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Poco más de media noche Jihyo volvió abrir los ojos observando el techo de su habitación, soltó un suspiro frustrado al darse cuenta de la hora y del intento fallido de conciliar el sueño. Cada vez que cerraba los ojos, la mirada de Lay sobre ella aparecía en su mente y un cosquilleo extraño se formaba en su vientre.
Cuando cumplió veintiún años jamás había sentido tanta libertad, se sentía una mujer mayor que podría vivir sola y cuidar de sí misma, pero no era así, era una niña.
Se había ofendido demasiado cuando Lay la había llamado niña pero ¿A quién quiere engañar? Lo era. Era una niña que moría de miedo y de ganas de volver a los brazos de su madre y llorar en su regazo. Eso era lo que quería hacer en ese momento.
Limpió varias lágrimas de su rostro que sin pena alguna salieron. Llevaba mucho tiempo sin llorar y cuando se atrevía hacerlo lo hacía en la oscuridad y soledad de esa habitación.
Se dirigió hasta la puerta, necesitaba aire fresco, sólo eso quería. Sus piernas ya no estaban en condiciones de correr, no tenía ánimos de huir ese día, sólo quería... respirar.
Se adentró en el oscuro pasillo, y comenzó a caminar sin saber a dónde se dirigía.
Volvió a limpiar las lágrimas de su rostro, Jihyo realmente estaba llorando en silencio mientras caminaba en la oscuridad. Se detuvo en seco al escuchar un extraño ruido proveniente de una de las habitaciones. La pelinegra enfureció.
Ni siquiera la puerta se encontraba bien cerrada y conforme se acercaba por la pura curiosidad, los ruidos se escuchaban cada vez más fuerte.
«Demonios Jihyo que estás haciendo» Pensó al acercarse por completo.
Sus mejillas ardieron y su rostro se calentó. Sus ojos se abrieron por la sorpresa mientras miraba por el reflejo del tocador el perfecto torso desnudo de Lay sobre una chica de melena castaña, larga y sedosa. La besaba con una pasión desenfrenada que los ojos inexpertos de la pelinegra jamás habían presenciado.
Su rostro cada vez se encontraba más caliente, su boca comenzó a secarse y una extraña, placentera e incómoda sensación comenzaba a manifestar su cuerpo.
Sabía que no estaba bien espiarlo, pero él tenía derecho hacerlo. Tenía derecho de tomar en brazos a esa castaña y besar de forma desenfrenada su cuello, su pecho y despojarla de toda prenda.
¡Dios mío! Jihyo sentía que moría. Los felinos ojos de la chica la observaron por el reflejo y al verla le sonrió como si supiera que lo estaba haciendo mientras Lay acariciaba sus perfectas piernas desnudas con delicadeza y subía su mano hasta zonas que ella considerable impensable.
Jihyo mordió su labio por inercia mientras veía la escena, Won había tratado varias veces tocarla de esa forma sin éxito, siempre lo había hecho con torpeza mientras que Lay lo hacía con agilidad.
La castaña volvió a sonreír y le susurró al pelinegro mientras que al mismo tiempo besaba su cuello, este de inmediato volteó a verla y Jihyo se paralizó.
— Dios mío, Dios mío, esto está mal— Decía en voz alta mientras huía de forma rápida mientras se abrazaba con fuerza. Aquella sensación la había hecho sentir bochornosa.
Había caminado deprisa y sin mirar atrás, bajó las escaleras y continuó su camino, no tenía ni idea a donde se dirigía dentro de esa enorme casa.
Todo estaba totalmente apagado y la luz de la luna sólo reflejaba lo que creía que era la sala. Se acercó y sin pensarlo dos veces, se dejó caer sobre está haciendo un peculiar ruido. Tocó su rostro sintiéndolo cada vez más caliente.
Tocó su pecho sintiendo su corazón latir con fuerza. ¡Dios mío! Estaba tan avergonzada.
— ¿Qué fue lo que estabas buscando en mi habitación?
Jihyo cerró los ojos deseando que la tierra se la tragara en ese momento.
Sus mejillas volvieron a subir de tono al ver nuevamente su torso desnudo frente a ella, su cabello estaba desordenado y su respiración un tanto agitada mientras la veía con esa característica mirada suya.
— Quería ir a la cocina
— ¿En mi habitación?— Arqueó su ceja con diversión.
— Eso... Eso fue un maldito accidente
Yixing la observó un momento y comenzó a reír. Adoraba ver a la pelinegra en ese estado. Tenía una peculiar forma de demostrar su timidez.
— No lo creo niña— Susurró mientras se acercaba hasta ella
Podía sentir su aliento chocar contra su cuello mientras se acercaba. Su piel comenzaba a estremecerse mientras su cuerpo se colocaba sobre el suyo. Su aroma invadió sus fosas nasales, mientras su respiración cada vez era más pesada y caliente.
— Como odio esas camisas— Susurró mientras pasaba su mano sobre la tela de esta. Se estremeció al sentir su piel rozar su pecho desnudo. —La noche no es buena para que una niña buena como tú este merodeándola— La miró a los ojos y quizás en ese momento se arrepintió de haberlo hecho. Toda excitación en su cuerpo aumentó y unas terribles ganas de tocarla se hicieron presentes mientras la miraba. —Si vas a subir no salgas de la habitación, si quieres quedarte aquí no hagas destrozos que estaré ocupado
Sus piernas temblaron al verlo alejarse de ella y perderse en la oscuridad de la casa.
Se había molestado, la forma en como apretaba su puño y como su mandíbula se marcaba denotaban su frustración.
Tocó su pecho por inercia al sentir su corazón acelerado...
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Mon Amour ››zhang yixing‹‹
Fanfic𝐌𝐎𝐍 𝐀𝐌𝐎𝐔𝐑 | "Es tan irónico llorar por alguien que alguna vez me hizo feliz..." O B R A O R I G I N A L Yixing×Jihyo ⚊EN EDICIÓN⚊ ...