» Capítulo XXXVI

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JungKook se sienta al borde del sofá del apartamento y suelta un suspiro, mientras sus ojos caen directamente en la mirada que en ese momento está juzgándolo desde la pared. Los ojos de su madre eran grandes y de color café claro. Tenía unas pestañas bonitas y un tono de piel muy parecido al de JungKook. A su vez, el cabello caía negro por arriba de sus hombros y la caracterizaba su especial sonrisa.

     El cuadro enfrente de él es invaluable, desde que su padre lo puso ahí siempre lo ha sido y siempre lo será. Sin embargo, y a pesar de observar el cuadro de su madre como siempre que tiene un problema, JungKook no encuentra soporte alguno que evite que sienta un hueco en su corazón.

     — Bueno, sería de ayuda que estuvieras aquí ahora —le habla al cuadro, como si se tratara de su propia madre.

     El silencio lo abruma una vez más, aunque es común que suceda eso en la soledad del apartamento. Apenas puede procesar lo que pasó, apenas entiende que alejó a la única persona que no lo harta... Que lo soporta y lo quiere tal cual es, con sus defectos y su falta de comprensión y sentimentalismo. JungKook se siente incómodo consigo mismo, siente que se asfixia y que no hay vía para cambiar eso. Le duele el pecho y su cabeza no deja de dar vueltas.

     Lleva sus ojos por enésima vez al cuadro, reclinándose en el respaldo de su asiento.

     — De verdad te necesito, mamá.

     Escucha unos toques en su puerta y decide abrir con un poco de esperanza, esperanza inútil y estúpida. No está seguro de quién puede ser. De paso cuelga la gabardina que se le ha caído al entrar tan rápidamente.

     Cuando su mano toca el pomo de la puerta, un sentimiento invade su estómago.

     Cosas que odia después del romance: toda clase de sentimientos... Pues, después de una ruptura, todos los sentimientos se vuelven en tu contra. Felicidad, tristeza, enojo, todo es traición a la mente. Lleva la mano hasta su estómago con algo de duda y la quita de ahí antes de abrir la puerta.

     No pasan menos de dos segundos, apenas logra distinguir que HoSeok y otra persona más están ahí, cuando un puño se estrella contra su mandíbula.

     — ¡Eres un idiota!

     JungKook lleva una mano hacia donde le ha golpeado Min YoonGi, quien está de pie enojado y respirando fuertemente, al grado de escuchar su exhalar. HoSeok, con la boca abierta y sus ojos sorprendidos, intercala la mirada entre JungKook y YoonGi, esperando la reacción de JungKook, pero el pelinegro no hace más que llevar la mano a su barbilla y sobarla por el dolor.

     JungKook no se defendería, sabe que es un idiota.

     — Eso fue inesperado —menciona HoSeok con aires de aligerar el ambiente.

     YoonGi agita su mano a causa del dolor por el golpe y mira a JungKook con desdén... También un poco de decepción, pero sin estar del todo sorprendido. Le apunta con su dedo índice, como si le estuviera dando la advertencia más relevante de su vida.

     — No te vuelvas a acercar a TaeHyung —pide vuelto manojo de furia. JungKook mantiene la mirada fija en él—. Nunca.

     El de menor estatura, dándose la media vuele a sobre sus talones. Se va a paso rápido, siendo observado por JungKook, que lo ve desaparecer para después llevar su otra mano hasta el golpe y quejarse por lo bajo. Nota de reojo a HoSeok, quien no se ha ido y, en cambio, tiene los ojos puestos sobre él, analizando cada parte de su rostro, con una ceja alzada; segundos después se lo ve recargándose en el marco de la puerta.

     — ¿Para qué viniste, HoSeok? —pregunta.

     — Necesitas desahogarte con alguien.

Love Ends | kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora