Capítulo 6

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DRACO's POV

Después de la aburrida clase de Transformaciones, me voy directo a mi habitación, lo único que quiero es estar solo. Me tumbo exhausto en la gran cama y cojo el libro que hay en la mesilla: Matar a un ruiseñor. Me lo acabé hace una semana, pero no he tenido tiempo de ir a por otro. Lo abro y releo algunas de las páginas de la novela para entretenerme, pero me termina cansando.

Normalmente saco los libros por la noche. No quiero que nadie se entere de mi afición por las historias muggles, pero tampoco quiero dejar de leerlas. En mi casa no puedo hacerlo, por lo que debo aprovechar bien el tiempo que esté aquí.

Casi sin darme cuenta me encuentro caminando rápidamente hacia la biblioteca. Cuando entro, me alegra comprobar que casi no hay un alma, así que aprovecho y voy directo a la sección de libros muggles. Pero antes de llegar me fijo en la persona que hay en la mesa.

El rizado pelo ocupa el doble que otras veces, por lo que se me hace imposible no verla desde donde estoy. Tiene la mirada fija en un libro y está sumamente concentrada leyéndolo. La curiosidad me puede y me acerco un poco para intentar distinguir qué es lo que lee, pasando entre una estantería y sacando la cabeza para alcanzar a ver el título de la obra. Mi cuerpo se tensa de repente en cuanto mi vista distingue la desgastada tapa de mi libro favorito.

Sé perfectamente que en la primera página se encuentra mi nombre repetidas veces. Nunca había pensado que alguien se interesaría en leerlo, por lo que ni si quiera me preocupé por ese detalle, pero ahora ella lo ha visto, estoy seguro.

Intento salir de mi escondite, dispuesto a volver a mi habitación sin ser visto cuando ella levanta la mirada y la une con la mía.

Debería irme, lo sé, esto no me traerá nada bueno, pero ahora es mi cuerpo el que actúa, no yo. Me levanto, dejando atrás mi escondite y voy caminando hasta la mesa donde se encuentra la leona. Cuando llego a su lado, no sé muy bien que hacer, así que me quedo de pie como un idiota esperando a que diga algo.

- ¿Cuántas veces has leído el libro? - se limita a preguntar.

Es una pregunta difícil. Me lo pienso mientras me siento en la silla que hay a su lado.

- No lo sé, bastantes - ella sonríe - Las suficientes para saberme algunas de las citas de memoria.

Se queda boquiabierta ante mi comentario y luego ríe.

- Vaya, vaya, Draco Malfoy leyendo libros muggles, quién lo diría - comenta con un tono que me hace reír a mí también.

- Es mi favorito. Mi abuela me lo regaló cuando era pequeño, ella siempre ha sido muy fan de los clásicos - al ver su cara de emoción no puedo evitar seguir contándole la historia - Mi padre me lo descubrió y lo quemó al ver que era un libro muggle, por eso solo puedo leerlos aquí.

Una vez más la tristeza que se refleja en su cara me hace sentir débil y, una vez más, ella levanta la mano para luego posarla en la mía. El calor de su piel no me sorprende, es algo que llevo esperando, esta vez no hay nadie que nos moleste. Nos quedamos en silencio mucho tiempo, ambos mirando al lugar donde nuestros cuerpos se juntan. Su voz entonces se levanta entre el silencio.

- ¿Para que has venido a la sección muggle?

Pienso en contarle una mentira barata o simplemente en no decirle nada, pero prácticamente ya me ha pillado. Da igual que se lo cuente o no, ya sabe que me gustan esa clase de libros y que los leo aquí por que en mi casa me es imposible.

- Venía a coger otro libro, pero no sé cual - acabo confesando.

No se lo piensa dos veces y se levanta de la mesa tirando de mí para que haga lo mismo. Acercándose a una de las estanterías de la sección no mágica comienza a rebuscar entre los muchos ejemplares que se encuentra. Entonces se para y saca un libro de uno de los estantes para luego entregármelo.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora