Como cada mañana, TaeHyung está sentado en las bancas esperando a JungKook. Durante todo el fin de semana decayó por el simple hecho de tener una cabeza demasiado pequeña como para albergar tantos sentimientos y pensamientos mezclados. Estuvo llorando mentalmente, sí. Pero después de todo, si tanto le gustaba JungKook, haría lo posible por estar con él. No se considera como un perdedor, sino más bien como una persona que se esmeraría tanto como pudiese, siempre con un límite presente; sin demasiada insistencia pero sí perseverancia.
Además, nadie dijo que terminaban, así que es válido.
— Oh, TaeHyungie —habla detenidamente alguien que pasa a su lado.
Los ojos de TaeHyung vagan hasta donde está de pie un chico alto, de labios gruesos y cabellos rubios. No lo reconoce en un principio, pero su alegre sonrisa le hace esbozar una también. TaeHyung no es una persona de muchos amigos, lo cual es extraño para su actitud amigable, su rostro y personalidad. Aunque, si bien no tiene tantos conocidos, logra hacerlos en cuestión de minutos.
— Hola... ¡No te reconozco!
—Soy Jimin, de la clase de al lado. ¿Qué haces aquí solo? —La pregunta es repentina y curiosa.
Tae por un momento observa bien a Jimin, y vuelve a sonreír. Luce agradable, de esos tipos que te agradan al mirarlos. Debate por un segundo en decirle o no, y suelta un suspiro, observando que su novio viene caminando con aires rudos a lo lejos. Y dice "novio" porque creer, y saber, que Jeon JungKook y él aún salen, lo dejan ilusionarse más y armarse de un valor irreconocible.
Una esperanza crece en el borde de su pecho, sin esconderse ni ser reprimida. TaeHyung de verdad, verdad, lo intentaría con todas sus fuerzas, y su empeño se tendría que ver reflejado para estar satisfecho.
— Espero a JungKook.
Jimin abre muy bien los ojos y suelta un suspiro fuerte. Suena a que la expresión es bastante específica, y es que todos conocen a JungKook. Hemos mencionado que tiene la fama del chico más extraño, atractivo, gélido, amigable o amable de la escuela. Muy confuso, a decir verdad. Tantos adjetivos para alguien que, concretamente, no se centra en ninguno. JungKook no es extraño, pero sí a la vez; no es tan gélido, pero tampoco tan amable. JungKook es una combinación de todo y nada al mismo tiempo.
No es una sorpresa que tuviese una presa preparada; aunque ya había durado mucho tiempo aquella relación repentina. Dos semanas y media es un tiempo exagerado para alguien como Jeon JungKook. Nadie suele aguantarlo, justamente porque es tan confuso como sus propias actitudes.
— Cierto, son novios... ¡Vaya! Tengo que irme. ¿Nos vemos luego?
Dudando en hacerlo, TaeHyung termina por asentir y agitar algunas veces la mano para despedir al chico. De inmediato sus ojos retornan hasta JungKook, quien más que entusiasmado por verle, parece un tanto irritado. Es fácil notarlo por cómo arruga la nariz; sus ojos se hacen pequeños y sus cejas están inclinadas a la derecha.
Aquella mañana, el semblante del chico es raro: tiene ojeras, su cabello está despeinado, su corbata mal amarrada, no lleva una gabardina como siempre y su mochila, a leguas, se ve como un desastre. El mayor no quiere apostar por lo que observa, no deberías juzgar lo que sucede antes de saberlo por completo; aunque eso no evita que el chico sonría ante la vulnerabilidad del pelinegro. TaeHyung abre los ojos un poco hasta que JungKook está completamente delante suyo.
— Hey, JungKook. No luces muy b-
— ¿Es que nunca te cansas? ¿Tengo que repetirte todo? ¿Eres tan maso-...? ¡Achoo!
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Love Ends | kookv
FanfictionKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...