Enemigas intimas CAMREN

Parte 30

Eso bastó para que las "inseguridades" de Lauren se esfumaran y se sintiera muy segura de lo que estaba a punto de hacer.

-¿Tu cuarto? –Preguntó la castaña, cosa que a Camila le sorprendió.

-Allá –Respondió, señalando con su dedo.

-Bien

Dicho esto, Lauren cogió a Camila en brazos, como pudo, diciendo:

-Estás pequeñita, pero si pesas...

-Pues claro que peso -Se reía- Pero ¿qué haces? ¿A dónde me llevas?

-Al paraíso

Nuevamente eso provocó la risa de Camila, pero esta vez su risa era nerviosa.

-Estás completamente chiflada –Dijo Camila, entre risas.

-Suelen decírmelo a menudo

Llegaron al cuarto de Camila y Lauren la recostó con cuidado en la cama, provocando cada vez más nerviosismo en Camila.

-Relájate –Volvió a pedir la castaña, agarrando los brazos de Camila y extendiéndolos hacia atrás, colocándolos a ambos lados de la cabeza de Mila- Sólo déjate llevar –Dijo, posicionándose encima y acercando sus labios al cuello de Camila, comenzando a darle besos ahí.

En ese momento Camila sintió como su corazón aumentaba la rapidez de sus latidos, su piel se erizó muy considerablemente y un escalofrío recorrió todo su cuerpo, pero sin poder moverse, pues Lauren aún estaba sosteniendo sus brazos. Varios segundos después Lauren comenzó a darle mayor pasión a esos besos, transformándolos en suaves y placenteros mordisquitos, provocando que Camila cerrara los ojos, suspirara e, involuntariamente, entrelazara sus manos con las de Lauren. Ese gesto provocó que una sonrisa se dibujara en los labios de Lauren.

-¿Estás bien? –Preguntó la Castaña, por si acaso la respuesta era negativa.

-Abrió los ojos y la miró con una sonrisa- Perfectamente.

Lauren sonrió y le dio un corto beso en los labios, para volver a bajar y retomar su tarea de devorarle el cuello, pero esta vez bajando más y llevando esos besos a los pechos de Camila, por encima del sujetador, tan solo insinuándose. Continuó bajando para besar ahora el abdomen de su pequeña y alrededor de su ombligo, sintiendo como la piel de Camila se erizaba cada vez más.

La castaña volvió a subir, poniéndose cara a cara con Camila, quien la miraba con la respiración agitada. Volvió a besarla, esta vez con rapidez y pasión, siendo correspondida por Camila, quien respondió con la misma intensidad, llevando sus manos a la cintura de la castaña  y comenzando a levantarle la camisa. Eso provocó que Lauren rompiera el beso, se incorporara un poco y levantara los brazos, dejando así que Camila le quitara la camisa. La pequeña reaccionó rápidamente y, con una sonrisa, quitó del todo la camisa de Lauren, dejando a la vista el torso semidesnudo de ésta, apreciando cada detalle, en especial su suave piel que tanto le gusta. Ahora fue ella, Camila, la que se incorporó un poco y llevó sus labios al cuello de Lauren, besando y mordiéndolo,  provocando que, ahora, la que suspirara fue la castaña.

-Me encantas... -Susurraba la pequeña, mientras continuaba devorando el cuello de lauren, acariciándole con ansiedad su cintura y su espalda.

-Sonrió, mientras suspiraba, bastante excitada- Y tú a mi... -Respondió la castaña, con sus manos en la nuca y el cabello de Camila, acariciándola.

Camila bajó un poco más, acercando peligrosamente sus labios a los pechos de Lauren, pero sin llegar a ellos, mientras sus manos llegaban al broche del sujetador, pero parándose ahí, deteniendo todo movimiento. Camila se había puesto nuevamente nerviosa, no sabía si desabrochar o no el sujetador de Lauren, algo que la castaña notó y rápidamente acabó con todas las inseguridades, sonriéndole mientras le guiñaba el ojo y volvía a besarla, dándole a entender que lo hiciera y cuanto antes.

Y así fue, eso bastó para que Camila, mientras correspondía al beso, desabrochara el sujetador de Lauren, quitándolo con su ayuda. La pequeña rompió el beso, necesitaba ver ese paisaje, observarlo y analizarlo, disfrutarlo.

-Eres... hermosa –Dijo Camila, casi hipnotizada, analizando el cuerpo semidesnudo de Lauren.

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