Capítulo 55°: Horizonte de eventos

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Horizonte de eventos


El universo no solo tiene una historia, sino cualquier historia posible.

Stephen Hawking

Aún no es medianoche.

Jin juega con mis manos cerca de su rostro mientras deja pequeños besos en cada dedo, deteniéndose unos segundos donde la argolla de promesa de plata brilla con la tenue luz de las luces de deseos en la cómoda.

Mi cuerpo ha dejado de estremecerse por fin y ambos lucimos destrozados y sin aliento, pero al parecer ninguno de los dos tiene realmente sueño, así que gastamos los segundos en respirar profundo, mirarnos y reírnos de cualquier cosa que diga el otro.

Nuestras conversaciones no suelen tener demasiado sentido.

Jin se ha cubierto casi por completo con la sabana, dejando solo un pequeño trozo para mí que apenas alcanza a cubrirme debajo de las caderas, sin embargo, no es como que alguno de los dos nos importe realmente estar cubiertos, es porque, por las noches, él siente mucho frío.

Y es porque aun no puede acostumbrar su cuerpo a la temperatura de la tierra desde que perdió todo el calor gigantesco de su energía como ente celestial.

Por eso no dejo de abrazarle por las noches para dormir.

Los labios de mi estrella se sienten húmedos en su camino por la piel de mis dedos, dejando rastros de escalofríos por su paso y cuando sus ojos se abren y me enfocan en la penumbra, hay un horizonte profundo en ese océano que parece hundirme hasta el fondo.

Jin sonríe con sospecha —¿Qué es?

—¿Hmm?

—Tu mirada. Parece que quisieras decirme algo.

Mi mano viaja hasta su cabello, peinando hacia atrás con mis dedos las hebras plateadas que se cruzaban en el camino de sus ojos —Estoy solo pensando.

—¿Acerca de qué?

Niego despacio. Mi voz es ronca y baja —Es tarde, deberíamos dormir.

La sonrisa de Jin desaparece un poco y me mira con intención, recorriendo mi rostro como si intentara decodificar mis hondas cerebrales para adivinar mis pensamientos.

Él siempre hace eso, analizando todo para buscar una respuesta.

Pequeña cosa inteligente.

—Lo que dijiste más temprano —murmura, y su voz en la noche es como una caricia de seda sobre mi rostro —Es sobre las dos tareas que hacen falta ¿No es así? Sobre el tiempo que nos queda.

Mi sonrisa es un poco más pequeña que la suya y tengo miedo de que él pueda escuchar lo fuertes que son los latidos de mi corazón.

Bufo —Siempre haces eso, como si leyeras a través de mí. Pensé que habíamos determinado que no soy predecible.

Tomándome por sorpresa, Jin estalla en una risa —Uh-Uh señor Min, que yo recuerde, usted perdió esa apuesta, y ahora que lo pienso...nunca efectué mi pago por esa victoria.

Siento mi rostro enrojecer —Ni siquiera necesitas ese pago, puedes pedirme lo que quieras e igual lo voy a hacer.

Su sonrisa se vuelve cálida, como un rayo de luz iluminando la habitación. Jin se retuerce debajo de las sabanas hasta que logra acurrucarse debajo de mi barbilla, escondiéndose en mi cuello y dejándome abrazarlo como una pequeña oruga.

Ramé | K. SJ - M. YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora