Min YoonGi es una de las pocas personas que entienden a TaeHyung. Sabe que su amigo es alegre, positivo, que intenta verle el lado bueno a las cosas y que siempre carga consigo una sonrisa que contagia a cualquiera. Por ello, aquella mañana, la presencia de TaeHyung, y sobre todo esa cara larga que tiene mientras está sentado a su lado, le hacen pensar en miles de razones por las que algo así podría suceder.
— Oye... ¿No vas a esperar a JungKook hoy? —pregunta sutilmente YoonGi, viendo atento a TaeHyung.
Los ojos del chico sueltan un destello por medio segundo y de inmediato TaeHyung voltea a verle, acomodando a la vez su mochila sobre el hombro, sin expresión que mostrara su característica felicidad y gentileza. Más bien, TaeHyung lo mira con una mueca disgustada, casi ahogándose en su propio cinismo. El monótono silencio de TaeHyung es complicado de entender, junto con su extraña presencia, en vez estar en las bancas, donde suele esperar a JungKook.
— No.
YoonGi sabe que meterse en ese terreno, con TaeHyung tan exasperado y frágil, es peligroso. El chico conoce perfectamente cada cosa que puede llegar a pasar si es que Tae no se encuentra del humor ideal.
— Ustedes... ¿pelearon o algo? —La voz de YoonGi entra suavemente por los oídos de TaeHyung, quien niega viendo el suelo—. ¿O terminó contigo?... Vamos, habla ya.
Hubiese sido mucho más fácil que Jeon JungKook diera por terminada aquella relación de enemistad y noviazgo falso con TaeHyung. Rompería su corazón, de seguro, porque de verdad se está esforzando; y aunque la idea es una pérdida de tiempo, realmente no sería tan hiriente como la situación actual. Sin embargo, y para su mala suerte, JungKook ni siquiera le dijo algo que significara una ruptura total, sino que se dedicó a hacerlo sentir un poco más miserable; recordándole sutilmente que no sentía absolutamente nada por él.
TaeHyung pasó el resto de la tarde imaginando una vida, al lado o lejos de su novio, en un deseo profundo y estúpido de poder llevar las cosas a un extremo o al otro. Odiaba los puntos medios y se le es difícil acostumbrarse a tirar y soltar en ese juego en el que se metió. Aunque la mayor parte de su cabeza se imaginaba, más bien, superando aquel encaprichamiento para alejarse de ese chico de una buena vez por todas. Pero la cosa es que, entre más conoce a JungKook, más siente que le gusta. El sentimiento crece de manera incesable.
— Él... Yo no le gusto —dice por fin TaeHyung, algo adolorido—. Ni siquiera como amigo. Para él yo solo soy... Supongo que nada, quizá un conocido y ya, YoonGi.
Tampoco es que YoonGi tuviera la gran habilidad de poder recuperar la felicidad en una persona. Es decir, lo intentaría. Después de todo Tae es su mejor amigo y odia verlo triste. Más por Jeon JungKook, y peor se hace todo mientas recuerda uno a uno los rumores que corren de él y el cómo TaeHyung prefirió ignorar eso y sobreponer sus sentimientos colegiales.
Pero qué hacerle; ese es Kim TaeHyung, tan espontáneo y directo como el aire.
— Lo siento, Tae. Sé que querías que funcionara con él, pero... sabes que es así.
— No sé qué estoy haciendo mal. Quiero gustarle, ese tipo se hace el difícil. —La voz de TaeHyung decae de poco en poco, variando también en diversos tonos—. ¿Debo hacer algo?
YoonGi mira a Tae fijamente y distingue aquellos ojos enojados y desilusionados que difícilmente podrías ver en aquel chico, pues claro, TaeHyung rara vez es tan negativo con sus acciones y con sus propuestas mentales. Verlo sentirse decaído solo significa que su propia meta se venía abajo, y ese es el punto más hondo al que lo ha visto llegar. Como su amigo, YoonGi tiene el objetivo de decirle que tan solo es un patán, que no vale la pena, que realmente está equivocado. En parte es cierto.
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Love Ends | kookv
FanfictionKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...