Parte 53

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Lauren volvió a sonreír ampliamente y volvió a pegar su frente con la de la pequeña, sintiendo como ésta le daba suaves caricias en el pelo.

-No sabes cómo te he echado de menos esta semana... -Dijo Camila.

-Yo también.

-Se hizo para atrás, mirándola mal- Sí, ya, se nota, sobre todo por las fotos.

-Se rió- Me encanta que te pongas celosa –Confesó con una tierna sonrisa, entre lazando sus manos con las de la pequeña.

-Pues a mí no me gusta nada que me den motivos para estarlo... -Dijo, seriamente, aunque sin poder evitar sonreír- Enserio... no sabes la rabia que me dio ver esas fotos... venía con toda la intención de matarte, para que lo sepas –Confesó ahora ella.

-Y luego la agresiva soy yo... -Decía, riéndose.

-No, ahora enserio Lauren... -Dijo, con tono bastante serio- No quiero volver a ver unas fotos así, ¿me escuchaste? No... no quiero que te beses con nadie más que no sea yo...

-Sonrió- ¿Por qué no? Hasta dónde yo sé no tenemos ningún compromiso, ¿no?

Camila guardó un largo silencio, pues sí, Lauren tenía razón, oficialmente no habían decidido ser una pareja ni crear ningún tipo de compromiso, es más, llevaban una semana sin ni si quiera hablar.

-Bueno... -Intentaba hablar la pequeña, sin saber muy bien que decir- Igualmente no quiero, ¿OK? Me arde la sangre solo de pensarlo.

-¿Posesiva? –Preguntó con una divertida sonrisa.

-No, posesiva no, sólo protejo y reclamo lo que es mío.

-Eso es lo mismo que ser posesiva, pero... ¿tuya? ¿soy tuya? Te lo repito: no tenemos ningún tipo de compromiso.

-¡Pero a mí me da igual eso Lauren! –Dijo, alzando la voz un poco.

-¡Pues a mí no! –Respondió de la misma forma, sorprendiendo a Camila- Yo... yo si quiero tener algún compromiso contigo.

-Se sorprendió bastante con eso- ¿Qué?

-Ya sé que es una locura, es una completa locura porque... porque es imposible, pero quiero que seamos algo, quiero ponerle nombre –Observando como la cara de Camila había cambiado completamente- ¿Tú no quieres? –Preguntó.

-Guardó un corto silencio- No... no es que no quiera... es que... es demasiado complicado, Lolo... Tenemos... una inestabilidad total, un día peleamos y otro nos queremos a más no poder. De repente estamos una semana sin vernos o... o una se despierta una mañana y se entera de que la otra se fue a Nueva York. Así no se puede tener ningún compromiso... -Intentaba explicarse y hacerla entrar en razón.

-¿Entonces qué quieres hacer con nosotras? –Preguntó, bastante confundida- Porque es que yo ya no te entiendo... Una semana me odias, la otra me quieres, pero luego no quieres ningún compromiso, de repente un día me detienes porque no confías en mí... ¿Qué es lo que quieres de mí?

-Suspiró, alejándose un poco de ella, dándole la espalda- No lo sé –Escuchó como Lauren se reía irónicamente- Y no te rías, porque tú tampoco sabes –Dijo, volviendo a mirarla.

-Yo sé lo que siento y me da absolutamente igual lo que me digan los demás, ¿a ti también? –Preguntó, sabiendo que la respuesta era negativa, pues Camila guardó un largo silencio- Entonces no tengo nada más que decirte... –Dijo, recogiendo su bolsa del suelo- Creo que tienes cosas que pensar, te dejo los guantes y si quieres desahogarte un rato, ahí tienes el saco –Dijo, acercándose a ella- Y haz el favor de pensar bien, porque un día de estos me vas a volver loca, NO TE ENTIENDO –Recalcó, acercándose a ella y dándole un corto beso en la mejilla- Adiós

Dicho esto Lauren salió del gimnasio, sin escuchar ni una sola palabra de Camila, quien cada vez estaba más confundida. Respiró hondo, miró los guantes y decidió ponérselos para hacer lo que Lauren le había dicho: desahogarse con el saco de boxeo.

Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora