Al día siguiente me encuentro de pie en la vieja casa de mi hermana, que ahora renovada, parece completamente nueva. Antes tenía las paredes manchadas, pero lo suficientemente blancas como para no disimularlas. Había tornado todo lo viejo en algo moderno, fresco. Agregó colores para no dejarlo del todo apagado, pero lo suficiente como para resaltar.
Los muebles seguían siendo los mismos a excepción de los de la cocina, como me había dicho, ya cambiados hasta en su último detalle. Me quedé fascinada con ello al entrar a la sala, y mi hermana parecía entenderme a la perfección, porque en mi estupefacción ella me miraba entusiasta, esperando a que salga algo de mi boca callada.
Finalmente la observo, encontrándome con su rostro expectante.
—Dime que tu silencio significa algo bueno —comenta ansiosa.
—¿Bromeas? ¡Te ha quedado genial!
—Sé sincera, por favor..
—¿Desde cuándo no lo soy? ¡Y contigo! —acuso mientras ella me sonríe, aliviándose un poco y soltando el aire que contenía—. Me encanta cómo has cambiado todo, pero la cocina.. ¡Vaya! Mira ésta mesa de mármol. Dime que puedo estrenarla antes que tú.
—Ya la usamos hoy al mediodía con Brad —se ríe.
—Es hermosa. Me encanta cómo ha quedado todo —la felicito abrazándola un par de segundos—. Valió la pena que hayas invadido casa unas semanas..
—¡Eh!
Entre risas, sigo molestándola un poco mientras termino de observar cómo le ha quedado todo. Tenía un buen gusto, y a decir de Brad, ni hablar. Sabía que estuvieron viendo todo juntos porque su computadora no paraba de tener pestañas de páginas vendiendo muebles, colocación de mármol, tabletas de colores.. Huía apenas los veía a ambos concentrados discutiendo qué quedaría mejor que qué cosa. Ahora, con un buen vistazo de todo, podía afirmar que todo había quedado más que magnífico.
—¿Dónde está Brad? —menciono al pensarlo en mi cabeza.
—Se fue a buscar a su hermano. Aaron tenía menos ganas que tú de venir a saber más cosas de la boda, horarios, pre apertura.. ¡Pero es que falta tan poco! —grita emocionada mientras le brillan los ojos, lo que me causa un poco de gracia pero me enternece a la vez—. Pronto enloqueceré. Ya estoy ultimando cada detalle..
Se ve interrumpida por la puerta al abrirse, lo que la hace cerrar el pico. Se asoma desde la mesada de la cocina y su sonrisa solo se ensancha aún más al ver a su novio, o prometido.. a días de cambiar el título. Éste se acerca sonriente, casi al igual que ella, saludándonos con Aaron a su lado. Él me guiña un ojo mientras me muevo incómoda en mi lugar, sintiendo las mismas cosas que desde un principio. Mi hermana rompe mi visión suya, porque se interpone entre nuestros cuerpos para besarle la mejilla e indicarle que camine para mostrarle lo que yo ya he visto la última media hora desde que llegué aquí.
—Haciendo la cuenta regresiva, ¿eh? —le pregunto a Brad, al quedarnos los dos parados en la cocina y viendo marchar a nuestros hermanos.
—Ni me lo digas. No quiero empezar a estar nervioso —niega aterrado—. Ya bastante tengo con mi hermano. Casi lo dejo de camino..
—¿Ya empezó a molestarte? —pregunto riendo.
—Sí, pero le cerré el pico cuando le dije que no iba a ser el único nervioso.
—Oh, créeme. Erin será la peor.
—No lo decía por ella.
Al fruncir el ceño, él no duda en soltarlo.
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NUESTROS LEMAS #2
Teen FictionLuego de las complacientes pero caóticas vacaciones entre los Jones y Bell, la vida en la ciudad vuelve a comenzar. ¿El amor entre Audrey y Aaron ha muerto, o es que a veces las cosas que uno piensa imperdonables no resultan serlo del todo? La boda...