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No era de esperar que después de esa noche la joven Jihyo se sintiera incomoda al ver a Lay, no porque él haya hecho algo mal, al contrario, le preocupaba lo que pudiera sentir frente a él.
Jihyo no podía sacarse de la cabeza las inmensas ganas de estar con alguien como Lay y nadie la podía culpar, porque Lay no solo era un hombre sexy y peligroso, era un hombre sexy con cerebro.
—Tú chico llega hoy— Jihyo alzó la vista notando al pelinegro entrar a la cocina donde ella se encontraba.
Tragó en seco sintiendo su vientre comprimirse mientras veía al pelinegro abrir el refrigerador, su ropa lucía mojada, su cabello negro se encontraba despeinado y una fina capa de sudor recorría sus brazos. Mordió su labio con timidez mientras la mirada de Lay se posaba en ella y la veía con diversión.
—Me alegra
—No luces feliz ¿Acaso no lo quieres aquí?— Arqueó su ceja dándole un gran trago a la jarra de agua. —Si no lo quieres aquí puedo mandarlo lejos otros dos meses
—No— Soltó de repente. Realmente lo menos que quería en esta situación era quedarse más tiempo a solas con él —¿Cómo no estar feliz? Es mi novio— Lay se encogió en hombros mientras la observaba.
—Si tú lo dices— Sonrió con picardía mientras se acercaba a ella nuevamente con familiaridad. —Aunque, sabes lo que opino de tu relación
—No lo sé pero tampoco me importa tu opinión a un tema ajeno a ti
—No lo quieres— Jihyo suspiró cansada. De nuevo la misma situación
—Eso a ti no te importa
Le sonrió con arrogancia mientras se acercaba a ella, adoraba verla en ese estado, con sus mejillas rojas de vergüenza y su cuerpo temblando ante él. Nuevamente sus oscuros ojos se posaban en ella.
—No tendré la misma discusión contigo Lay— Murmullo mientras sentía su respiración golpear nuevamente su cuello poniéndola aún más nerviosa.
—Tengámosla, me gusta discutir contigo— Admitió
Sus manos comenzaron a subir hasta sus hombros jugueteando un poco con los tirantes de su blusa, le volvió a sonreír victorioso sabiendo que nunca nadie la había tocado, sus reacciones y expresiones eran genuinas.
Tomó su barbilla obligándola a verlo a los ojos y al hacerlo sus piernas flaquearon, su sensual mirada y su perfecta sonrisa eran su carta de presentación, podía derretir hasta el más fío y duro corazón si se lo propusiera.
Se acercó hasta ella rozando sus carnosos labios mientras sus respiraciones se agitaban
—Te besaría en este momento, créeme, muero por hacerlo—Sonrió con arrogancia impidiendo que la pelinegra pudiera escapar. —Pero respeto esa tonta relación que tienes con ese imbécil, pero te puedo asegurar que al final del mes serás mía
Jihyo sentía su rostro arder de vergüenza mientras se alejaba de ella y volvía a beber de su jarra de agua con naturalidad como si no hubiera pasado nada, entonces se sintió bochornosa mientras tocaba su rostro.
—Ve y recibe a tu novio, acaba de llegar— Soltó con frialdad. —Hazlo antes de que me arrepienta de dejarte ir
En ese momento Jihyo no lo pensó dos veces y salió disparada de la cocina dejando a un excitado y molesto Yixing quien contenía sus emociones apretando su puño con fuerza, suspiró y caminó hasta la entrada.
Yixing miró a Yuta con mucha atención mientras el joven Won regresaba con tranquilidad a los brazos de su novia. Era una escena desagradable para el pelinegro quien los miraba con recelo. Esas tipo de relación las encontraba desagradable, absurdas.
— Hizo bien su trabajo.— Expresó Yuta con el fin de molestarlo. Sabía que Yixing le molestaba tan sólo su presencia y no lo culpaba. El joven Won era mucho más atractivo y ni que se diga de lo jovial que era, sabía que tenía un futuro prometedor, sólo necesitaba un buen camino para que pudiera triunfar.
La forma en como tomaba su cintura, la forma de rozar su cuerpo contra el suyo. Yixing sabía que ella merecía más, más que ese chico y no pudo evitar sentirse celoso. Le molestaba que él pudiera tocarla y que no lo hiciera bien, le molestaba que durante todo este tiempo se hubiera resistido contra su instinto de besarla solo por él.
Miró a la chica nuevamente, sentía que algo no estaba bien en ella, Le daba un sabor diferente de boca, habían tenido enfrentamiento duros y eso le gustaba demasiado pero había algo en ella que no estaba bien y eso no lo dejaba dormir.
Tenía un rostro de ángel, redondo incluso lo consideró tierno, con unos ojos expresivos y una mirada penetrante, había soñado con esa mirada varias noches, sólo la había visto sonreír un par de veces y la consideraba perfecta.
— ¿Y mi información?.— No miró al joven de su lado pues consideraba más interesante mirar a la chica, siempre era así, podía durar horas y horas admirando su hermoso rostro
— La tendrás la próxima semana
— Yuta— Le advirtió con fastidio
— Estoy haciendo todo lo posible Yixing
Odiaba la poca efectividad que tenía el castaño en ese asunto. Sabía que Yuta tenía la habilidad de buscar hasta por debajo de las piedras por esa razón se encontraba irritado.
— Bien, tendré que usar mis métodos
— La chica no hablará y menos teniendo a su novio aquí
— Invita al chico está noche
— Lay...
Ante la poderosa mirada del pelinegro, Jihyo no pudo evitar verlo y borrar la sonrisa de su rostro, en cambio, Yixing le devolvió una perfecta sonrisa de su parte porque sabía que no era el único en sentía eso, sabía que Jihyo moría de ganas de estar con Yixing sin importar lo maldito que podría ser.
— Creo que tenemos otros asuntos más importantes que arreglar— El pelinegro lo miró de reojo y negó
— ¿Dime cuáles son?
— Bandit no contesta tus llamadas y los Kim...
— ¿Qué pasa con los Kim?
— Están muy cerca de nuestro territorio Lay, no te lo quise decir por lo molesto que te encontrabas por el asunto de Bandit— Suspiró — Pero según mis fuentes, Suho está desatando mucho caos en sus calles con los pequeños bandos
Yixing frunció el ceño dejando de ver a la pelinegra.
— Bandit es un peón que fácilmente se puede controlar Yuta, pero Suho, Suho no desata el caos al menos que tenga algo en manos. ¿Sabes el por qué? — El castaño negó. — Esta bien, investiga, yo me encargaré de la chica
