Extra: Locación desconocida

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Locación desconocida

De nadie seré, solo de ti, hasta que mis huesos se vuelvan cenizas y mi corazón deje de latir

―Pablo Neruda

A veces, Yoongi se pregunta qué significan los finales. ¿Existe un único final? Quizá aquel que llega con la muerte sea el final último de una persona, sin embargo, él ha comprobado que, a veces, ni siquiera la muerte es definitiva. Así que justo ahora, a él le gusta pensar que los finales solo significan nuevos comienzos, cerrar una ventana para abrir otra, completar ciclos, crecer, aprender un poco más.

Le gusta pensar que tiene la oportunidad de iniciar de nuevo y hacerlo mejor cada vez.

Las oportunidades también son un pensamiento recurrente en su cabeza. En ocasiones temía dejarlas ir, a veces temía atraparlas, Yoongi no quiere vivir con arrepentimientos. Él nunca se arrepintió de haberse comprometido con Seokjin aquella noche un par y un poco más de años atrás, pero quizá en algún momento se arrepintió un poco de posponerlo por tanto tiempo.

Cuando lo piensa, las puntas de sus dedos parecen picar y una sonrisa ansiosa se clava en su rostro. Por fin, por fin, después de tanto aplazarlo, la gran fecha sería en dos días.

Yoongi había querido que, cuando este momento llegara, no hubiera arrepentimientos, por eso se esforzó en graduarse, ascender en su empleo para mejorar su sueldo, ayudar a la persona que tanto ama a cumplir sus metas más importantes y así, asegurarse de que, en ese día, en esa hora, estuvieran totalmente listos.

Al final del día no importa esperar.

Ahora, sosteniendo la última caja que sacó del camión de mudanzas, la sonrisa de Yoongi, el corazón de Yoongi, la vida de Yoongi, existe sin arrepentimientos.

Seokjin está con las cajas de su nueva habitación en el segundo piso y cuando Yoongi entra en la sala, dejando en el piso lo que lleva en las manos, puede escucharlo todo el camino hasta allí mientras tararea alguna canción que, posiblemente, se ha inventado.

La voz de Jin llena la casa que por fin les fue entregada el día anterior, de dos plantas y que no es demasiado grande para dos adultos y tres perros flojos que dormitan en el patio trasero. Pasando su mano por el cabello negro y dirigiéndose a la cocina, Yoongi puede imaginar cómo ese lugar comenzará a cobrar vida pronto y no será solo la casa cercana a los suburbios con locación conveniente sino su hogar, uno que construirían poco a poco.

Toma de la cocina la caja de comida casera que ha enviado la señora Kim, unos platos, cubiertos y dos botellas de agua para luego subir lentamente las escaleras con la más brillante de las sonrisas y la voz de Jin cada vez más clara.

Empuja la puerta con su pie porque lleva las manos ocupadas y descubre a su prometido sentado en medio de la habitación vacía y llena de cajas que se ve enorme y cuya disposición es la misma, pero amplificada, que su cuarto en el antiguo apartamento.

Aun tienen que armar la cama y los muebles, acomodar el armario y ubicar todo, pero es de noche, están cansados y no saben cuánto tiempo les tomará todo eso.

Jin esta sentado de piernas cruzadas dando casi completamente la espalda a la puerta, vistiendo una enorme camiseta blanca de Yoongi y unos shorts mientras la caja entre sus piernas yace abierta y él saca lo que parecen ser agendas y documentos de Yoongi que deberían ir en el escritorio de la oficina que pondrán en la habitación vacía de al lado.

Seokjin sigue tarareando bajo en su garganta, ajeno a la mirada profundamente cariñosa de la persona en la puerta que solo se detiene a mirar como un espectador lejano. A Yoongi le gusta mirar cada pequeño detalle de su vida como si nunca tuviera suficiente, incluso si ha habido problemas o discusiones, él ahora puede detenerse y tomarlo todo con calma.

Ramé | K. SJ - M. YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora