Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADA

Capítulo 7

DRACO's POV

« - Es un caballero - dijo el muchacho con resentimiento.

- ¡Un príncipe! - exclamó ella, su voz llena de música - ¿Qué más se necesita?

- Quiere esclavizarte .

- Me estremece la idea de ser libre.

- Ten cuidado, te lo ruego.

- Verlo es adorarlo, conocerlo es confiar en él»

- ¿Te da alergia la gente o es que te han encarcelado en esta jaula para siempre?

Blaise abre la puerta y se cuela en mi habitación sin ningún permiso al tiempo que yo guardo el libro debajo de la almohada de mi cama.

- ¿Y a ti qué te pasa? ¿Es que no te han enseñado nunca a llamar a la puerta? - le pregunto molesto.

- ¡Anda, pero si estás vivo!

- Muy gracioso, Zabini - pongo los ojos en blanco.

-Es que tío, casi no sales de habitación. Te vas a quedar más pálido de lo que ya estás.

Se pasea por el cuarto cogiendo mis cosas y ojeándolas para luego sentarse en el borde de la cama.

- ¿Es por lo de tu misión? Pareces ausente.

- Así me siento - bufo.

- ¿Y por qué no hacemos algo? ¿Qué tal un revolcón con alguna zorrita? Como en los viejos tiempos - propone el muy gilipollas.

Las palabras de mi amigo me revuelven el estómago. Antes hubiera aceptado encantado, incluso lo habría propuesto yo mismo, pero en estos momentos ni se me pasa por la cabeza. Lo único que quiero es quedarme en mi habitación, solo y leyendo.

- Paso.

- Venga, tío - me zarandea - ¿Qué te pasa? Ni siquiera has comido hoy, te has venido aquí directo justo antes de que empezara la comida, después de la ridícula proposición del zanahorio a la sangre sucia.

Son exactamente los mismo motes que llevo utilizando desde que vine al colegio, prácticamente los inventé yo, pero aun así mis puños se cierran al oírlo. Me reprimo con todas mis ganas quedándome inmóvil en la cama.

- Venga, Draco, ahí abajo hay una rubia que está para comérsela - sigue insistiendo la pesadilla andante, pero yo ni me inmuto.

Después de media hora en la que "mi mejor amigo" me zarandea y me molesta sin parar, acepto. No quiero hacerlo, pero sé cómo puede llegar a ser Zabini si se le mete algo en la cabeza, así que prefiero resolver esto cuanto antes.

Bajo las escaleras, derrotado, hasta llegar a nuestra Sala Común donde un montón de chicas que nunca había visto charlan con los serpientes.

- Esa, esa - dice Blaise señalando a una rubia que habla con su amiga en el sofá.

No es de mi casa, de eso estoy seguro, pero ni siquiera me molesto en comprobar de qué color es el escudo de su uniforme. Me acerco a ella y en dos segundos ya la tengo delante de mí subiendo las escaleras hasta mi cuarto. Zabini y los gorilas me giñan el ojo mientras hacen obscenidades con las manos.

La rubia se tumba en mi cama después de que yo abra la puerta y comienza a desvestirse, desabrochándose los botones de la camisa y quitándose la corbata. Yo, sin embargo, permanezco inmóvil de pie junto a la cama, mientras ella me mira como un niño miraría un dulce.

No tarda mucho en levantarse y acercarse a mí. Mi primer impulso es retroceder cuando ella se dispone a tocarme, pero me repito mentalmente que no es algo que vaya a durar mucho. Ella se lo toma como una invitación y aprovecha para juntar nuestros labios.