Las cosas tienen una manera rara de ser. Ahora, aunque TaeHyung quiera avanzar, y avanzar y avanzar, parece que JungKook está muriéndose por retroceder cada vez más; siente que TaeHyung está apresurándose, y esa necesidad le afecta la percepción de su relación.
— Salgamos en una cita.
JungKook está siendo de nuevo un tanto reservado con sus opiniones; esta actitud es producto de sus deseos por avanzar lentamente. Caía el tenue clima de las fechas de octubre, y el aire fresco tocaba las mejillas de todos, a la vez haciendo que las ramas de los árboles choquen entre sí, cuando JungKook, al igual que aquel clima, comenzó a enfriarse.
— No —dice JungKook algo confundido—. ¿Por qué quieres salir en una cita?
Claro que no, o sea, no... No es como si quisiera hacer las cosas oficiales de una vez, convertirse en novios de la noche a la mañana y obtenerlas recompensas necesarias. Quién sabe, quizá hasta acercarse más a JungKook; por fin llevarlo al arcade a jugar, o invitarlo a comer, al cine; hacer que se tomaran una foto juntos. Quién sabe, ¿pero TaeHyung tiene intenciones escondidas? ¡Claro que no! Qué va, nunca. Quiero decir, ¿cómo pueden pensar que Tae tendría otras intenciones? Él sólo quiere estar con su novio no oficializado, Jeon JungKook.
La verdad es que TaeHyung quiere pasar más tiempo con él. Si bien JungKook ha estado actuando como siempre, también cree que si pasan más tiempo juntos, eventualmente la relación mejoraría al grado de escuchar la voz de pelinegro con más frecuencia.
Sin embargo, sus deseos se ven retenidos por la respuesta cortante y evidentemente evasiva del chico, la cual rápidamente lo hizo bajar al suelo.
— ¿Eh? ¿Ahora ya no quieres estar conmigo?
— Deja de decir tonterías —suelta JungKook poniendo la mano sobre el cabello del chico—. Has estado pegado a mí las últimas dos semanas.
TaeHyung suelta una risita boba, balanceándose en su mismo lugar antes de sonreírle a JungKook dulcemente. El pelinegro le mira por unos segundos, como es costumbre; pero evade sus ojos en cuanto siente que el tiempo ha transcurrido demasiado. Le presta atención a algo más, mientras esperan sentados a que se haga un poco más tarde, pues sus clases habían terminado unas cuantas horas antes y quieren perder tiempo (o ganar) antes de que TaeHyung se fuera a casa.
— Es que me gusta estar contigo.
Como siempre, la sinceridad del castaño es suficiente para que a JungKook le gane su propio nerviosismo.
— Sí, entiendo eso —responde—. Pero eres tan empalagoso.
Es hora de usar el arma secreta. TaeHyung se sienta en su lugar, pone carita de cachorro triste y junta sus manos para ver a su casi-novio con mucha atención. Esa carita siempre funciona. No, no es chantaje, ni una escapatoria; de hecho, ni siquiera es el arma más poderosa. La expresión de cachorro funciona lo suficiente para hacer que JungKook caiga en sus peticiones y las acepte gustoso. Es fácil usarla y además le da puntos extra en la relación.
TaeHyung ama molestar a JungKook. Aunque no siempre lo logra, puesto que JungKook comienza a especializarse en ser toda una roca, capaz de evadir aquellas miradas bonitas que TaeHyung hace para convencerlo.
— ¿Cómo puedes decirle eso a quien te gus...?
JungKook de inmediato lleva una mano a TaeHyung y le cubre la boca. También le conoce las manías a aquel castaño de ojos incesantes; el recordarle a cada instante que la atracción y gusto es mutuo se ha convertido en su acción favorita. Pudo entender en poco tiempo que él tomaría esa confesión como su frase preferida y la usaría como una de sus mejores armas. Quizá un tiempo atrás, JungKook no lo había notado. Sin embargo, seguido de repetidas, y repetidas, y repetidas veces en las que JungKook escuchó la frase "Te gusto" o "Quien te gusta" después de alguna oración que TaeHyung usaría exclusivamente pasa convencerlo sobre algún tema, comprendió que solamente disfruta el verlo pasar vergüenza y sentirse mal.
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Love Ends | kookv
FanfictionKim TaeHyung le pide a Jeon JungKook que sea su novio. Aunque el pelinegro está catalogado como la peor pareja del Instituto, decide no rendirse. Lo que caracteriza al pelinegro es aquel desinterés y la seriedad desbordante que te hace querer...