Esa mañana de 29 de octubre, dos días antes de la fiesta de disfraces organizada por Park SooYoung, TaeHyung entra a su aula después de que JungKook le haya acompañado todo el camino, costumbre que adquirió conforme pasaron los días. Parte de él data más que emocionado, y es posible notarlo con observar sus facciones alegres: demuestran felicidad pura... Las festividades son su parte favorita del año, siempre lo fueron y siempre lo serán. No obstante, por más que siente ganas de gritar y animar a los demás a amar las festividades tanto como él lo hace, lo único que hace al llegar es sentarse 9
Algo capta su atención, algo que jamás había visto. Entonces, TaeHyung toma un ramo de flores en sus manos, sorprendido y confundido. Pero la confusión no es suficiente para evitar aquella sonrisa agigantada que da a notar su extrema alegría.
Mientras, del otro lado de la escuela, Hong JiSoo apresura el paso, casi corriendo con todas sus fuerzas, hasta llegar a Park JiMin y Min YoonGi. Los dos chicos entran tranquilamente por las puertas de la escuela, conversando de tonterías y planes para las próximas celebraciones pues hay tiempo de sobra. No obstante, al prestarle atención al pelinegro, no saben describir la expresión de JiSoo cuando se pone enfrente de ellos y empieza a mover las manos con locura.
A sus lados los demás estudiantes corren impacientes, chismeando entre ellos y hablando en alto para alertar a los demás de alguna situación que acontece. YoonGi, sorprendido, presta atención a Joshua, quien parece no tener palabras para describir el momento. Jimin, en un intento de hacerlo hablar, pretende tranquilizarlo.
— Joshua, tranquilo. Dinos qué sucede con calma.
— No, no. Es que... ¡Él...! ¡Ah! —grita Joshua, alzando sus manos. Luce emocionado, pero esa emoción es un obstáculo, pues ni YoonGi ni Jimin lo entienden—. ¡Flores!
Los tres comparten miradas... Pero dos de ellos no han llegado al punto que impacientemente JiSoo quiere dar a entender. Harto de no poder explicarse, toma la mano de los dos, arrastrándolos con fuerza.
— Vengan y véanlo con sus ojos.
Jimin y YoonGi aceleran el paso, corriendo a la par de otros alumnos, pero no de toda la comunidad escolar, pues existen muchos que ni siquiera están interesados en chismes estudiantiles. Tras una vista rápida a su alrededor, los alumnos lucen completa y totalmente emocionados. Joshua casi quiere correr dejando a los dos chicos atrás, pensando en que no alcanzará lugar para ver el espectáculo del cual habla. Los susurros se oyen más alto y no pasan desapercibidos por nadie. El mismo YoonGi desea escuchar, saber qué pasa, entender hacia dónde corren con tanto fervor. Jimin también siente eso; al mismo tiempo que siente una corriente recorrer su cuerpo.
Al poco tiempo, aquel recorrido los lleva a un aula. Ni Jimin ni YoonGi pueden ver nada, debido a su altura y a los que están frente a ellos. Joshua ve ligeramente; sin embargo, no ha alcanzado el lugar que quería.
De poco en poco se hacen espacio entre todos, hasta dar con el rostro de Kim TaeHyung, quien es el centro de atención.
— ¡TaeHyung recibió flores! —exclama Joshua.
Ciertamente, a unos pasos de ellos, TaeHyung está admirando un ramo de diversas flores, perfeccionado con un lirio blanco en medio y colores chillones de otras flores. Él ama los lirios, y sí que son un gusto caro: los lirios son conocidos por su precio elevado y su delicadeza.
A primera vista, todos saben quién ha enviado esas flores: Jeon JungKook.
— Vaya, TaeHyung, ¡qué lindas flores! ¿JungKook te las envío?
La pregunta pasa inadvertida ante las miles más que le caen encima. TaeHyung ni siquiera responde, está ahí de pie, observando las flores, embobado. ¿Cada cuánto pasan esas cosas? Cuando le repitió unas mil veces al pelinegro su gusto por esas flores, ¿realmente lo escuchó? ¿Es cierto que JungKook incluso en ese entonces ya le daba un poco de su atención?
ESTÁS LEYENDO
Love Ends | kookv
FanfictionKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...