Capítulo 37

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- Es una recopilación de relatos - me informa Malfoy antes de que pueda siquiera hacerle la pregunta.

Le echo un vistazo a las historias que contiene con tan solo abrir la primera página.

- "El gato negro", "El retrato oval", "El corazón delator"... - digo mientras paso el dedo por los títulos.

- ¿Cuál te gusta más? - me pregunta con un tono de voz bastante más bajo que antes, como si de repente la conversación se hubiera vuelto mucho más íntima.

- "El gato negro", sin duda. Mis padres me regalaron una edición de relatos suyos cuando era pequeña - empiezo a contarle porque realmente me apetece hacerlo - Era enorme, de tapa dura y con dibujos de ojos grandes al más puro estilo Poe y siempre venía una frase al principio de cada historia. Me encantaba una que decía: "Son coeur est un luth suspendu.."

- ... sitôt qu'on le touche, il résonne" - acaba la frase con exquisito acento francés.

¿Pero qué coñ..?

- Viene al principio de "La caída de la casa Usher" - responde a mi tácita pregunta señalando el libro que tengo entre las manos - A mí también me gustó.

- ¿Sabes francés?

La sorpresa es notable en mi voz, porque la verdad es que estoy completamente asombrada. Él, por el contrario, parece muy tranquilo.

- Solo un poco. Mi abuela me lo enseñaba - se encoge de hombros. Ya sabes, como si fuera lo más normal del mundo - Aunque no lo parezca, hace muchas generaciones mi familia vivía en Francia. Malfoy viene de "mal" que significa malo y "foi" que significa fe.

- Vaya... Nunca me lo había imaginado.

- Bueno, no lo sabe nadie.

Le miro mientras él pasea de un lado a otro, también mirándome. El pelo revuelto, el uniforme de su casa y la pequeña sonrisa que asoma entre sus labios le da el toque perfecto, el cual, mezclado con su reputación de chico malo es un imán para todo aquel que tenga debilidad por el sexo masculino. Y lo entiendo. No soy la primera ni seré la última que se siente atraída por ese lado suyo, pero reconozco que verle recitando citas en otros idiomas es algo de otro mundo. Oírle hablar de sus libros favoritos, verle hojeando alguno o simplemente fijarse en cómo sus ojos brillan cuando hablamos, debería ser la octava maravilla.

Porque sí, la faceta de chico malo es irresistible, pero él es mucho mejor.

- ¿En qué piensas? - se le ocurre entonces preguntar.

- Estás mono con esta luz.

- Ya - ríe por lo bajo - Un poco mono sí que soy.

- Eso no te lo crees ni tú.

- No, la verdad es que no - contesta en un tono que muestra perfectamente su buen humor y ambos reímos, lo suficientemente bajo como para no montar un escándalo en la biblioteca.

"¿Y ahora qué?", pensamos los dos, porque ninguno sabe qué hacer en esta situación. No hacemos nada, cada uno con la mirada un poco baja, intentamos no mirarnos a través del silencio incómodo que impregna el ambiente, hasta que ya no da más de sí.

- ¿Qué tal con los exámenes, y eso? - pregunta cotidiana por su parte.

- Bueno... Digamos que lo estoy intentando. ¿Tú qué tal?

- Me muero del asco - responde poniendo los ojos en blanco - Ojalá acabe ya esta mierda.

- Pues sí ¿Sigues sin saber qué quieres hacer? - inquiero como que no quiere la cosa.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora