MA: 1.29

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Jihyo no dejaba de observar la ventana como si se tratase de algo interesante, sus mejillas enrojecían con sólo recordar la noche anterior mientras Yixing la besaba y tocaba como nunca lo había imaginado.

Ayer se sentía sensual, como nunca lo había sentido antes, ante la mirada de dos atractivos hombres se sentía deseada.

Los halagos de aquel hombre la hacían sentir bien, linda, deseada. No podía negar que era atractivo, mucho más que el promedio con esa mandíbula perfilada y mirada seductora pero a lado de Yixing era un niño. Yixing era el tipo de hombre que con una mirada congelaba tu corazón y hacía temblar tus piernas, ese era Yixing.

Esa mañana Jihyo se mantenía en silencio mientras se preparaba el desayuno. Tocó su pecho sintiendo su ritmo cardíaco acelerarse y se maldijo por eso. Había caído ante un terrible hombre, ella lo sabía, no estaba bien.

Madrugaste— Oyó a sus espaldas. Cerró los ojos y puños con fuerza al oírlo entrar a la cocina con tranquilidad.

Podía sentir el calor subir a su rostro y podía jurar que se encontraría roja como una cereza.
Tragó en seco un momento y suspiró con calma. Sabía que no podía permitir que Yixing la viera en ese estado. Así que un corto buenos días y una gran cucharada de cereal fueron su respuesta mientras asentía con torpeza.

Yixing lo disfruta y con incredulidad sonrió.

— Un viejo amigo me invitó a una exposición de arte está noche— Decía mientras se paseaba con tranquilidad por la cocina siendo ignorado por Jihyo en todo momento — Necesito que estés arreglada antes de las ocho— Jihyo casi se atragantaba con el cereal.

— ¿Me... Me estas invitando?

— Te estoy avisando que iremos

Jihyo lo miraba fijo mientras él sonreía complacido por su reacción. Adoraba sus mejillas sonrojadas como las de una chiquilla tímida, adoraba la reacción que ella tenía, así que se acercó. Podía sentirla estremecerse mientras pasaba su brazo y fingia tomar una taza.

Jihyo apretó con fuerza la cuchara y por un segundo había olvidado como respirar. Su olor a desodorante invadió sus fosas nasales con rapidez.

— Antes de las ocho Jihyo, odio llegar tarde — Susurró y Jihyo casi se desvanecía.

Jihyo detestaba la sensación que Yixing provocaba en ella y este, simplemente salió de la cocina como si nada malo hubiera pasado, con tranquilidad y una enorme satisfacción.

—Yuta ¿Tienes lo que te pedí?— El castaño se acercó con una mueca entregando un folder amarillo.

—Fue difícil encontrarlo pero...

Mon Amour ››zhang yixing‹‹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora