Capítulo 36

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Cada vez tenemos menos clases porque la mayoría de profesores nos dejan estudiar para los TIMOS. Son prácticamente en nada por lo que, tanto alumnos como profesores, estamos de los nervios. La gente va de un lado a otro, siempre con libros en la mano y apenas tiempo libre que pasar sin tener que estar memorizando datos. Pergaminos, plumas, libros, varitas... entre los de mi curso no hay otro contacto.

Por un lado, es una mierda. Yo convivo con las dudas diarias de saber qué quiero hacer, aunque ahora tampoco es un problema muy grande. Lo que intento es sacar muy buenas notas para así poder abrirme un gran abanico de posibilidades. Pero por otra parte, tiene su lado bueno, ya que si estoy entretenida estudiando, puedo dejar de pensar en él.

No, mi vida no gira entorno a un chico, tengo mucho más. Tengo amigos que me apoyan y tengo a mis padres que no dejan de enviarme cartas durante estos días con todo tipo de mensajes de apoyo. Me pregunto si los padres de Draco harán lo mismo, probablemente no. Tampoco él sabe qué quiere llegar a ser algún día, aunque hemos hablado del tema muy poco. Supongo que su padre quiere que sea algo demasiado importante para su gusto, aunque dudo que le falte habilidad.

La gente siempre dice que él lo tiene mucho más fácil que los demás ya que, gracias a la inmensa fortuna de su familia, podría no hacer nada en toda su vida y viviría como el mejor. Sí, bueno, yo también había pensado eso antes de conocerle un poco más, antes de saber lo presionado que le tiene el señor Lucius en realidad. Supongo que después de todo, yo también le había juzgado mal.

- ¿Qué tal lo llevas? - una voz familiar me devuelve a la realidad en un santiamén.

Cuando alzo la mirada me encuentro con unos ojos cálidos que me miran desde arriba. Es Fred. Su cabello rojizo está revuelto como de costumbre y lleva su típica sonrisa de que todo va genial. No puedo evitar sonreír al verle.

- Intento no morir en el intento - rió.

- Venga hombre, seguro que no es tan difícil.

- Para ti que ya lo pasaste hace mucho - le suelto de manera amigable y el ríe como de costumbre.

- Vamos, te ayudo - dice y antes de que pueda contestar, me coge el libro de la mesa y empieza a leer - ¿En qué poción el ingrediente esencial es la esencia de tritón?

- Umm... ¿La Doxycida?

- Error - dice haciendo el sonido de una explosión - Poción para Arpías.

- Mierda... - mascullo mientras él hojea otro de mis libros.

- ¿En qué fase tiene que estar la Luna para poder ver la constelación de Morgana?

- ¿Creciente?

- Decreciente.

- Vaya.

- ¿En qué año las maldiciones imperdonables pasaron a serlo? - parece un profesor de verdad con esa pose tan seria, incita una risa de colegiala por mi parte.

- Esta me la sé. A ver... Mil setecientos...

- ¿Pero tú estás estudiando algo? - ríe mientras me devuelve el libro.

- Lo intento - digo haciéndome la inocente, lo que consigue sacarle otra sonrisa.

- Aay... - suspira moviendo la cabeza de un lado a otro en plan: No tienes remedio. Es tan mono con esas pequitas color miel decorando su cara...

Sin embargo, no siento nada más allá de la amistad y sé que él tampoco. Lo que quiera que haya sido lo nuestro pasó y me gustó, no lo voy a negar, pero ya está.

Fred se sienta en la silla que hay al lado, vacía, ya que casi todo el mundo va a estudiar a la biblioteca para no tener que lidiar con los más pequeños, aunque yo he preferido optar por quedarme en la Sala Común para no cruzarme con cierto rubio prepotente. Tan amable como siempre, decide ayudarme con mi tarde de estudio asegurando que necesita un descanso de su exagerado trabajo con los preparativos de la tienda. La verdad es que, entre eso y mis exámenes, apenas hemos podido compartir unos minutos juntos y lo echaba de menos.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora