Parte 51

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Capitulo dedicado a @Cata Cauregui <3

-Guardó un largo silencio y respiró hondo- Fui a casa de tu hermana...

-¿Qué?

-Y le dije que tú me habías dicho que si quería localizarte fuera a hablar con ella para que me dijera dónde estabas –Dijo muy rápidamente, tratando de acabar cuanto antes la frase.

-¿Qué? –Dijo de nuevo, totalmente sorprendida- ¿Por qué hiciste eso?

-Porque necesitaba verte Lolo, necesitaba verte y que me explicaras qué co*ño está pasando... -Se confesó por fin- Pero... bueno, veo que no sirvió de mucho, porque prácticamente no me has explicado nada.

-Volvió a suspirar- ¿Qué quieres que te explique?

-¿La quieres?

-Sí, claro que la quiero, la adoro, es mi hermana.

-No, a tu hermana no. A la mujer esa a la que, prácticamente, le estabas comiendo la boca en medio de un parque.

-No, no la quiero, claro que no la quiero –Dijo claramente, tratando de zanjar todas las dudas que tuviera Camila respecto a ese tema.

-¿Y entonces? ¿Por qué ibas agarrada a su mano? ¿Por qué la besaste? ¿Por qué? –Continuaba con las preguntas.

-Porque sí, porque... porque yo no voy a estar esperándote toda la vida, Mila –Eso le dolió a la pequeña- Me dijiste que me odiabas y que saliera de tu vida, así que es lo que hice. No entiendo por qué estás aquí.

-Estoy aquí porque te quiero Lauren, por eso estoy aquí –Se declaró.

-Sonrió nerviosamente por esa declaración, negando con la cabeza- Ahora sí que no entiendo nada... Primero me odias, luego me mandas a la mier*da, después me llevas comida a la celda, me dices que olvidemos lo que sentimos y, después de una semana, vienes a hacerme una escena de celos y a decirme que me quieres.

-Dijiste que harías cualquier cosa que te pidiera, ¿no? –Preguntó, cambiando de tema, sin responder a eso.

-Sí, cualquier cosa –Volvió a responder de forma segura, aunque con miedo de cual pudiera ser su petición- ¿Por qué?

-¿Puedo pedirte algo? –Preguntó.

-Guardó un corto silencio- Sí, claro, pide lo que quieras.

-Dame un abrazo –Rogó, con los ojos húmedos, realmente necesitaba, como mínimo, volver a abrazarla, la echaba demasiado de menos.

La castaña sonrió cortamente, abrió los brazos y se acercó a la pequeña, pasando sus manos alrededor del cuello de Camila, abrazándola. Camila pasó sus manos alrededor de la cintura de la castaña, hundiendo su cara en el cuello de Lauren, cerrando los ojos y disfrutando de ese momento.

Estuvieron abrazadas un largo tiempo, hasta que la pequeña rompió el abrazo, diciendo:

-Sé que tu confianza en mí es casi nula, pero de verdad que no voy a decirle a nadie que entrenas aquí, ni a usarlo para la investigación ni nada... Te lo prometo –Prometió.

-Pues eso espero... y también espero que no vuelvas a meter a mi hermana en esto, ella no tiene nada que ver, ¿vale?

-Asintió con la cabeza- Sí, sí, Ok... lo siento –Se disculpó.

Estuvieron un corto tiempo en silencio, hasta que Lauren se quitó los guantes y dijo:

-Bueno... ¿por qué no me demuestras de lo que eres capaz? –Dijo, dándole los guantes.

-Se rió- No... ahora mismo no...

-Venga, el ejercicio viene muy bien para descargar tenciones –Insistía.

-Lolo, ve como estoy vestida... así no puedo ha...

-Eso me suena a excusa –Dijo con una divertida sonrisa, sin dejarla acabar la frase.

-Se rió- No es una excusa. Traigo pantalones vaqueros y... y una camisa demasiado incómoda para hacer ejercicio.

-En el almacén también tenías pantalones vaqueros y una incómoda camisa y bien que me pegaste –Camila sólo se rió, recordando aquel momento- Venga, enséñame de lo que eres capaz –Concluyó, dándole los guantes.

Camila suspiró, dejó su bolso en el piso y, por fin, cogió los guantes, poniéndose el de la mano derecha.

-Ayúdame, anda –Pidió, refiriéndose a que le ayudara a ponerse el de la mano izquierda.

-Sí, te ayudo, pero no te pases conmigo, ¿eh? –Pidió ella, ayudándola a ponerse el otro guante.

-Pero... ¿no iba a pegarle al saco? –Preguntó, sorprendida, no sabía que tenía que pelear con Lauren.

-¿Al saco? –Se rió- No, claro que no, pégame a mí –Dijo, dando un par de pasos hacia atrás para alejarse de ella, con una sonrisa.

-Pero tú no tienes guantes Lolo.

-Da igual, úsalos tú, yo no los necesito –Llevando sus puños cerrados a media altura, colocándose para comenzar la pelea- Venga, pega sin miedo.

-Se rió- No te voy a pegar porque sí y sin motivos, déjate de tonterías.

Sorprendentemente para la pequeña, Lauren llevó su mano a la cara de Camila y le dio un suave cachetada, muy flojo, sin ninguna intención de hacerle daño y sin hacerlo, todo lo contrario, esa cachetada le gustó a la pequeña.

-Ahora ya tienes un motivo –Dijo la castaña con una sonrisa- Venga, muévete.

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¿Quién de las chicas es su debilidad?

Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora