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Quince años antes

Su corazón no dejaba de latir con fuerza mientras sostenía el arma en sus manos, esa extraña sensación invadía su cuerpo, cada centímetro de su cuerpo era cubierto por una fina capa de sudor frio, no quería jalar del gatillo, no quería hacerlo.

—¡Hazlo con un carajo!— Lo oyó detrás de él y el miedo aumento aún más.

Sus dedos comenzaron a temblar, sus ojos se llenaron de lágrimas pero el estadillo de otro arma hizo que sus ojos se abrieran por la sorpresa. Su cuerpo se paralizó mientras observaba al hombre frente a él caer al suelo.

—Tardas demasiado niño

Yixing se giró sintiendo pánico mientras observaba a Jungsoo apagar su cigarrillo. Él había disparado. 

Se mantuvo en silencio mientras él se ponía de pie y se acercaba a Yixing con el arma aún en sus manos.

—Por cada segundo que te hayas tardado recibirás un castigo— Dijo al mismo tiempo que golpeaba el rostro de Yixing. El pelinegro apretó los puños con fuerza al sentir el dolor en su rostro y los constantes golpes sobre él.

—Ve esta bala— Lo tomó del cabello mientras se la mostraba, a Yixing le costó enfocar por tanta sangre que corría de su rostro. —Vuelve a fallarme y a la próxima esta bala estará en tú pecho

Jungsoo había jodido su vida y lo único que podía hacer el joven Yixing era sobrevivir...

Actualidad

Lay— El pelinegro se mantenía distante observando la pista de aterrizaje. —Lay— El hombre junto a él sabía que había una fina línea que no debía cruzar al notar el estado de frustración en la que se encontraba su jefe.

A llegado— Habló sacándolo de sus pensamientos

El sonido característico de la avioneta se hizo presente. El pelinegro había bajado de forma rápida de la camioneta mientras esperaba que la avioneta aterrizara. El cielo lucía nublado desde ya varias horas y no dejaba de observar su reloj con desesperación, sabía que un simple cambio de clima podría arruinar su cargamento de forma rápida.

—Llegas tarde— Mencionó irritado al observar al joven piloto bajar.

Aquel joven se quedó en silencio mientras observaba al pelinegro acercarse. Sus nervios se pusieron de punta mientras lo veía. El porte que lucía era de un hombre de autoridad que intimidaba con una simple mirada. Todo el mundo sabía lo que podría pasar si llegaran a enfadarlo por esa razón el mejor amigo de cualquier empleado de Zhang, era el silencio.

El pelinegro abrió la puerta de la avioneta observando el cargamento en pequeños costales, sus ojos examinaron el lugar y las condiciones en las que se encontraban, se sentía aliviado, podía sentir la paz abordar su cuerpo, pero un pequeño destello dentro de los costales hizo que Lay se detuviera.

—¿Qué es eso?— Preguntó al pobre piloto que desconocía la respuesta. Frunció el ceño y tocó la sustancia, aquel líquido viscoso hizo que Lay se enfureciera. —¡Qué es esto!— Gritó. —¿Dónde está el resto de mi cargamento?— Tomó al piloto del cuello estrellando su delgado cuerpo contra la avioneta.

—Le... Le juro que no tengo idea— Tartamudeo. —Fue... Fue lo único que me mandaron, se lo juro— Lay rodeó los ojos al escuchar el patético sollozo del chico.

Descarguen lo que puedan— Le ordenó a un par de hombres armados a su alrededor y estos dejaron sus armas a un lado acercándose a la avioneta. Otros dos hombres acercaron un camioneta mientras Yixing caminaba por la pista de aterrizaje

— No sé qué me frustra más.— Volteó a ver a Yuta quien se había acercado a su jefe en silencio

— ¿Que el cargamento este mal o que tú no estés de ánimos al llegar a casa?

Lay sonrió de lado mientras observaba con atención el cielo que amenazaba con sucumbir.

— Tráeme al hombre que hizo esto.— Ordenó — Hablare con él

—¿Desde cuándo era diplomático?

—Dejaré de serlo hasta tener mi cargamento completo...

Por otro lado.
Jihyo observó con mucho cuidado su habitación, cada vez se sentía más sola, más desesperada, iba a perder la cordura si no lograba salir de aquí.

La lluvia se hizo presente y se acercó a verla, parecía un diluvio, eran pasadas las seis de la tarde y la tormenta aún golpeaba con fuerza desde las tres.

No tardarían en traer su cena y en efecto, después del incidente, ni siquiera la volteaban a ver y ya no era un solo hombre quien entraba, ahora eran dos, uno para dejar la comida y otro que la apuntaban con un arma, creo que rumor de que la chica era peligrosa se había esparcido por toda la casa gracias a Yuta. No sabía exactamente el por qué Lay creaba un terror entre sus hombres cuando se trataba de reglas.

Llevaba días sin ver a Lay, nada, absolutamente nada, ni siquiera lo había escuchado gritar y eso que cuando se molestaba lograba escuchar sus gritos de loco por toda la casa a pesar de ser enorme.
A esas alturas ya no le importaba si volvía a ver a Won, realmente no le importaba, tenía que escapar...

Mon Amour ››zhang yixing‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora