Capítulo 9°: Por si la luna decide salir a saludar

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Por si la luna decide salir a saludar

Creo que el espacio y el tiempo toman las cosas violentas, las cosas enojadas y las hacen amables

Sun-Sleeping at last

Hay dos ciervos deslumbrados que me devuelven la mirada desde la oscuridad de mi balcón.

Me he recostado contra el marco del ventanal y cruzado los brazos sobre mi pecho, esperando infundir algo de imponencia para conseguir alguna respuestas de las dos estatuas que siguen sentadas en el piso, con sus ojos enormes y pequeños mohines en los labios, casi como un retrato a la inocencia. 

No he enloquecido aun pero el pensamiento de que mi hermano estaba sosteniendo la mano de mi estrella, mirando sus ojos de constelaciones con una bola de energía flotando entre ellos se está asentando en mi pecho y siento que en cualquier momento voy a tener ganas de volarme la baranda del balcón porque todas las explicaciones lógicas de lo que está sucediendo han saltado antes que yo.

—¿Y bien? —Más silencio y antes de que diga otra cosa Seokjin ha encendido todas las luces de la casa, haciéndome dar un respingo por la sorpresa y dejándome ver sus rostros incómodos con mayor claridad.

—Seokjin hyung, ¿Por qué siento como si nos hubiésemos metido en problemas? —pregunta mi hermano y tengo ganas de gritarle que no sea ridículo y preguntar si es que acaso estaban haciendo algo malo, pero mi voz no es capaz de soltar un grito, no cuando aun estoy tan agitado y la única parte de la conversación que he escuchado me tiene nervioso.

Sí, nervioso, demándame.

Jin levanta su mirada hacia la mía y un poco de mi agitación disminuye porque me doy cuenta de que gran parte de ella se debía a él. Me doy cuenta que parte de mi intranquilidad había surgido porque no le había visto, porque no tenía idea de si estaba bien, y no sé cómo sentirme al respecto. 

—¿Cómo te fue hoy? ¿Estás bien? —dice mi estrella sonriendo como si nada. Siento que su mirada me disecciona y me clasifica mientras analiza cada una de mis partes y es una sensación de desnudez totalmente nueva.

—No cambies de tema, cariño —su sonrisa se amplía y yo sé que debería estar entrando en pánico, pero no lo hago, no si él está tan tranquilo, aunque estoy seguro de que intenta ganar tiempo para obtener una respuesta que no haga crecer mi ansiedad y en silencio se lo agradezco. Sin embargo, la mirada de Jin vacila como si estuviera luchando consigo mismo y, al final, ha perdido la batalla, suspirando como si se diera por vencido. 

—Gi, realmente no voy a mentirte y decirte que planeaba contártelo porque realmente estaba pensando en una excusa para esto, pero debo ser sincero en admitir que se me olvidó —La seguridad de sus palabras me golpea y veo a mi hermano golpear su propia frente con la palma de su mano, murmurando un "hyung" con reproche. 

—¿Qué quieres decir?

—Gi —Seokjin espera a que mi atención regrese a su rostro antes de continuar hablando —¿Confías en mí? —su voz es solo un susurro roto del viento y me encuentro sonriendo solo un poco dentro de mi cansancio y la tristeza que he venido cargando desde que las puertas del ascensor se abrieron. 

—Creo que sabes que lo hago —mi voz es un susurro roto de regreso.

—Entonces confiarás si te digo que tu hermano sabe quien soy y que no hay ningún problema con eso —asiente para sí mismo y yo no sé si sentirme escandalizado. Cierro mis ojos y suspiro, llevando mis dedos a la cien para darme un masaje ante el inminente dolor de cabeza. Tengo ganas de reír ante la hilaridad de mi vida, pero estoy agotado, demasiado agotado, y no sé cómo se supone que debo hacer las cosas, cómo se supone que me debo sentir.

Ramé | K. SJ - M. YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora