A los ojos de todos, la nueva pareja es perfecta. Tras una semana de relación "estable" (es decir, como todos querían ver), Kim TaeHyung y Jeon JungKook han conocido un poco más del otro. Bueno... Podríamos decir eso. Aunque en realidad el único que se ha saturado de información ha sido JungKook. Y, siendo sinceros, todo aquello le tiene hecho un fiasco. Está harto, no solo porque rara vez ha tratado con personas iguales a TaeHyung; más bien, él no es alguien que escuchara a los demás con gusto eterno
— ¡Oh sí! ¿Y ya has visto de esos girasoles? Bueno, a mí me gustan bastante, pero no es como si fueran mis favoritos. Creo que prefiero los lirios. Tienen un color tan bonito, el violeta es ta... ¡CIERTO! ¿Ya te conté que me quiero pintar el cabello de violeta?
La paciencia del chico está llegando al punto máximo. Rendido ante el perseverante entusiasmo de TaeHyung día a día, se ve obligado a prestarle un poco de su miserable atención; y digo miserable ya que JungKook realmente no es fan de hacerlo. Resulta algo molesto, porque, aunque la mayoría del tiempo sus cuerdas vocales solo dejan oír monosílabos y frases que quizá no tienen mucha importancia, el hecho de tener que gastar —malgastar— su preciado tiempo escuchando al chiquillo es simplemente desastroso.
Y contraproducente.
— Sí. Ya me lo dijiste.
JungKook no supo en lo que se metía cuando esa propuesta, poco llamativa, le cayó en la cara un día cualquiera después de su entrenamiento. Si retrocedían unos pasos, el error fue de ambos. Por otro lado, su ego es suficiente para creerse inocente en ese achaque de emociones.
— El violeta se me vería bien, aunque pienso que todos los col... —habla TaeHyung, pero se ve interrumpido.
La mano de JungKook cae en su frente con suavidad, incitándole a callarse por un momento. Se detienen en la marcha de regreso a la casa de TaeHyung. Se ha hecho costumbre aquello de callarlo con una insignificante puesta de mano sobre la frente. A JungKook le harta escucharlo hablar, TaeHyung es demasiado para un ser humano común y corriente, siempre hablando con ánimos, exagerando en cada palabra y resaltando lo obvio. Sin embargo, parece que eso era más cómodo que simplemente decirle: "Guarda silencio un momento, TaeHyung".
— ¿Te han dicho que hablas demasiado?
— ¿Por qué eres tan grosero conmigo? —La voz de TaeHyung lleva encima un tono decaído, pero cómico a la vez.
Esa pregunta había rondado por su cabeza los últimos dos días. Poco a poco se dio cuenta que en realidad actuaba más como esos amigos fríos (si es que se podían llamar así) que la mayoría del tiempo se pasaban haciéndote imposible el vivir tranquilo. JungKook piensa casi lo mismo de él, en realidad él cree que TaeHyung era como esos amigos "demasiado cálidos" que te hacían la vida algo extraña. Interesante choque extremo de personalidades, ninguno en un estado ligeramente neutro.
JungKook es la "leyenda" que todos cuentan (aparentemente): buen novio en el sentido de llevarte a casa, escucharte (la mayoría del tiempo) y hasta en preguntarte si estabas bien. ¿Pero de ahí en más? Solo hay un vacío, un ligeramente desinteresado novio.
Y aunque TaeHyung intente verle el lado bueno y entender, sobre todo, que nunca en su vida había tratado con él antes de una semana hacia atrás, la mayoría de su cabeza le pedía respuestas.
— ¿Grosero? No soy grosero contigo —dice JungKook cerrando los ojos y cruzando los brazos, justo en frente de TaeHyung—. Muy diferente es que no captes mi tono.
¿A caso le cambió la mirada? JungKook parece observarlo con algo de gracia en sus ojos y suelta una sonrisita que abarca apenas la mitad de su mejilla. Parece que se burla de algo, pero no es así. Le causa un poco de risa que, naturalmente, las cosas tomaran el curso que, hasta esa fecha, es un paso inevitable en cada una de las relaciones (falsas relaciones) por las que pasó. Pero TaeHyung no lo nota del todo. Sus manos se van directo a juntarse y mira hacia abajo.
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Love Ends | kookv
Hayran KurguKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...