Al comienzo de semana, mi humor se destacó por ser razonablemente alegre.
—Veo que alguien pudo arreglar las cosas —escucho frente a mi, y Nel me brinda una sonrisa ladina antes de saludarme en un corto abrazo. Levanto mis cejas.
—¿Es tan notorio?
—Un poco, sí. Desde la esquina de cuadra veía tu expresión..
Lo codeo antes de que siga burlándose de mi. Nel sigue riéndose, y me percato de que no soy la única que posee un aura jovial y humorística. Él incluso está igual que yo. Podría decir, en cierto punto, que se debía a la falta de estrés y locura por los exámenes. Estábamos mucho más tranquilos, y la gente en los pasillos caminaba con tanta tranquilidad como nunca. Algunos caminaban con rapidez, apurados por no llegar a tiempo a clase; mientras que gran parte de los alumnos se mantenían calmos. La serenidad post exámenes solía ser característica en al menos los primeros siete días luego de que se acabaran. Las clases continuarían, claro, pero no la presión que uno sentía oprimiéndose y escurriéndose, gritando a ser liberada y queriendo tener el exámen en mano, para finalmente iniciar y poder terminarlo.
Con Nel comenzamos a hablar antes de que el profesor llegara y dictara la clase. Luego tuvimos que cursar diferentes, por lo que no nos veríamos hasta la tarde en la oficina. Me despedí de él con velocidad cuando vi la hora y supe que mi otra clase se encontraba en el otro edificio. Nel en éste mismo. Así que, agarrando mi mochila y trotando de camino, llegué sobre la hora y aguardé allí hasta que la clase terminara. Aquella materia contenía tanto material pesado, que debería recordarme cambiar de cuadernillo porque estaba a punto de quedarme sin hojas. Cuando la hora pitó, todos nos levantamos y fui directo al estacionamiento del campus, rumbo al trabajo y con un deje de intriga en lo que sucedería hoy, ya que volvería a reencontrarme con Katherine y Luca.
O eso suponía.
No quería nublarme, ni preocuparme porque podría pasar algo. Después de todo, el ambiente laboral es muy diferente al típico de fiesta. Más aún por la sobriedad, y el aura de gente alrededor. Pero me fue imposible no pensar en el trayecto qué diría, o si debería simplemente sacar el tema u olvidarlo.
Cuando entro al edificio, saludo a la recepcionista, me adentro en el ascensor y toco el número de mi piso. De repente, comienzo a estar nerviosa y me reprendo intentando conservar la calma. Las puertas se abren, camino hacia adelante, y escucho cómo se cierran detrás de mi. Camino por el pasillo antes de llegar a mi puesto en la oficina. La puerta de Nel está cerrada, por lo que continúo hasta dar con mi lugar. No he visto a ninguno de los dos hermanos, o mejor dicho, gemelos. No había rastro de Luca ni de Katherine. Aunque la mesa de ésta última contenía sus cosas. ¡Maldición! ¿De qué estoy tan nerviosa?
No era yo quien provoqué aquello.
El teléfono móvil de la oficina suena, y me apresuro a contestar, alegre y ansiosa por distraer la mente un poco, queriendo llenarla de tareas laborales, y desconcentrarme de todo éste asunto.
—Audrey, veo que llegaste —escucho la voz de mi jefe—. ¿Cómo has estado?
—De maravilla. Disfrutando la semana luego de exámenes. Dígame —le pido cordial.
—Necesito que te encargues de acomodar las fechas de las facturas que tenemos. Las mandé a dejar en una carpeta, deben estar en tu escritorio —me indica y revuelvo los papeles.
—Sí, están aquí —le confirmo al dar con ellas.
—Genial. Cuando termines hazmelo saber.
—De acuerdo —acepto antes de colgar.
Sin más tiempo que perder, dejo el teléfono y saco todos los papeles de la carpeta que me habían dejado encimada. Comienzo a separarlos por servicios, y luego por fechas, ordenándolos ahora y no teniendo que mezclar ninguno de ellos. Me ocupa gran parte de la tarde. Cuando termino, me hace contactar con un par de clientes pendientes de la semana pasada y me comunico con ellos. Las primeras semanas de principio de mes siempre solían ser atareadas. Mucho orden, papeleo, y tiempo en estabilizar cada cuestión similar. No soy consciente del tiempo que me ha llevado hasta que veo la hora.
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NUESTROS LEMAS #2
Teen FictionLuego de las complacientes pero caóticas vacaciones entre los Jones y Bell, la vida en la ciudad vuelve a comenzar. ¿El amor entre Audrey y Aaron ha muerto, o es que a veces las cosas que uno piensa imperdonables no resultan serlo del todo? La boda...