IRONY

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Octavo mes y veinte días.

Yixing no había mentido. La ciudad era lejana a la capital, pequeña y provincial. Desde el momento de que ella llegó a la pequeña ciudad, llamó la atención. ¿Cómo no hacerlo? Una bella mujer, solitaria y embarazada llegaba a una hermosa y pequeña residencia cuyo jardín era de ensueño y frente a esta, había un enorme árbol que le daba una vista encantadora. Yixing no le dejaría vivir en un lugar horrible.

Jihyo se adaptaba bien, haciéndose amigas de sus vecinos sin llamar mucho la atención, había inventado que terminando la universidad quería irse a un lugar lejano, más rural, tranquilo, sin la entrópica vida de la capital, que en parte era cierto.
Su vientre crecía y se mantenía yendo con una ginecóloga de la zona, amable y joven, cuyo nombre era Nayeon que al igual que Jihyo escapaba de la ajetreada vida.

Nadie le preguntó sobre el padre por respeto a su privacidad pero como cualquier vecina entrometida, Jihyo respondía que trabajaba en la capital.

Mantenía su anillo en su dedo anular mientras trabajaba en un pequeño supermercado y todos los días recibía a los clientes con una sonrisa.

Todos adoraban a la recién llegada.

Esa noche como cada fin de semana, Jihyo caminó del supermercado hasta su casa cargando las bolsas de compras, solía comprar la despensa los domingos para iniciar la semana, en un principio era sencillo hacerlo, pero con ocho meses lista para que el bebé naciera, le era imposible.
Llevaba días sin dormir, se sentía mucho más cansada, hinchada de todos lados, rostro y pies sobre todo. Lidiar los primeros meses con antojos fuera de temporada como mangos o mandarinas. Era terrible.

Conforme se acercaba a su jardín lista para abrir la puerta principal, algo en su interior hizo que se detuviera.

Lo admitía, sentía lo mismo los primeros días, pero luego volvía a realidad y negaba.

Solo que esta vez, todo cambiaría.

— ¿Alguna vez te he dicho lo hermosa que luces embarazada?

Su voz la paralizó. Las bolsas de la despensa cayeron esparciendo todo su contenido al suelo.
Su corazón latió deprisa y sin control, las lágrimas se acumularon en sus ojos y giró.

— Yixing

— Hola mon amour

La sonrisa en su rostro no se compara a ninguna otra.
Era real, era él.

— ¡Yixing!

Gritó con las pocas energías que le quedaban y lloró desconsolada al estar nuevamente en sus brazos.

— No podía permitir que criaras sola a nuestro hijo

— Lay...

— No más Lay, él murió— Tomó su rostro manteniendo su encantadora sonrisa — Oficialmente sólo soy Zhang Yixing, alias, el mejor padre del mundo, alias el amor de tu vida—

— Ciento que esto es otro de mis sueños y que en cualquier momento voy a despertar— Sollozó aferrándose a él, con miedo a que pudiera irse en cualquier momento— Y no quiero hacerlo. No quiero que te vayas—

— Oh Jihyo, nunca más me volveré a ir— Acarició su aún corto cabello ligeramente más claro y sonrió. — Soy tuyo, desde el primer momento que nos vimos lo fui— 

 — Soy tuyo, desde el primer momento que nos vimos lo fui— 

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Hola, soy yo de nuevo. No sabía si subir esta parte, pero luego me di cuenta que AHUEVO NECESITAN QUEDARSE JUNTOS. Entonces, pueden quedarse con este final, o el otro. xoxo

Mon Amour ››zhang yixing‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora