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— No tienes idea del infierno que acabas de desatar— Jihyo miró con enojo al pobre de Won que parecía más maravillado por la enorme habitación en la que se encontraban.
— Muy buen toque— Sonrió —Sandara Park, pero que feo nombre, hubieras escogido algo más lindo— Se burló logrando enfurecerla.
— Quiero irme Won
— Jihyo— Se detuvo y luego le sonrió al darse cuenta del error que había cometido — Sandara, tienes que relajarte
— Ese hombre mató al único confidente que tenía en este tipo de mundo— Lo miró con los ojos llorosos a punto de explotar
— Era necesario— Se acercó tratando de minimizar la situación con sus típicos abrazos pero antes de que Wom pudiera tocarla, lo golpeó
— ¡Quiero irme!—Demandó
Won tocó su mejilla sintiendo un hormigueo y ardor por el impacto de la mano de la chica. Frunció su entrecejo mientras la observaba.
— ¡Cierra la boca si no quieres terminar igual que ese hombre! — Se abalanzó contra ella tomando sus brazos inmovilizándola
— Vete a la mierda Won— Trató de forcejear sin éxito — ¿Por qué tienes esa jodida obsesión?
— ¿Cómo crees que me siento ser el novio de una chica millonaria y no poderle comprar cosas lindas porque su papi ya lo hizo?
— ¿De qué e stás hablando?— Trató de limpiar las lágrimas de su rostro de forma rápida
— Yo quiero lo que tú padre tiene, quiero autos por montones, enormes casas en todo el mundo, dinero como montañas, quiero eso
— Ibas a tener una buena carrera
— ¡Qué ingenua eres!— Soltó — No quiero trabajar para alguien, yo quiero que trabajen para mí y Lay me lo puede ofrecer, y quien sabe... Después pueda tener mi familia
— Eres demasiado estúpido para ser el líder de algo—Susurró.
Se abalanzó contra Jihyo y ella se sintió pequeña al ver la oleada de furia en los ojos de Won, sabía que lo había llevado al límite.
Entonces la puerta se abrió.
— El jefe quiere que bajen a cenar— Aquel hombre los observó de forma rápida logrando que Won se alejara de Jihyo.
— Muchas gracias por avisarnos— Trató de sonreír pero su enojo sólo logró una mueca en su rostro
— Quiero que te vayas mucho a la mierda Won— Soltó la pelinegra en el instante que la puerta se cerró.
— Quien iba a decir que con esa boquita dirías tantas barbaridades ¿Qué más puedes hacer con ella, amor? — Trató de acercarse a ella de forma melosa y esta solo lo empujó con fuerza. Jamás había sentido tanto asco de él como en ese momento
Jihyo se alejó antes de que pudiera hacer algo contra ella. Aquella amenaza la hizo sentirse impotente y su imaginación comenzó a volar de forma impresionante. Si su padre era un monstruo con las personas que ocultaban secretos, no se imaginaba lo que ese desconocido podía hacerle.
Al cerrarse la puerta y quedarse completamente sola en esa enorme habitación, tapó su rostro escondiendo las lágrimas de frustración que no dejaban de salir de sus ojos, su garganta no dejaba de doler, su corazón seguía latiendo a una velocidad alarmante y sus manos no dejaban de temblar. Trató de controlarse a sí misma una y otra vez pero no dejaba de recordarse lo tonta que había sido en creer en alguien Won, "tonta tonta tonta eres una tonta". Se lo repetía sin cansancio.
Aquella situación le era tan familiar con la única diferencia que no estaba su madre para calmar sus emociones que en ese momento sólo lograban alterarla más. Si quería sobrevivir, tenía que ser más inteligente que Won y el famoso Lay.
Limpió sus lágrimas de forma rápida y aun con el corazón latiendo desenfrenadamente se miró al espejo, limpió los restos de rímel corrido. Arregló su cabello y lo peinó con cuidado. Se acomodó su ropa y salió de la habitación sintiendo como sus piernas comenzaban a temblar a cada paso.
Y antes de que entrara en un colapso, recordó quien era ella y quien era su padre, él jamás se hubiera doblegado ante nadie...
