Capítulo 8

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DRACO's POV

Al igual que he hecho en estas últimas semanas, me dirijo decidido a la Torre de Astronomía. He recorrido este camino en el quinto curso más que en cualquier otro, aunque siempre ha sido uno de mis lugares favoritos. He estado subiendo las largas escaleras de caracol más veces de las que me gustaría admitir.

La Torre de Astronomía no es un sitio muy transitado a pesar de las vistas que ofrece desde el balcón y de lo reservado que es el sitio. Desde aquí puedo ver perfectamente lo que es Hogwarts, el castillo entero y todo lo que abarca. Puedo ver el humo que sale de la cabaña del incompetente semigigante, puedo ver cómo el sauce boxeador se sacude con el más mínimo movimiento, puedo ver cómo el calamar gigante chapotea en el lago cuando sale a la superficie y, sobre todo, puedo verla a ella.

Desde que la encontré junto al lago, adormilada entre las hojas de los árboles y la hierba fresca, he descubierto que le encanta frecuentar ese lugar. Desde el balcón de la Torre la veo salir del castillo, a veces incluso con una capa invisible que luego se quita, y quedarse junto a un gran árbol contemplando el paisaje. No lo hace todos los días, claro, ni tampoco yo estoy siempre para verlo, pero es algo bastante normal últimamente.

No es que suba a la Torre de Astronomía solo para ver una leona en la distancia, ya me gustaba hacerlo antes. Siempre me he sentido mejor en la soledad y aunque ahora tenga mi propia habitación, eso no significa que no vaya a tener distracciones.

Últimamente no sé que pensar, mi cuerpo y mi mente me están traicionando. Me obligo a repetírmelo muchas veces: «Joder, Draco, es una sangre sucia. Esto solo es una absurda misión, lo único que quieres y necesitas es demostrar a Voldemort que sabes acatar sus órdenes. No es algo que te guste, pero tienes que hacerlo» En el fondo sé que lo único que hago con eso es engañarme a mí mismo.

Lo que me pasa es que no sé como actuar con ella, no sé que hacer. Tengo todo controlado en mi cabeza, sé lo que tengo que decir, pero cuando lo intento llevar a la práctica todo mi esfuerzo se esfuma como una nube de humo. Mi cuerpo entero comienza a temblar y no lo puedo controlar y luego, esos ojos. Esos putos ojos, no sé que hacen conmigo.

Nunca me han importado los demás, excluyendo a mi madre. Y sobre todo las chicas del colegio. Para mí son solo una distracción, un mero pasatiempo. Juego con ellas para conseguir la aprobación de mis amigos, siempre me han dado igual.

Después de dar vueltas por el centro de la Torre intentando descifrar lo que me pasa, me asomo al balcón. La brisa me abraza y me acaricia con frescura relajando mis músculos, es agradable. Recorro el castillo con la mirada, hay algunas luces encedidas esparcidas al azar, hasta que me fijo en el árbol que está a la orilla.

Stanford ya está allí, como de costumbre, apoyando la espalda en el tronco del inmóvil ser. Tiene parte del pelo recogido por arriba en un deshecho moño. De repente, y no sé por qué, se levanta de un salto. Parece asustada, mira a todas partes, buscando algo al parecer, para luego salir disparada hacia lo más hondo del Bosque Prohibido.

¿Pero qué coño hace? ¡¿Está loca o es que es imbécil?!

En cinco minutos me encuentro bajando las escaleras como un loco, intentando no caerme. Para cuando llego abajo, apenas me queda aliento, pero sigo adelante. Con un gran empujón consigo abrir las puertas del castillo para luego seguir corriendo por los jardines.

No me puedo creer que esté haciendo esto. No me puedo creer que esté corriendo detrás de una hija de muggles dentro del Bosque Prohibido. Pero hay algo en mi interior que me impide dejarla sola en esta situación. No sé que mierda estará haciendo ahí dentro, pero estoy seguro de que si no hago algo, las cosas pueden acabar muy mal.

Lo que no sabes de mí (Draco Malfoy) - TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora