Parte 21

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-Sí, mejor sáltatelo porque yo todavía no he encontrado una respuesta para eso –Respondió, respirando hondo y ya algo más tranquila después de desahogarse.

-Es que... lo siento Mila, pero esa mujer no es de fiar, no puedo decirte nada positivo en estos momentos...

-Sólo dime lo que piensas, me da igual que sea bueno o malo, pero dime tu opinión –Rogó, necesitando saber la opinión de Normani.

Volvió a respirar hondo- Pues... -Decía, tratando de pensar rápidamente algo para decir- Creo que has trabajado mucho para llegar hasta dónde has llegado, si continuas adelante con... con lo que quiera que tengas con esa mujer, lo único que vas a hacer es mandar a la mier*da tu trabajo... Creo que Jauregui no merece la pena... ni te merece a ti. Y, lo siento, pero dudo mucho que ella sienta algo por ti, es más... dudo que sea capaz de sentir algo por alguien. No tiene corazón –Concluyó.

-Si tiene corazón Mani, por Dios, todo ser humano tiene corazón... -Defendía a la castaña.

-Ay vale, lo que tú digas, si vas a defenderla no sé para qué me pides mi opinión –Dijo, ya molesta y harta de que Camila defendiera tanto a Lauren- Y es que ya no se trata de que tenga corazón o de que sienta algo por ti, se trata de que si continuas viéndote con ella puedes ser sospechosa en la investigación, ¿no te das cuenta?

-Ya, ya lo sé y no sé que voy a hacer ahora. Estoy muy confundida...

-Sabes perfectamente lo que tienes que hacer, Mila.

-¡Sí, sé lo que tengo que hacer, pero no tengo ni idea de que es lo que QUIERO hacer! –Dijo, recalcando con énfasis esa penúltima palabra.

-¡La conoces hace cuatro días! ¿¡Cómo es posible que...

-¡Te estoy diciendo que no lo sé Normani, jo*der! –Gritó, nuevamente nerviosa.

-Olvídate de ella –Aconsejó rápidamente, ya sin gritos.

-Se rió irónicamente- Qué fácil es decirlo.

-Mira, yo ya no sé qué decirte. Diga lo que diga, nada te parece bien ­–Dijo Normani, harta de la actitud de Camila, cogiendo sus cosas- Me voy a la comisaría, tú deberías quedarte hoy aquí a descansar, no te conviene trabajar con el hombro así.

-No, no, yo también voy –Se negó Estoy mucho mejor y no pienso pasarme el día metida en mi casa pensando, necesito distraerme.

-En la comisaría sólo vas a pensar más en ella, mejor quédate aquí a descansar y a pensar, que creo que necesitas hacerlo –Insistía.

-No quiero pensar más Mani, te lo juro que si sigo pensando me va a reventar la cabeza.

-¿Entonces cómo piensas tomar una decisión? –Preguntó, sin obtener respuesta por parte de Camila- Quédate aquí, ¿vale? No hace ni un día que te pegaron un disparo en el hombro, necesitas estar en reposo por lo menos un día.

-Suspiró- Está bien, aquí me quedo... -Aceptó por fin- Pero por favor, no atrasen la investigación, ¿ok? Intenten averiguar lo que les dije el otro día y con cualquier cosa me llaman –Pedía, a lo que Normani asentía con la cabeza- Y... no le cuentes nada a Austin de lo de Lauren... -Rogó- No quiero que vuelva a enojarse conmigo.

-Está bien, no diré nada, no te preocupes –Aceptó- Pero piensa y, por favor, no tomes una decisión equivocada –Pidió.

-Volvió a suspirar- Intentaré no hacerlo...

Normani se fue, dejando a Camila totalmente sola en su casa. Tuvo horas y horas para pensar, pero no conseguía llegar a ninguna conclusión. Realmente le dolía la cabeza de tanto pensar, así que se vistió y se dirigió a una farmacia para comprar unas pastillas que le aliviaran el dolor, después fue a hacer unas compras para poder hacer la comida y regresó a su casa, llena de bolsas. Se encontraba en la entrada de su edificio, introduciendo la llave en la puerta principal, cuando escuchó una voz desde atrás que le decía:


-¿Necesitas ayuda?

Reconoció su voz, una vez más sabía que era ella. Se volteó rápidamente, realmente sorprendida por la aparición de Lauren.


- ¿Lauren? –Preguntó, mirándola a la cara y sabiendo perfectamente que era ella-¿Qué haces aquí? –Preguntó.

-Quería ver si estabas mejor del hombro.

-¿Sólo viniste hasta aquí para eso?

-Se rió- Bueno no, la verdad puse eso de excusa, necesitaba verte.

-Suspiró- ¿Cómo supiste que vivo aquí?

-Da igual, eso no importa –Respondió, sabiendo que a Camila no le gustaría cómo lo averiguó.

-No, claro que importa. No quiero que mandes a nadie para que me espíe Lauren –Dijo seriamente, sabiendo perfectamente como había conseguido Lauren saber dónde vivía.

-Yo podría decir lo mismo, ¿no?

-Si yo te espío es porque estás en busca y captura y te estoy investigando, tú lo haces simplemente para poder verme.

-Pues... sí, probablemente tengas razón, lo siento.  –Se disculpó- Veo que estás mucho mejor, hasta de compras te fuiste –Dijo, con una sonrisa.

-Sonrió cortamente- Sí, estoy mejor, además Mani no me dejó ir a trabajar y aproveché para ir a comprar unas cosas... -Explicó.


Lauren solamente asintió con la cabeza y guardó un corto silencio.


-¿Te ayudo? –Preguntó, observando a Camila llena de bolsas.

-Miró el interior del edificio y luego miró a Lauren- No creo que sea buena idea que entres...

-Ya sé dónde vives Mila, ¿qué más da que suba? –Preguntó- Vamos, ¿qué crees? ¿Que voy mandar a alguien para que te secuestre? –Preguntó.

-Eres capaz –Dijo totalmente enserio.

-Se rió- Pues sí, soy capaz, pero no lo voy a hacer –Camila la miraba seriamente-Confía en mí –Pidió.

-Negando con la cabeza, soltando las bolsas en el suelo- No puedes pedirme eso. Deberías entender que desconfíe de ti, eres...

-Sin dejarla hablar- Tú eres policía y yo si confío en ti.

-La diferencia es que yo no sé donde es tu casa, tú sí, y lo puedes usar en mi contra.

-La miró un momento- Está bien, entonces me voy ya y no te molesto.

Camila observó como Lauren se volteaba, disponiéndose a caminar y, por algún extraño motivo, no pudo evitar decir:


-No, Lolo, espérate –La Castaña sonrió y se volteó, mirándola- Coge las bolsas, anda–Dijo, dándole a entender que la dejaba subir, volviendo a introducir la llave en la puerta- Espero no arrepentirme de esto... -Decía, abriendo la puerta.

-No lo harás –Respondió, entrando detrás de Camila.

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Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora