Parte 23

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-¡No, no puedes Camila!-Dijo, ya alzando la voz y volviendo a mirarla- En MI VIDA he sido capaz de matar a nadie y te aseguro que todo tiene una explicación-Confesaba- Pero no puedes ayudarme, ¿sabes por qué? -Camila simplemente negó con la cabeza- Porque cuando tú me ayudes ya va a ser demasiado tarde.

-¿Por qué dices eso?-Preguntó, sin entender a la castaña.

-Porque no, no he matado a nadie, pero dentro de muy poco voy a mandar bajo tierra a 4 ***** que me jodie*ron la vida un día y lo han seguido haciendo todo este tiempo -Dijo ya con rabia y la voz entre cortada.

- Creo saber de qué estás hablando... Se trata del accidente que tuvieron tus padres, ¿no?

-Sonrió irónicamente mientras negaba con la cabeza, con lágrimas saliendo de sus ojos y secándolas rápidamente con sus dedos- Ni si quiera esa historia la tienen bien contrastada... -Nuevamente Camila arqueó una ceja, estaba metida en una conversación que, definitivamente, era difícil de entender- No fue un accidente Camila, no lo fue. Mis padres habían ido a comprar, nada especial, sólo la típica compra de principio de mes... -Comenzaba a explicar- Cuando, de repente, escucharon algunos disparos. Ellos se asustaron mucho, así que decidieron meterse en su coche. Desde allí, estaban observando toda la pelea. Cuatro asquerosos tíos estaban discutiendo y peleando entre ellos con pistolas en sus manos, disparando sin ninguna dirección simplemente para asustarse los unos a los otros... Se dieron cuenta de que había alguien viéndolos: mis padres. Los cabro*nes esos fueron hasta el coche de mis papás apuntándolos con las pistolas y, sin ni si quiera hablarles,le dieron un **** disparó a mi papá fríamente a la cabeza, matándolo allí mismo, delante de su mujer, de mi mamá -Contaba con lágrimas saliendo de sus ojos, mientras sentía como Camila le agarraba la mano- Escucharon que llegaba la policía así que decidieron largarse y no hacerle nada a mi mamá, dejándola con su marido en brazos desangrándose. Y... supongo que lo que vino después sí corresponde con lo que ya sabes: mi mamá murió de depresión varios meses después -Concluyó la explicación, secándose las lágrimas- Y eso es lo que voy a hacer con cada uno de ellos. Voy a mirarlos fríamente a la cara y les voy pegar un tiro en la frente, en el centro de la frente, entre ceja y ceja -Decía totalmente enrabiada, con mucho odio desprendiendo de sus ojos.

-No, no digas eso -Pedía Camila, algo emocionada por la historia que le acababa de contar la castaña- Si tú nos dices los nombres y... y dónde se ocultan podemos arrestarles y que paguen por la muerte de tu papá...

-Se rió irónicamente- Estar metido en una cárcel en la que te dan de comer y tienes de todo no es ningún castigo. Se merecen la muerte, eso es lo que se merecen. Además... bueno, nada, yo no debo contarte estas cosas -Dijo, prefiriendo guardar silencio.

-No, no, cuéntame, por favor -Rogaba.

-No -Se negó rotundamente- Ni si quiera te tendría que haber contado lo de mis papás... -­Decía, apenas dándose cuenta de todo lo que había contado- ¿Sabes qué? Me voy Mila, es mejor que me vaya -Anunció, dispuesta a dirigirse a la puerta.

-No, no te vayas -Pidió, agarrándola del brazo, lo que provocó que un escalofrío recorriera el cuerpo de la castaña- Dame un abrazo-Pidió, extendiendo ambos brazos- Creo que lo necesitas hace mucho tiempo -Dijo, observando cómo Lauren, nuevamente con lágrimas en los ojos, se acercaba a ella para abrazarla.

Lauren abrió también sus brazos y abrazó a Camila, hundiendo la cara en su hombro y cerrando los ojos, sintiendo como apretaba suavemente su cintura con los brazos.

-Estoy cansada de ser la mala, la que no tiene corazón, la insensible, la loca asesina... No soy así Mila, te juro por Dios que yo no soy así... -Decía Lauren entre llantos, abrazándola.

-Sé que no eres así, lo sé -Decía, rompiendo el abrazo y agarrándole la cara, mirándola a los ojos- Si tú me dices que eres inocente de esas muertes, yo te creo, ¿vale? -Dijo, con miedo de arrepentirse más tarde de eso- Pero tienes que hacer algo para que los demás también se lo crean, es normal que nadie te crea si lo único que haces es organizar un secuestro falso con disparos sin ninguna dirección en la que, accidentalmente, terminó herida una policía por arma de fuego en el hombro -Explicaba, refiriéndose a lo que había pasado el día anterior.

-Cuando mate a esos 4 ****, ese día me entregaré y diré mi verdad, mientras que piensen lo que quieran -Insistía con eso.

-No vas a matar a nadie.

-¡Sí, sí lo voy a hacer! -Dijo en un grito, volviendo a separarse de Camila- Voy a ir por ellos y les voy a reventar la cabeza -Camila intento hablar, pero Lauren la interrumpió- No, no me digas nada más. Ya sabes cuál es mi objetivo y estoy segura de que vas a hacer hasta lo imposible por pararme, pero no lo vas a conseguir, ni tú ni tus amiguitos ni nadie va a evitar que acabe con ellos.

-Eso ya lo veremos. No subestimes mi inteligencia Lauren, solamente te digo eso -Dijo en tono amenazante.

-¿Por qué me dices eso? -Preguntó, sin entender lo que Camila había querido decir.

-Dirigiéndose al salón, sentándose en el sofá ya sin la copa de vino que, sin darse cuenta, había dejado en algún momento encima de la encimera- Sé lo que digo-Observando cómo Lauren acudía también al salón, acercándose al sofá- Y quiero que sepas que sí, que te creo, pero que voy buscar pruebas de lo que me estás diciendo... -Mirando a Lauren mientras se sentaba a su lado- Voy a averiguar en qué circunstancias murieron esos policías y por qué motivo se cree que fuiste tú. Si realmente encuentro algo evidente que demuestre que tú eres la que los mató...

-No las vas a encontrar -Dijo, interrumpiéndola.

- Si las encuentro-Repitió- voy a ir por ti y me va a dar igual lo que sienta por ti -Advirtió.

- De acuerdo -Aceptó sin oponerse

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Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora