que le recomendé fue el de "Crimen y Castigo"

- Todavía no. Tengo que reconocer que no es tan bueno como el otro, pero también me gusta. Dostoyevski escribe muy bien.

- Lo sé. Es bastante bueno.

El rubio asiente a modo de respuesta y una vez más ambos volvemos a nuestro trabajo. Sonrío para mí al imaginarme a Draco leyendo libros así, es una imagen que me hubiera resultado difícil de creer hace apenas unos meses, pero que ahora no se me antoja tan extraña.

- «¿No es verdad que delante de ella yo podía desplegar todo aquel sentimiento maravilloso con el que mi corazón abarca la naturaleza entera?»

Me giro de inmediato al escuchar esas palabras salir de la boca del serpiente. Él me regala una de sus maravillosas sonrisas mientras sigue con la poción.

- ¿Y eso?

- Es una frase del libro de Goethe.

Ver a Draco recitar las palabras del joven Werther enamorado me deja anonadada un buen rato. Ya me ha dicho con anterioridad que le gustaba aprenderse citas de los libros que leía, pero verle hacerlo es muy distinto.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora