Capítulo 16°: Pertenencia y profundidad

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Pertenencia y profundidad



Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día cada uno pueda encontrar la suya

Antoine de Saint-Exupery


Estoy jodidamente nervioso.

La cosa es que no había pensado mucho mis palabras antes de decirlas y, sin poderlas adornar, estas salieron disparadas de mi boca hacia Jin como si de balas se trataran y ahora él luce desconcertado como si mis disparos hubiesen acertado en algún órgano vital, tan confundido y concentrado en mi rostro como si intentara descifrar el significado de mis palabras.

Despego mi mano que sigue en su rostro con lentitud porque me arrepiento. Ha sido demasiado pronto. ¡Demonios! Ni siquiera estoy seguro de no estar confundiendo los sentimientos de Jin. Y ya estoy aquí, con mis propios sentimientos que no puedo comprender, que se han desarrollado a la velocidad de la caída de una estrella fugaz y haciendo preguntas que no sé si quiero para mí.

Por supuesto que lo quieres, de lo contrario no habrías preguntado.

Jin se despierta de su aturdimiento cuando estoy a punto de tomar mi propia mano y la agarra con la suya fuertemente, lanzándome una mirada de ¿A dónde crees que vas? Que me hace sonreír sin darme cuenta del todo.

Mi estrella frunce el ceño, como se ha acostumbrado, y lleva mi mano nuevamente a su mejilla con brusquedad, manteniéndola ahí con mi muñeca firmemente agarrada y el pequeño mohín en sus labios que realiza automáticamente cuando está a punto de lanzar un argumento.

—No quites tu mano como si de repente quisieras dejar de tocarme —suelta con su típico tono salvaje, reprochándome.

—¿No quieres que lo haga? —respondo yo, en tono burlón, como hago siempre que estoy nervioso.

—Si está dentro de tu poder, no me sueltes nunca, Gi —murmura y su voz suena con intención, significativa, como si intentara hacerme saber que sus palabras llevaban un trasfondo más profundo que el solo hecho de tener mi mano en su mejilla.

Y yo quiero eso, no soltarlo si puedo hacerlo.

Mi estrella suspira antes de que yo pueda decir cualquier otra cosa y suelta mi muñeca para apoyar su cabeza en mi mano más cómodamente y mirarme con curiosidad.

Sus ojitos brillan con emoción mientras parpadea con lentitud y, si presto atención, aun puedo ver la luz de diferentes puntos en sus pupilas, las estrellas que nos han pertenecido desde siempre y que nadie más que yo tiene la fortuna de ver.

Joder, le quiero. 

Y el reconocimiento no me golpea tan fuerte como pensé que lo haría, por el contrario, llega como una caricia de la brisa, se pega a mi piel y se absorbe por mis poros hasta comenzar a viajar por mi torrente sanguíneo, abrazándome, aniquilando mis defensas, metiéndose por debajo de mi piel para sostenerme.

Le quiero, es tan claro como el ámbar de sus iris y tan cierto como su presencia frente mío.

Le quiero y no sé si me he dado cuenta demasiado rápido y demasiado pronto, pero sé que lo hago.

¿Él lo hace? ¿Tengo alguna oportunidad? ¿Él...

—¿Gi? Sobre lo que preguntaste... —comienza con la voz demasiado baja que casi tengo que inclinarme para poder entender lo que ha dicho. Jin suspira y parpadea rápidamente antes de continuar —yo quiero intentarlo todo contigo ¿Sabes eso?, y quizá no sé qué signifique lo que Hyo te hizo pensar, y quizá tampoco creo estar muy seguro de qué quieres decir... pero me gustaría saberlo, me gustaría que supieras que quiero todo si es contigo. 

Ramé | K. SJ - M. YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora