Parte 22

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Cogieron el ascensor y subieron hasta el piso de Camila.

-Qué bonita... -Decía Lauren, entrando en la casa.

-Gracias –Sonrió cortamente- Deja las bolsas en la cocina, por fa.

Lauren obedeció y se dirigió a la cocina para dejar allí las bolsas. De repente fue sorprendida desde atrás por Camila, quien metía la mano en el bolsillo trasero del pantalón de Lauren, sacándole la pistola y pudiendo palpar así, levemente, el trasero de Lauren

-¿Llevas la pistola a todos lados? –Preguntó, con el arma de la castaña entre las manos.

-Sí, claro, nunca se sabe lo que pueda pasar –Dijo, mirándola- Dámela –Pidió, extendiendo la mano para que Camila le diera la pistola.

-No–Se negó- No me fio de ti si llevas una pistola encima–Decía, mirándola divertidamente.

-Y yo no me fio de ti siendo policía, seguramente tienes guardadas unas esposas por ahí –Decía también con una divertida sonrisa.

-Pues sí, tengo esposas, pero las esposas se pueden usar para muchas cosas –Dijo guiñandole el ojo con una pícara sonrisa, dejando la pistola encima de la mesa.

Lauren se sorprendió con ese comentario, definitivamente no se esperaba una reacción así por parte de Camila.

-Mila... -Decía la castaña, observando como Camila cogía dos copas y buscaba algo en uno de los armarios de la cocina.

-¿Qué? –Preguntó sin mirarla, sacando una botella de vino del armario.

-¿Lo que me dijiste ayer era cierto? –Preguntó, lo que hizo que camila la mirara- ¿Me quieres o...

-Sí, desgraciadamente es cierto -­Dijo seriamente, interrumpiéndola y sirviendo vino en las copas.

-¿Desgraciadamente? –Preguntó.

-Dándole la copa de vino- Yo no sé cómo lo estés pasando tú, pero para mí esto está siendo muy difícil, la verdad... -Confesó, apoyándose en la encimera con la copa en la mano y dándole el primer trago al vino- Para empezar no entiendo cómo es posible que me guste una mujer –Lauren la escuchaba mientras bebía vino, mirándola- además no puedo confiar en ti, porque no sé si estás haciendo todo esto para sacarme información y joder*me –Explicaba, intentando ser lo más clara posible- Y soy policía, no puedo relacionarme con los asesinos a los que investigo...

-A ver... ­Para empezar yo estoy espectacularmente bien, jamás me arrepentiré de haberte conocido... -Explicaba- Yo si entiendo cómo es posible que te guste una mujer, porque esa mujer soy yo cariño–Dijo muy orgullosa de sí misma, lo que provocó que Camila se riera- Y... ¿qué información voy a querer sacarte Mila? Eres tú la que me está investigando, así que eso debería pensarlo yo, ¿no crees? Tengo cosas más importantes que hacer que enamorar a una mujer simplemente porque es policía y por ganas de hacer daño...

-No se trata de eso –Dijo rápidamente- Se trata de que, tal vez, sólo estés haciendo esto para confundirme y... para... no sé, no sé... -Decía, bastante confundida.

- Mira–Decía, dejando la copa de vino encima de la encimera, acercándose a ella y agarrándole las manos- Lo que te dije ayer era cierto, estoy enamorada de ti y... no sabes lo que sentí al verte ahí tirada desangrándote... -Explicaba, recordando ese momento, emocionándose un poco- En ese momento me di cuenta de que me importas mucho más de lo que yo pensaba... Me di cuenta de que, como te dije, jamás te haría daño y de que, si alguien lo hace, se las va a tener que ver conmigo –Decía mirando fijamente a Camila, consiguiendo que sonriera- Y, sí, sé que es muy difícil en estos momentos confiar la una en la otra y sé que si estás tan confundida es porque esos, a los que tú llamas tus amigos, no hacen más que regañarte y prohibirte verme, poniéndote entre la espada y la pared.

-No Lolo, no digas eso –Dijo, interrumpiéndola- Si Mani y Austin me dan sus opiniones y me dicen que debería alejarme de ti es porque me quieren y no quieren que sufra, porque piensan que es lo mejor.

- Soltándole las manos- Ellos no son nadie para decirte lo que tienes o no que hacer

- Sí, claro que lo son, son mis amigos.

- Suspiró- Bien, vale, pero es que en esta vida no todo es blanco o negro, ¿sabes? –Observando como Camila arqueaba una ceja, probablemente sin comprenderla- La gente como tú, los policías, se piensan que lo saben todo de mis, como ya te dije, supuestos delitos, pero no saben UNA MIER*DA –Dijo, matizando esas dos palabras, ya algo nerviosa.

-¿Por qué dices eso? –Preguntó, observando cómo Lauren negaba con la cabeza- Lolo, no te hagas la santa, ¿vale? No hay nada supuesto, los delitos de los que se te acusan son ciertos. Hay pruebas claras que confirman que has sido tú la que, por ejemplo, mató a esos dos policías en la operación que hicieron para atraparte.

- Ah, ¿sí? ¿Y cuáles son esas pruebas tan claras? –Preguntó, para algo a lo que no tuvo respuesta, pues Austin le había dicho que Lauren era quien los mató, pero no enseñó ninguna prueba de que eso fuera cierto- Es muy fácil acusar sin pruebas y, sobre todo, sin molestarse en saber mi versión de lo que ha pasado –Dijo, resignada- Y ya estoy HARTA, porque la mayoría de las cosas que se dicen son MENTIRA –Recalcaba con énfasis, enfadada.

-A ver, tranquilízate –Pidió, siendo ahora ella quien le agarrara las manos, pues notaba que la castaña estaba nerviosa- ¿Cómo quieres que sepamos tu versión si lo único que haces es huir? Si, de verdad, lo que dices es cierto... entrégate Lolo -Lauren se rió irónicamente, negando con la cabeza- ¿Por qué no? Si realmente tú no has matado a esa gente, no tienes nada que temer...

-Esto es demasiado complicado como para que tú lo entiendas –Decía, volviendo a soltarle las manos.

-Pues yo quiero entenderte –Dijo, agarrándole ahora la cara y mirándola a los ojos- A mí sí me interesa tu versión y necesito saberla, necesito saber quién eres realmente.

-Entiende que no puedo contártelo Mila, eres policía... -Explicaba, realmente con muchas ganas de contar su verdad, pero sabiendo que no podía hacerlo. 

-Precisamente por eso, si me cuentas cómo han pasado las cosas realmente, puedo ayudarte.

- No, no puedes ayudarme ­–Decía, separándose de Camila, necesitando tomar aire y relajarse.

- Sí, claro que puedo –Insistía, observando cómo la castaña se volteaba.

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Enemigas intimas CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora