Capítulo 34°: La fuerza del miedo y los no puedo

2.1K 364 210
                                    

La fuerza del miedo y los no puedo

Como una fuerza que debes tener en cuenta, un gran océano o un beso suave, te amaré con cada cosa que tenga. Como una ola gigante nosotros haremos un desastre, calmar las aguas si eso te sirve mas, te amaré sin ninguna cuerda que me amarre. 

Two-Sleeping at last


Cuando era niño, creía que al cerrar los ojos y esconderme debajo de las mantas me convertía en un ser invisible. Mi procesamiento infantil era claro, si yo no los veo, ellos tampoco pueden verme; no podrá verme mi madre para obligarme a comer vegetales y no podrá verme mi maestra cuando le diga que no he hecho la tarea.

Pero, al crecer, aprendí que, aunque cierre los ojos a lo que no quiero ver; aunque cierre mis oídos a lo que no quiero oír; aunque cierre mi corazón a lo que no quiero sentir; no quiere decir que lo que está afuera no exista, no quiere decir que aquello sea invisible, o insonoro, o indoloro.

Como ahora, que el miedo hace acto de presencia en la forma de una mujer.

Ji-Hye está sentada en una banca de descanso del otro lado de la piscina, con sus piernas cruzadas y su postura correcta, me observa con una mueca divertida. Sin embargo, su mirada está llena de preocupación y de temor, casi como un reflejo de la mía.

Estoy paralizado. Como, literalmente, paralizado. A solo un metro del cuerpo tranquilamente inmóvil de mi estrella, pero sin poder hacer físicamente nada para alcanzarlo. Puedo ver su respiración acompasada, como si estuviese durmiendo, viéndose tan hermoso que es, hasta cierto punto, doloroso.

—¿Q-Qué está pasando? —susurro con voz ronca y temblorosa, esperando que ella pueda escucharme. Sus cejas, perfectamente delineadas, se lanzan hacia arriba.

—¡Oh, vamos! eres inteligente Yoon, a estas alturas estoy segura de que puedes inferir quién soy, ¿No lo crees? Es bastante obvio ahora.

Frunzo el ceño, con la duda creciendo como una raíz en mi pecho. Ella aparta su largo cabello oscuro de su hombro y su mirada, ahora color marfil, parece analizarme de pies a cabeza.

—¿Qué haces aquí?

—Oh, nada realmente —dice con simpleza, mirando sus uñas. Es una falsa postura relajada, como si quisiera proyectar una imagen que ya no sabe cómo representar. Ji-Hye, o quién quiera ser, se levanta con lentitud, pasando sus manos pequeñas por toda la extensión que puede alcanzar de su largo vestido blanco. De pie, parece mucho más imponente, con la mirada triste pero fuerte, con el semblante tranquilo, pero intimidante. De alguna forma pienso que lo que intenta es apelar desde los lados más amables, pero es algo que no funciona para alguien que está hecha para imponer.

—Entonces ¿Qué es lo que quieres? —mi voz sale más dura de lo que pretendo mientras intento, en vano, estirar mis brazos, mover mis piernas, con mis ojos vagando entre ella y él y con solo el propósito de llegar hasta mi estrella.

—Vine a advertirte —dice simplemente señalando a Jin con la cabeza —pero necesitaba que me prestaras atención.

—¿Advertirme? ¿Buscas amenazarme? ¡Yo no te tengo miedo! ¡¿Qué le has hecho a mi Jin?!

Ji-Hye rueda los ojos, dejando ir una pequeña risa sin humor, cruzando a través de la piscina como si el agua no pudiese tocarla.

—No amenazarte. Aunque sea difícil de creer, he aprendido mi lección. Vengo a advertirte sobre Jin — Su presencia llega hasta el cuerpo de Seokjin, agachándose a su lado para pasar una mano delicada por la piel sonrojada de su mejilla — Va a morir.

Ramé | K. SJ - M. YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora