El eco de un pensamiento

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"El corazón humano es un laberinto lleno de trampas ocultas. Cambia con tanta facilidad, se hiere, se rompe. Pero al final es lo único que nos queda por salvar" A.B.


 Semana y media después, finca Yunmeng.

Mirando hacia el cielo nocturno, el oscuro asesino se despojó de su cruel fachada para mostrar a un hombre joven, observando aquellas dos lunas aún demasiado ajenas para él.

Era curioso como la vida daba tantos giros, con qué facilidad la tragedia podía llegar y destruir todo a tu alrededor, dejando en tu interior la sensación de estar roto, vacío o lleno de la más absoluta soledad.

Y era así como se sentía aquel hombre de ropas oscuras mientras su mirada se perdía en el firmamento, fija en unas estrellas que parecían recordarle el pasado.

Jiang Cheng jamás lo aceptaría, siendo educado para convertirse en el fuerte y orgulloso líder de la secta Yunmeng Jiang, pero esta noche la soledad hería con especial crueldad.

--- ¿Qué hubiera ocurrido si también estuvieras en este mundo?

La vacilante pregunta vibró en el frío viento de otoño mientras su pulgar acariciaba el dije que colgaba de su cintura. No era el mismo que el primer jade le obsequiara, pero era lo bastante parecido, lo suficiente para de alguna manera suavizar la pérdida.

De repente, una breve risa escapó de aquellos labios.

--- Seguro me hubieras censurado por mi comportamiento, diciendo alguna frase estúpida sobre que la venganza no es el camino --- con unos ojos brillando con melancolía y una sonrisa que hablaba de días más brillantes, Jiang Cheng levantó su copa y bebió de un trago el licor en esta--- o quizá solo hubieras detenido mi espada con Shouyue y dado el perdón a esas malditas ratas.

Él siempre había sido así, aun cuando lo peor ocurría, ese hombre había sido incapaz de conservar cualquier tipo de rencor o ira.

Solo la tristeza había tocado alguna vez aquellos ojos caoba.
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Mundo de la cultivación

Jiang Cheng casi dejó escapar una sonrisa de burla cuando notó aquella silueta blanca a la lejanía.

Se encontraban en medio de una reunión para la próxima competencia, donde se pondría a prueba la habilidad de los jóvenes de las sectas para rastrear y sobrevivir sin recursos, solo tendrían el bosque y espadas comunes para protegerse de las trampas que se habían preparado.

La prueba era de una dificultad rara vez vista, así que su planeación estaba llevando más tiempo del usual. Llevaban ya una semana y faltaban al menos varios días antes de terminar todos los preparativos.

Más tiempo para continuar con...

--- Estas sonriendo y eso nunca lo haces ¿Debería sentirme asustado?

Jiang Cheng se giró hacia el hombre de túnicas oscuras que lo miraba desde lo alto de una rama, relajado y comiendo un bollo relleno.

Wei Wuxian seguía siendo una molestia en el mejor de los días y un verdadero dolor en el trasero en la mayoría de ellos.

Wei Ying sabía que Jiang Cheng no era el tipo de persona de sentarse y hablar de los problemas sin alterarse, sin embargo, el cultivador había detenido su abierta hostilidad hacia él y Lan Zhan. Conociéndolo como lo hacía, sabía que eso era lo más cercano al perdón del que Jiang Cheng era capaz y lo aceptaba.

Su relación no era la de antaño, pero ya podía bromear un poco y hablar con él sin temer terminar sangrando... en más de un sentido.

Jiang Cheng bufó volviendo a mirar al primer jade mientras este hablaba con Hanguang-jun.

--- No sé de qué estás hablando.

--- Vamos, no finjas no entender ahora. --- rio Wei WuXian bajando del árbol --- Con lo educado que es Zewu-jun, es fácil ver que te está evitando ¿Es que acaso tus días se han vuelto tan tediosos que molestar al pobre hermano mayor parece un buen pasatiempo?

Jiang Cheng frunció el ceño con molestia pero evitó decir nada, responderle a Wei Wuxian solo lo alentaría a continuar preguntando hasta marearlo y sacarle la verdad. Y no haría eso, no todavía.

No quería admitirlo abiertamente, pero el otro no estaba muy lejos de la verdad.

Desde aquel primer enfrentamiento, hace casi tres meses atrás, parecía que él y el líder Lan no podían cruzar palabra por más de unos minutos, antes de que algún comentario malicioso saliera de sus labios. Al final, Zewu-jun terminaba yéndose con el rostro tenso y una despedida fría y formal.

--- Sin embargo, --- continuó Wei Wuxian, mirando en la misma dirección que Jiang Cheng, aunque su atención variaba entre los hermanos Lan en lugar de quedarse absorto en solo uno, como ocurría con cierto líder irascible --- tengo que agradecerte.

Jiang Cheng ocultó su sorpresa lo mejor que pudo. Aquellos ojos grises tenían un aire tranquilo, sus palabras al parecer, eran sinceras.

---Desde aquel incidente en el templo, Zewu-jun pareció alejarse de todos, incluso de Lan Zhan. No es grosero, pero es obvio que cambió y no de buena manera --- sonriendo, cruzó mirada con Jiang Cheng --- Pero desde que trata con tu mal carácter, el hermano mayor se comporta más como él mismo. Jamás pensé que vería el día en que el rostro del hermano mayor mostrara algo distinto a amabilidad o la más absoluta cortesía ¿Quién diría que solo hacía falta hacerlo enfadar cada tanto, para devolverlo al mundo de los vivos?

Jiang Cheng volvió a soltar un resoplido desdeñoso mientras se cruzaba de brazos.

---No lo molesto para ayudarlo.

--- Pero entonces admites que lo molestas intencionalmente.

Paralizándose por un segundo cuando notó lo que Wei Wuxian le hizo admitir, Jiang Cheng apretó los puños con enojo, tratando de no azotar a la desagradable peste que tenía a su lado y que no dejaba de reír cuando vio su reacción.

Wei Wuxian siempre sabía cómo sacarle la información que quería. Nadie, jamás, había conseguido hacerlo actuar como un mocoso de 15 años a parte de él.

Estúpido Wei Wuxian y estúpida la facilidad que tenía para manipularlo.
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Presente

Wei Wuxian había tenido razón por mucho que detestara admitirlo, realmente había molestado una y otra vez a Lan XiChen con un único propósito: alejar ese brillo de tristeza en sus ojos.

Aunque no había sido por un sentimiento noble de ayudarlo, como el otro había supuesto.

No.

Era por la sencilla razón de que detestaba verlo en esa patética faceta.

Ambos eran respetados líderes de sectas, sectas poderosas y orgullosas. Que alguien con tal habilidad de cultivo caminara a través de los días como un muerto viviente, solo por una nimiedad como la ocurrida en el templo, le parecía una verdadera estupidez.

<< ¿Cómo puedes darles la espalda con tanta facilidad? ¡¿Cómo confiar en los demás después de algo así?! >>

Jiang Cheng observó el amanecer desde su habitación mientras sostenía con fuerza el dije, recordó aquellas palabras soltadas por el primer jade en un impulso completamente ajeno a su comportamiento cotidiano. Verlo mostrar exasperación había sido tan satisfactorio como adictivo.

Realmente, haber tenido la oportunidad de ver al gran Zewu-jun perder la compostura había sido algo digno de recordar, dudaba que incluso aquellos hermanos jurados* suyos, siquiera hubieran visto esa faceta en él.

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Ese era un privilegio que solo le pertenecía a Jiang Cheng.

Renacimiento del loto blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora