Su tono arrogante, sus palabras cubiertas de soberbia y su aspecto altivo son indudables ante mis oídos. Al voltearnos, compruebo que no estoy en lo incorrecto. Aaron permanece en el mismo estado que yo, con la boca sin decir palabra y el cuerpo medio tenso. Mi mirada dubitativa es lo que diferencia a la suya, porque tiene la mandíbula contraída, quizá conteniéndose, y sus ojos puestos en los de James.Por un instante, los tres permanecemos de igual manera. Observándonos, mientras me pregunto cómo diablos la suerte juega en nuestra contra al encontrarnos con él. De todas las posibilidades, ésta era una muy escasa. Sin embargo, aquí estamos. Quiero escabullirme de inmediato, porque de solo estar en su presencia una ola de recuerdos no deseados se impone en mi cabeza, siendo lo único que tenga para pensar. Aaron se aclara la garganta, pero no es quien habla a continuación.
—Vi tu auto afuera, y decidí pasar a saludar —dice sin mediar el tono, y mirándome de reojo—. Imagínate mi sorpresa cuando vi que Audrey estaba aquí también. ¡Y yo que pensé que habían terminado! ¿No era eso lo que me dijiste?
—No estamos juntos —niega Aaron con demasiada rapidez, demasiada facilidad. De hecho, es la primera vez que lo dice con tanta seriedad.
—¡Oh, vamos! Y yo que te creí..
—¿Cómo podría volver a estarlo? Déjanos divertirnos —contesta, y lo miro confundida.
—¿Disculpa?
Mi pregunta lo hace voltear.
—Sí, Audrey, ¿qué esperas? Te advertí que solo quería pasar el rato un poco.
Su tono despectivo me hace querer abofetearlo, y no me importa quien se encuentra presente, por poca gente que sea. Sin embargo mantengo mi mano en el lugar y espero a que se explique. Pero no es lo que hace. Hace algo completamente diferente.
Gira sobre mí, y algo en su mirada me advierte que me mantenga al margen.
Me observa sin intención de parecer amigable, y lo que sea que tenga en mente me hace frenar y quedar helada ante aquella mirada tan desagradable. ¿Qué mierda le pasaba?
—¿La princesa recién se entera? Lamento decepcionarte, pero tu querido Aaron sigue encontrándose y escabulliéndose con más de un par.. —comenta divertido James, e increíblemente, él le sonríe. ¡Le sonríe!
—Oh, créeme, estoy más que decepcionada —escupo asegurándome de que Aaron advierta que lo digo por él, y no por el idiota que tiene al lado.
Sin más, me volteo apresurada hasta la salida. ¿Cómo se supone que deba reaccionar si prácticamente estaba apartándome mientras hablaba de esa manera deplorable, más que lo que hacía ahora? No tengo intención de voltearme, mucho menos de comprobar si estaba siguiéndome o no. Camino hasta dar con la salida del lugar mientras maldecía en mi cabeza repetidas veces, y tratando de encontrar un maldito sentido a lo que acababa de pasar.
Cambió repentinamente de actitud, y consigo trajo una ola de palabras que aseguró no decir otra vez. Ahí estaba, escupiéndolas sin problemas.
Y ahí estaba yo, escuchándolas sorprendida. ¿Cómo era capaz de sorprenderme algo así, con todo lo que sabía y todo lo que habíamos pasado? No era ilógico, no era ilógico ni extraño que me haga caer en su juego y queriendo embarrarme más de lo que había hecho ya.
Aunque no era más ilógico el hecho de no inmutarse siquiera de mi reacción. Y de pasar de estar casi filtreando conmigo, a echarme en las narices que seguía siendo una pieza imborrable de un juego suyo. Algo no cuadraba, pero no pensaba rogarle explicaciones si él no las traía hacia mi. No dudó en despreciarme en frente de James una vez más, y no podía encontrarle sentido lógico mirara por donde lo mirase. Así que, harta ya de darle vueltas al tema, saco la llave del auto para meterme en él y salir lo más rápido que pueda de allí.
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NUESTROS LEMAS #2
Teen FictionLuego de las complacientes pero caóticas vacaciones entre los Jones y Bell, la vida en la ciudad vuelve a comenzar. ¿El amor entre Audrey y Aaron ha muerto, o es que a veces las cosas que uno piensa imperdonables no resultan serlo del todo? La boda...