TaeHyung se sienta al borde de la banca y con una sonrisa acomoda la bufanda azul en su cuello. Mantiene la mochila a su lado mientras observa a su alrededor, alternando la izquierda y derecha entre sí. Espera pacientemente al gruñón de JungKook, es cierto. Pero, bueno, quizá está demasiado emocionado, o quizá la mañana es demasiado bonita y eufórica como para que alguien no pueda sentirse feliz.
Lamentablemente, su buen humor no dura mucho tiempo: Yeo ChangGu mantiene un paso firme hacia él. A lo lejos se ve como un príncipe de rostro furioso y lleno de malos sentimientos, de esos que odias en vez de amarlos. Cuando este príncipe de ojos furtivos está justo enfrente, se puede escuchar el suspiro fuerte de TaeHyung. Suficiente lloriqueo, es hora de explotar.
— Parece ser que no te cansas, ChangGu —dice TaeHyung con los ojos como dagas, mirando detenidamente al pelinegro.
La sonrisa de Yeo hace en una curva perfecta (casi como su peinado) que logra sacar a TaeHyung de quicio. Comprensible por completo, las cosas se ponen difíciles cuando la gente se molesta entre sí. El odio de las personas es un arma mortífera inútil.
— JungKook se fue ayer temprano de la práctica de básquet —habla el chico de cabellos negros—. Al parecer ya abandonó a su perrito. ¿Ya tiene otro novio por quien salir temprano?
La sonrisa de TaeHyung se amplía en una gran forma de corazón, mostrando aquellos dientes blancos y bien lindos que tiene, a sabiendas de que, la tarde pasada, en realidad JungKook salió a verlo a él. Aunque respondió "Sí. ¿Y qué?", tiene muy en cuenta que salió temprano para resolver los problemas que el chico delante suyo había estado causando los últimos días, (y también por su cita).
— Sé que salió temprano. Me acompañó a casa.
La sonrisa de ChangGu se elimina en menos de un segundo. Sus ojos se tornan rojos, listos para asesinar a alguien, y quizá suena algo exagerado, pero esa es la impresión que da. Está enojado. Seguramente porque él nunca logró que JungKook hiciera algo así. ¿Por qué? Quién sabe. Tal vez la actitud matutina que tenía, o su terrible insistencia que sacaba de quicio a todos.
Sin embargo, viéndolo de otra manera, la insistencia últimamente es algo que a JungKook no le desagrada del todo.
— Seguro. Seguir cuidando de su mascota —habla Yeo entre dientes. Se tranquiliza un poco y suspira. Lleva una mano hacia la frente de TaeHyung y la empuja—. Pobre e iluso cachorro, tan tonto... Y estúpido.
Antes de que TaeHyung pudiera responder algo, enojado y casi al borde de ponerse de pie para comenzar a defenderse a gritos, la mano de alguien cae directamente sobre la muñeca de Yeo ChangGu, quitándola de la frente de TaeHyung con algo de fuerza. Los ojos de todos se abren impresionados en un instante y se dirigen directamente hasta Jeon JungKook, quien sostiene firmemente la muñeca de ChangGu.
— ¿Quién te crees para llamarle así a TaeHyung? —espeta Jeon, mirando fijamente a ChangGu.
Todos quedan perplejos. Hasta el mismo TaeHyung, quien abraza su mochila al escuchar el tono fuerte de JungKook. Es cierto que algunas veces pudo oírlo hablar tan seriamente, pero jamás así. Está entre enojado e interesado. Es un timbre extraño, pues rara vez se le escucha discutir o pelear. ChangGu está inquieto, sintiendo la presión de JungKook. Ha imaginado alguna vez sentir el tacto de Jeon JungKook, pero no de esa manera, no con todos viéndole fijamente al borde de la burla por montar un circo donde él termina siendo el payaso.
Nadie se explica por qué demonios Jeon está haciendo todo eso, ni siquiera el mismo JungKook, quien actuó por simple inercia de su mente, sin pensar mucho las cosas. Las escenas de ese tipo por parte del pelinegro son escasas, si no es en el club de deportes o cuando alguien le pedía salir. Él nunca ha defendido a nadie, ni siquiera provocado disturbios, peleas o algo así.
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Love Ends | kookv
FanfictionKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...